jueves, 28 de enero de 2010

Nuevo Libro de Joseh Sommariva

Atencion!
Se encuentra a punto de ser editado el nuevo libro de nuestro compañero y amigo Joseph Sommariva.  Entregamos exclusivamente en El Purgante la portada de esta nueva obra literaria.
Avisaremos oportunamente su publicacion y forma de obtenerla.
Saludos PePe !



Para ampliar imagen, click en la foto.

viernes, 22 de enero de 2010

Pensando en voz alta.-

Queridos Lumumberos !

                                          No tenemos nada que agregar, luego de las elecciones presidenciales en Chile. Los Chilenos resolvieron que la concertación había llegado a sus límites y le mostraron sin más ni menos la tarjeta roja. Si bien la diferencia fue exigua, no menos cierto que la mayoría electoral decidió el cambio. A lo mejor no es el cambio que los chilenos exigía, pero cambio al fin de cuentas. El enorme potencial financiero de los adversarios de la concertación llegó por todas las rendijas de los hogares chilenos y, como es sabido, uno no es de fierro. Personalmente pienso que muchos chilenos no se hicieron realmente la pregunta de cual sería el cambio en cuestión. Que un gobierno de derecha triunfe en las urnas después de 53 años en un país como Chile, debe tener más de una causal. En primer lugar el peso de los años de gobierno de la concertación y las increíbles metidas de pata en su gestión, pueden haber sido el principal detonante. Más pienso que el lucubrar chilensis, en el sentido de realizar un cambio, cualquiera que este sea, forma parte de nuestra apaleada forma de resolver los problemas. Un poco de romanticismo de jugadores de ruleta Rusa y un buen poco de ignorancia y de olvido, cuando se analizan los contrincantes y los intereses que representan. Los que vivimos en el exilio no tenemos que hacernos un mea culpa de importancia. No teníamos derecho a sufragio ni pito que tocar. A lo mejor solo el echo que nuestro retorno ha sido lento y que quizás a lo mejor, nuestra experiencia de algo hubiese servido en el trabajo político. Pero nosotros no teníamos candidato. Aquel que pensó que la concertación debería ser nuestro puerto, lo más probable que se equivocó de frentón. La concertación fue una salida a los oscuros años de la dictadura, más en ningún caso la solución de los problemas vitales de nuestro país. Lo que si estoy seguro, es que la decepción de los trabajadores chilenos que votaron por Piñera será pronta y masiva. Sin haber tomado aún el mando de la nación, la derecha empieza hacer sondeos de como aceptaría el país una privatización de Codelco, por ejemplo. Ni hablar de los proyectos en cartera ni de los líderes que tomarán las responsabilidades ministeriales. Se dice por todos los rincones, que ardientes partidarios del Pinochetismo y de la derecha que saqueó al país durante décadas, se están arreglando los bigotes para iniciar “el cambio”. Este cambio en ningún momento está dispuesto a seguir con la agenda social de la Michelle ni de hilvanar un plan para cumplir con el millón de empleos que prometió Piñera. Muy por el contrario. Ya se habla de disminuir el salario mínimo para que el empresariado obtenga el oxígeno necesario para la inversión y las ganas de emplear parte del ejército de desocupados de Chile. La prensa de derecha tomó la iniciativa en estos sondeos, mientras que los que votaron por Piñera y que pertenecen al inmenso grupo de trabajadores que solo venden su fuerza de trabajo, piensan que en Chile no pasará nada que los pueda poner nerviosos. Un fuerte abrazo, mis queridos compañeros y mucha fuerza en esto de ponerle atajo al despojo ulterior que se avecina.

René

Alemania, 22.01.2010.-   

lunes, 18 de enero de 2010

El fin del ayuno - Pato

El fin del ayuno

 

Carlos Peña

 

Opinión
Emol - Lunes 18 de Enero de 2010

 

Es la primera vez -desde que existe la democracia de masas en Chile, cien años o poco menos- que la derecha logra la adhesión de la mayoría.

 

No es poco.

 

Durante casi todo el siglo XX la derecha fue minoría. Y si descontamos el tiempo que ofició a la sombra de la dictadura, siempre estuvo más preocupada de moderar las transformaciones sociales que de orientarlas. La medida de su éxito fue siempre la contención del cambio social y nunca su empuje. Es cosa de mirar la política de alianzas que mantuvo hasta la caída de la democracia. Lo suyo fue siempre un conservantismo -en el peor sentido de esa palabra- más o menos pragmático.

 

En la amplia curva de tiempo que va desde 1925 a 1973 -cuando el sistema político se estiró hasta romperse-, la derecha nunca fue una fuerza modernizadora.

 

¿Hay motivos para pensar que todo eso puede ahora ser distinto y que el cambio no fue un simple flatus vocis, una de esas cosas que se dicen para halagar los oídos de la audiencia?

 

Hay dos razones que, por desgracia, impiden responder afirmativamente esa pregunta.

 

La más obvia es que queda poco espacio para el cambio.

 

La modernización de Chile ya se encuentra definida en lo fundamental -se trata de una modernización capitalista sin ambages-, y salvo que la derecha deje de ser la derecha y Piñera deje de ser Piñera, eso no cambiará un ápice. Podrá haber mejoras en las políticas públicas, mayor eficiencia por aquí y por allá, mejor management , más entusiasmo.

 

Pero cambio de veras no va a haber. Y es que espacio no hay.

 

Y donde el espacio sobra -en materia de libertades y de autonomía personal- la derecha no tiene un proyecto uniforme.

 

Y es que en la élite de la derecha -la democracia, dijo Schumpeter, consiste en que el pueblo decide cada cierto tiempo qué élite lo gobierna-coexisten dos grupos de distinta fisonomía.

 

De una parte, se encuentran, por decirlo así, quienes se erizan con la distribución de la píldora, crujen con el Museo de la Memoria y se incomodan con la sola mención de las uniones gay, y de otra parte, quienes piensan que la ampliación del consumo debe ir acompañada de la ampliación de la libertad.

 

Unos son conservadores, otros son más o menos liberales. Una cosa es el diputado Kast, otra cosa Hinzpeter. Ambos tienen intereses comunes -por eso son de derecha-, pero poseen opiniones muy distintas a la hora de definir los márgenes de la autonomía personal.

 

Y salvo que Piñera gobierne en las nubes -es decir, aplique al gobierno del Estado el pragmatismo de los negocios, capaz de contratar con Dios y con el Diablo sin siquiera arrugarse-, no es fácil liderar un cambio de ninguna índole sin resolver esa tensión fundamental.

 

Así que por ese lado tampoco habrá cambio.

 

En otras palabras, acabó el ayuno; pero es difícil que el estilo histórico de la derecha -esa resignación casi digestiva frente a la realidad que siempre la caracterizó- cambie.

 

miércoles, 13 de enero de 2010

"Se acabo la era de las manos largas...." EL GATO

SE ACABO LA ERA DE LAS MANOS LARGAS, FRAUDES, LOS FAMOSOS SOBRES AMARILLOS QUE SALIAN DE LA MONEDA, LA  CORRUPCION……..

Pronto vendrá la segunda vuelta de las elecciones en Chile y la Concertación se dirige a una derrota que se lo merece. Pero no faltan los cabeza de piedras que andan alardeando que lucharan hasta las últimas consecuencias y esto suena como la derrota de Hitler, bueno, hay distintas maneras de perder. Pero esto es como un partido de hockey o de futbol, el que pierde, solo lo pierde porque NO es un buen jugador, tan simple como sentarse con el trasero.

Que Frei se haya lanzado por segunda vez a unas elecciones donde ya se veía la debacle es asunto de sicólogos o bien de terapeutas. Que el mocoso ese de E-M se haya lanzado a una lucha de pesos pesados siendo él un simple welter es simplemente un suicidio o bien un infanticidio.Este mocoso no ofrecía nada nuevo, solo hablaba cosas sin sentido, utópicas, que nadie entendía. El resultado que obtuvo fue mas que nada como rechazo a la vieja guardia de la Concertacion (bastante con ver a Arrate en ese despelope). Otros lo hacían porque es joven pero le falta mucha substancia al muchacho este, en un país donde la gente quería escuchar en que va cambiar sus vidas si vota por un candidato x. Tal como dice nuestro corresponsal de la Uropas, la gente aca vota por el MENOS PEOR de los candidatos.

Lo que necesita Chile, es un gobierno que modernice el estado, esto significa que cada peso que invierta el estado, dinero que pertenece a todos los chilenos, debe ser bien invertido y fiscalizar exactamente que ese peso llegue a buen destino.  Que haya transparencia, eso significa que la función pública debe modernizarse y no poner en puestos de responsabilidad a huevones corruptos, yuntas, incompetentes. Transparencia en las empresas que el estado controla, como Codelco, unas de las empresas más corruptas que existe en este país.

Además esto significa que el estado debe implantar políticas y hacer una gestión administrativa para  hacerles la vida más fácil a los chilenos, en otras palabras acabar con la burocracia, el papeleo, el chuchoqueo, los amigotes. Que en sectores públicos solo pueden entrar a trabajar los PPD, o los PS, o los lunáticos, eso debe terminar, que la función pública juegue un papel mas dinámico dentro de la administración del estado. Que esa función publica le haga la vida mas simple y fácil a los chilenos porque carajo que este país es complicado y la gente esta cansada de ver que las cosas NO se hacen bien, teniendo el país los medios para hacerlo.

En cuanto al sector económico, yo no creo que la cosa vaya a cambiar mucho. Eso si que el Estado, yo creo, debe jugar un papel mas dinamico para el desarrollo de nuevas tecnologías, de innovación, motivar a los jóvenes universitarios y apoyar financieramente buenas ideas que generan mas trabajo y altamente especializados. Eso es lo que hacen los países desarrollados, y funciona bien.

Yo personalmente hace un poco más de un año que estoy radicado en este país y putas que es complicado vivir aquí, tal como decía Coco Legrand, nada funciona bien en este país, partiendo con las mesas de los restoranes!!!!!

Para que hablar de la sociedad misma, es una sociedad encerrada en sí misma, no es abierta, indisciplinada, es raro encontrar gente civilizada, tal como dice Isabel Allende, los automovilistas antes eran unos salvajes, pues ahora son unos brutos, hay un avance después de todo!!!!!!

De todas maneras YO NO CREO que van haber cambios radicales, si la derecha gana, tendrá 4 años para probar que puede hacer un gobierno mejor, si no es asi, pues pa*fuera!!! Muy simple.

Por otro lado, Chavez y su socialismo siglo XXI avanzan como el TITANIC, y la caga que va resultar será todo un descalabro dificil de predecir su magnitud pues no se puede  gobernar según los impulsos intestinales de ese bruto dando ordenes a medianoche como si fuese un capataz de fundo.

 

Muchos saludos y un feliz año 2010 a todos los escuálidos de El Purgante.

El Gato 

 

 

martes, 12 de enero de 2010

A las puertas del horno - Pato

A las puertas del horno

 

A seis días de la segunda vuelta presidencial, no aparecen factores decisivos que den optimismo a las filas de la Concertación en grado suficiente para retomar la tranquilidad. Quizás es mejor así. El triunfalismo es esta situación sería poco menos que ridículo.

 

Gente que votó por MEO, Arrate, blanco o nulo, dice que votará ahora por Piñera o, más exactamente, contra Frei. Es un voto castigo. Las razones son variadas, ninguna de fondo. Que Frei es rico y tiene su riqueza oculta, que su origen está en los tiempos de la dictadura. Que toda su familia está en puestos públicos, y por ahí circula un listado en tal sentido, asociando a ello corrupción y robos, sin siquiera intento de probar las acusaciones. Que en su primer gobierno privatizó el agua, etc. Además, está la tendencia a mirar el vaso medio vacío y no el vaso medio: al analizar el estado del país se mira la fotografía actual con las carencias de un país en vías de desarrollo, y no la película dinámica que muestra los avances indesmentibles y notables desde 1990 y el impulso hacia el futuro que nos convertirá en país desarrollado en diez-quince años gracias a dichos logros.

 

La mirada en perspectiva, el enfoque histórico, dejaría claro que la derecha debe ser castigada por sus politicas públicas durante los años de la dictadura, por su política de despojo del Estado, por convertir la educación, la salud, la mano de obra, en simples productos ofrecidos en el mercado. Adicionalmente, en el caso de Piñera, por su utilización mañosa de las leyes del mercado (caso Banco de Talca, Chispas, LAN, etc.).

 

Si ganara Piñera, sería el triunfo de la política de despojo de la opinión pública de su capacidad de mirada crítica, integral, de distinguir el bosque entre los árboles. Ese despojo se lleva a cabo día a día, a través de la farandulización de los medios de difusión en manos de la derecha, de la campaña de odiosidad hacia todo lo que sea progresista, de convencer que el nuestro es un país corrupto (a pesar que todos los indicadores internacionales demuestran lo contrario). El triunfo de la reducción de la opinión pública a su mínimo común, del empobrecimiento de nuestra cultura nacional.

 

Sería, por cierto, castigo a lo peor de la Concertación: su acostumbramiento al poder y sus subproductos casi inevitables: la proliferación de los operadores políticos, el control de los partidos por los grupos de poder y la pérdida casi total de la democracia interna y la eliminación de las nuevas generaciones que no se someten a ellos; la mano blanda con los corruptos; los partidos que ya no vehiculan utopías de grandes trasformaciones sociales, que ya no son grandes alamedas sino la vía corta hacia prebendas inmediatas.

 

Lástima que el peso de estas debilidades está ocultando cada vez más el hecho innegable que la Concertación es la coalición política más exitosa en la historia de nuestro país.

 

Lástima que los beneficiarios de los éxitos económicos y sociales de la Concertación parecieran dispuestos a votar contra la continuación de dichas políticas públicas.

 

 

PAM/

11.01.10

El canditao de la derecha me cae bomba !

Queridos Lumumberos !

                                         En primer lugar quiero saludar a todos los activos y lectores de nuestro Purgante en este 2010. Al mismo tiempo, recordarles que este año puede ser un año de mucha controversia en nuestra patria. Ya hemos leído los aportes de Julián Alcayaga y de Patricio Ayala en nuestro Purgante respecto a las elecciones presidenciales. Lamentablemente este tipo de aportes no llega, como quisiéramos, a los actores de la contienda electoral en la patria. Algunos se dan ya por derrotados, mientras que la derecha a comenzado a distribuir los cargos y ministerios, seguros de un triunfo demoledor. No es fácil desde la diáspora hacer un aporte responsable sobre el particular. A lo mejor algunas aproximaciones a las realidades que se avecinan. Durante mi estada en la patria el mes de Noviembre del 2009, pude apreciar la falta de interés por los resultados que puede arrojar el 17 de Enero próximo. Los chilenos tenemos una particularidad que se repite prácticamente en todos los estados del mundo: nos olvidamos con facilidad del pasado reciente y somos como tirados con honda para los experimentos que arrastran consecuencias. El olvido llega con facilidad, cuando las naciones obtienen un grado de desarrollo como para empezar a comparar destinos y realidades con otros países que no han tenido ni la suerte ni los gobernantes como para hacer posibles las metas que hemos alcanzado. Haciéndonos, al mismo, los tontos sobre lo que nos propusimos y no hemos logrado. Sobre esto último, pienso que los partidos y agrupaciones políticas no han tenido ni la fuerza ni los medios para alertar a la nación ni a sus gobernantes de los descalabros que tuvieron lugar. Es indudable que la concertación misma ha sido la principal culpable de los desequilibrios electorales. 20 años de gobierno es un largo tiempo. Sobre todo cuando han tenido lugar desaciertos que nos han privado de un desarrollo más dinámico y que hubiese podido arrastrar también bienestar para los trabajadores y alguna chance para los marginados de siempre. La derecha chilena ha despertado el interés de las masas no tan solo por la demagogia y el enorme potencial financiero para transportarla a todos los hogares de nuestro Chile, sino que acudiendo a una antigua reserva mediática que han utilizado prácticamente todos los gobiernos de derecha en Europa : la lucha contra la delincuencia. En el pasado no era fácil utilizar el miedo de perder algo o mucho de su esfuerzo personal y familiar. Las grandes mayorías no tenían mucho que perder, salvo sus cadenas, como argumentaba Don Carloncho Marx. Si bien Chile no es una nación del primer mundo, no menos cierto que ha logrado en términos globales un desarrollo digno de destacar y que las naciones de bienestar han puesto como ejemplo. El camino por recorrer es aún largo y lleno de incógnitas, pero tenemos la experiencia de muchas décadas de gobiernos de derecha, que desarticularon la nación hasta convertirla en vasalla exportadora de materias primas, en donde los grandes consorcios dictaban los precios y los grados de tratamiento de esas mercancías. No me gustará que el triunfo se lo embuchara Piñera y todos sus aliados del gran capital. Mis temores  se basan en lo prolongado que puede resultar este experimento. Si la derecha triunfa, puede irse pal carajo la unión política de la concertación, en donde muchos próceres ya casi cortan las huinchas para perfilarse con colores propios. Desde que tengo memoria, Chile siempre se debatió entre la miseria, el oportunismo político y el derroche financiero de la derecha tradicional. Un triunfo de Frei, por otra parte, obligaría al gobierno a recular sobre las enormes metidas de pata del pasado. No me gustaría vivir nuevamente un Chile de caudillos irresponsables, capaces de destruirlo todo, para lograr metas personales. En otra oportunidad me permitiré un par de comentarios sobre la realidad Venezolana y su profunda crisis financiera. Por el momento sería todo. Un abrazo para todos uds. con la fraternidad de siempre.

René

 

Alemania, 12.01.2010.- 

jueves, 7 de enero de 2010

Sobre obviedades - Pato

Sobre obviedades

¿Por qué se vota por uno u otro candidato, en particular en esta segunda vuelta presidencial? Es preocupante para la calidad de la democracia en general, que en tantos la decisión no esté basada en la información pertinente y significativa ni en su evaluación, ni en los contextos. Y esto ocurre en todos los niveles socio-culturales.

¿Por qué votar por Piñera? Entre sus partidarios y algunos indecisos, las respuestas se repiten: porque debe existir recambio; porque Piñera ha demostrado inteligencia en sus negocios; porque ha creado empleos; porque tiene buenas ideas; porque Frei es fome.

Esta realidad obliga a filosofar sobre lo obvio, y la Concertación no lo ha hecho en su política comunicacional. Si lo hubiese hecho, habría respondido que:

  1. La esencia de la democracia es que los ciudadanos tengan el derecho a elegir a sus representantes y sus gobernantes. Esto está garantizado en muchas leyes, en particular en el artículo 5º de la Constitución. Sin embargo, ninguna estructura ni normativa puede garantizar a nadie que será elegido; para ello requiere obtenir las mayorías electorales necesarias. La alternativa es un golpe de Estado. Así, las quejas de la derecha no se dirijen en realidad a la Concertación, sino a los ciudadanos, y no tiene ninguna otra significación, salvo el del lloriqueo.
  2. Sobre las cualidades de Piñera, hay que ser claros: no es un empresario que haya creado riqueza material ni empleos. Es un habilidoso especulador en la Bolsa. Toda su actividad se ha referido a la compra y venta de acciones (siguiendo, según él mismo ha dicho, los “consejos” de un programa computacional ad hoc). No ha creado ningún puesto de trabajo. La capacidad de ganar plata para sí no es sinónimo de saber administrar el presupuesto nacional ni crear las políticas para crear las condiciones del crecimiento económico y social, para que haya más riqueza y sea mejor distribuida. Los grandes empresarios tienen una gran tendencia y habilidad a multiplicar y concentrar la riqueza propia, despreciando muchas veces las reglas de la transparencia y la competencia.
  3. Históricamente, mucho se ha discutido sobre el rol de las personalidades. Resumiendo, puede afirmarse que todo depende del tipo de personalidad y las circunstancias. En tiempos de modesta administración de las cosas, con la revolución fuera del horizonte, se puede afirmar más precisamente que el rol de las personalidades es aún más relativo. Entre Piñera y Frei, el tema no es quién es más joven, rico, simpático, ni quién ha estado más tiempo esperando que “le toque” ser Presidente. Las candidaturas deben valorizarse por sus programas; por las coaliciones y partidos que las sustentan; por los equipos técnicos que las acompañan y, fundamentalmente, por su comportamiento histórico.
  4. La derecha reclama su derecho a gobernar, que el sistema institucional les ha ofrecido en cada elección, pero la ciudadanía ha dicho “no”. Dicen que “basta ya de Concertación, que la gente ya no quiere más de lo mismo”. Interesante expresión esta de “más de lo mismo”. Todos los indicadores económicos y sociales –nacionales y extranjeros- nos dicen que los logros desde 1990 tienen un alcance histórido. Internet pone estos datos al alcance de quién quiera examinarlos. A los sectores más modestos les basta mirar los cambios ocurridos en su entorno y en el seno de sus hogares y en las perspectivas (un solo dato: siete de cada diez estudiantes universitarios son la primera generación de sus familias a acceder a ese nivel). ¿Bajo un gobierno de la derecha continuarán aplicándose los énfasis en la protección social de los gobiernos de la Concertación y, en particular, de la Presidenta Bachelet? Para responder, basta recordar el gobierno Pinochet de 17 años (obviando el tema derechos humanos: muchas veces hemos dicho que en el golpe militar, las violaciones a los derechos humanos fueron el medio; el objetivo fueron el Plan laboral, la privatización de las empresas públicas a precio de huevo, la reconstitución de los monopolios, la concentración de la propiedad, etc..) y cómo ha votado la derecha desde 1990 en cuanto a libertades, democracia, distribución del ingreso nacional, etc. Además, dicen “no más de lo mismo” y acto seguido Piñera afirma que continuará con las políticas de Bachelet.
  5. Hay quienes han dicho que derecha y Concertación son lo mismo. A dichos comentaristas se les puede sugerir que los telescopios sirven en astronomía, no en análisis político. Aquí se requiere el microscopio, mirar la realidad concreta de cerca, olvidando esquemas. Alguno recordará lo que decía un viejo analista y actor político: “la teoría es gris, la vida es siempre verde”.
  6. Para terminar, una ilustración sobre la liviandad de enfoques en ciertos sectores. Para apoyar a Frei en esta segunda vuelta, los partidarios de Arrate y MEO han pedido modificaciones y/o incorporación de elementos esenciales al programa de gobierno (nueva constitución, renacionalización del cobre, perfeccionar la negocialción laboral, estudio del sistema de tributación, etc.). Por otra parte, ayer se supo que el analista político Patricio Navia (decano de la Universidad Diego Portales, profesor en una universidad de EE.UU, ex partidario de Enriquez-Ominami), dió su apoyo a Piñera, luego que éste satisfizo (“no te preocupes”, le respondió el candidato) sus “profundas exigencias”: el descarte de pinochetistas en puestos clave en un eventual gobierno, asegurar la diversidad en el gabinete y zanjar su conflicto de interés entre política y negocios. Nada, absolutamente nada, sobre programa de gobierno, políticas sociales, etc. Profundo el decano, politicólogo y analista...

Que la Concertación (cada uno de sus partidos, cada uno de sus dirigentes y militantes) debe renovarse en sus estructuras, convocatoria, programas, desafíos, prácticas políticas, que duda cabe. Pero no podemos infligir a Chile un gobierno de derecha mientras se cumple esa tarea, que deberá iniciarse desde el 17 de enero.

PAM/
06.01.10

 

 

domingo, 3 de enero de 2010

Entre lo sublime y lo ridículo - Pato

Entre lo sublime y lo ridículo


Carlos Peña
Emol - Domingo 03 de Enero de 2010

Pudo ser sublime.

 

Si la noche del 13 de diciembre —la de la primera vuelta— los partidos hubieran declarado su voluntad de cambio y, luego de oírlos, Frei, sirviéndose de esa leve épica que tiene la derrota, hubiera elaborado una narrativa a la altura de las expectativas de la gente, las cosas habrían sido distintas.

 

Los malos resultados se habrían encarado con racionalidad y ascetismo emocional. En una palabra, con dignidad.

 

Pero resultó ridículo.

 

¿De qué otra manera se podría calificar la renuncia de Gómez y de Auth encaminada a obtener el apoyo de Enríquez-Ominami? Hasta ahora se conocían muchas formas de hacer política. Violentas, pícaras, frívolas, brillantes, toscas. Lo que nunca se había visto era a dirigentes políticos dedicados a satisfacer el goce narcisista de un ex candidato.

 

Porque eso es lo que ocurrió con esas renuncias.

 

No fue un esfuerzo por poner al día la narrativa o la oferta electoral. Tampoco fue un intento por atraer a ese siete u ocho por ciento que definirá la elección. Menos la tentativa de construir un nuevo bloque político. Nada de eso. Fue simplemente un acto destinado a cumplir una de las condiciones planteadas por Enríquez-Ominami.

No puede haber un malentendido peor: confundir las demandas del electorado con las condiciones impuestas por Enríquez-Ominami.

 

Condiciones destinadas, dicho sea de paso, a no satisfacerse nunca. Y es que el diputado disfruta, no hay duda, el pequeño infierno de estos días ¿Sabe con qué atormenta el diablo a las almas en el infierno? Las hace esperar.

Y es comprensible.

 

Enríquez-Ominami y el senador Ominami tienen más sentimientos heridos que ideas por realizar; más cuentas emocionales que proyectos políticos; más cohesión familiar que coherencia; más confusión verbal que una lista de objetivos; más fantasías de redención y de venganza que ganas de hacer acuerdos políticos de largo plazo. ¿Qué podría llevar a pensar que después de hacer ascos a la Concertación —no hay peor astilla que la del mismo palo— iban ahora a hacer esfuerzos por que ganara la próxima elección? Quien piense que los Ominami cruzan los dedos para que la derecha no gane, olvidan cuántos deseos inconscientes oculta a veces la rivalidad política. Esos ingenuos deberían releer a Freud: que el rival pierda casi siempre es un consuelo para quien fue derrotado.

 

Por eso en vez de dedicarse a convencer a los Ominami, la Concertación debe esmerarse en interpelar a la ciudadanía y, en especial, a ese siete u ocho por ciento moderno, optimista y liberal que decidirá la próxima elección.

 

Y en eso podría tener ventajas comparativas.

 

Desde luego, la Concertación conecta mejor en los temas llamados valóricos con ese electorado. Mientras un sector de la derecha todavía se eriza con las técnicas de reproducción asistida, la píldora y las parejas gay, la Concertación se muestra dispuesta a ampliar esos espacios de autonomía personal.

 

Y si de renovar estilos y dirigentes se trata, la Concertación tampoco está en una desventaja neta: al menos empata con la Alianza. Basta pensar que el principal partido que apoya a Piñera —la UDI— se forjó, aunque no le guste que se lo recuerden, al amparo de la dictadura y de la épica de Chacarillas. Cuando Piñera se toma las fotos —y aunque es probable que de aquí en adelante se esmere en ocultarlo— no puede evitar que asomen tras sus hombros esos viejos perfiles del pasado.

 

Así entonces, en vez de seguir ocupada de cumplir condiciones imposibles —y arriesgar la estructura de los partidos para curar heridas que más que políticas son narcisistas—, la Concertación debería concentrarse en ese siete u ocho por ciento moderno y liberal que, no hay duda, mira con igual escepticismo a los dirigentes de este lado y del otro.

Si hace eso, lo sublime no estará para nada asegurado. Pero al menos el ridículo habrá quedado lejos.