martes, 16 de octubre de 2018

Periodista descuartizado. M.O. Medalla

Ya se ha dicho que la profesion de periodista conlleva ciertos riesgos. Sobretodo los corresponsales de guerra. Sin embargo, hoy la situacion ha cambiado. Los periodistas pueden morir a tiros al abrir la puerta de su casa. Otros mueren cuando cruzan tranquilamente un puente en el centro de la ciudad. Los ultimos dias han sido dramaticos para el periodismo. Una periodista bulgara Marinova, que investigaba actos de corrupcion, murio violentamente y antes de matarla la violaron.
El caso que ocupa los titulares esta semana se trata de un periodista saudi que escribe en el Washington Post nada menos, el mismo diario que destapo Watergate y que antes habia publicado los documentos secretos del encubrimiento de la Casa Blanca en Vietnam. Es decir no se trata de un periodista del Hocicon de Pelotillehue.
Pues bien, este periodista Kassogui, acude al consulado de su pais Arabia Saudita en Turquia a sacar un documento personal para casarse y no sale mas del consulado. Pruebas obtenidas de su Apple watch conectado a su telefono y a la Nube, indican que fue asesinado al interior del consulado y hay versiones que su cuerpo fue descuartizado y disuelto en acido. Ante las presiones  los turcos allanan la sede en busca de huellas de Kassogui.
Esta dificil ahora ir a sacar un documento a un consulado o embajada de su pais. Ya no se trata que te demoren o tramiten con el papel sino que te pueden descuartizar y disolver en acido. Estos son los paises de ciertas coaliciones envueltos en turbantes y tunicas. Hasta Trump se pone incomodo y pide explicaciones.
 Uno se pone nervioso; despues de las cosas que he dicho del presidente Piñera no me dan ganas de renovar el pasaporte. De repente me encuentro con Krasnoff.

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