martes, 2 de mayo de 2023

Un trago amargo.

A veces es muy difícil quedarse callado. Además uno es muy viejo y para más remate con buena memoria, aún.
El general Fernando Matthei fué miembro de la junta militar desde 1978 hasta 1990. Asumio ese cargo cuando Pinochet expulsó al general Leigh. Durante todos esos años Matthei se desempeñó fielmente en la junta de gobierno, principalmente como poder legislativo. Dictaban las leyes para todos los chilenos, a discreción, a dedo, sin jamás haber tenido alguna representación popular. Fueron los representantes de la peor dictadura que ha sufrido Chile. No recuerdo que Matthei haya dicho algo en esos años sobre los crímenes, los desaparecidos, los quemados, los expulsados del país, los despidos y exoneraciones, las torturas.
La única actuación diferente de Matthei que recuerdo fué haber reconocido el triunfo del No, un par de horas antes que el vocero del gobierno.
Como víctima de derechos abusados durante la dictadura, no me gusta para nada que un ministro del presidente Boric acuda al congreso con una abogada nieta de Matthei y la haga intervenir para representar una postura del gobierno.
Los nietos no son culpables de los actos de sus abuelos. Ni siquiera los hijos.
Nadie se opone a que esos nietos o hijos desempeñen su profesión. Pero no representando a un gobierno que llegó al poder teniendo los derechos humanos como bandera.
El señor Elizalde debería tener mas cuidado de quién lo asesora y a quien le da la palabra en el congreso. Después de todo, el señor Elizalde es militante del partido del presidente Allende.
Personalmente, voté por el presidente Boric. No voté por la concertación y más aún, jamas habria votado por un gobierno que tiene de asesores juridicos a los herederos de los miembros de la junta de gobierno del dictador.
Apoyo en toda su gestión al presidente Boric, pero nadie podrá hacerme tragar esta pildora tan amarga.
Aún estoy vivo y tengo en la memoria demasiadas víctimas de esa odiosa dictadura.