sábado, 25 de mayo de 2019

Una carta de los Libertadores. M.O. Medalla

De acuerdo a la ley de muchos paises, incluidos Chile y Argentina, quien compra un objeto robado incurre en un delito. Cristina Fernandez acepto una carta de los Libertadores que habia sido robada en Chile y comprada muchos años despues por el presidente Putin. Ella tenia dos opciones: rechazar el regalo por ser un objeto historico robado o aceptar el regalo e inmediatamente ponerlo a disposicion de la justicia para que fuera devuelto a sus legitimos dueños.
Doña Cristina no hizo ninguna de esas cosas y se llevo la carta para su casa.
Es solo una carta, un pedazo de papel escrito por un general en el exilio a otro general en el exilio. Sin embargo revela la calidad moral de gobernantes del siglo 21.
Eran otros tiempos cuando generales libertadores morian en el exilio, pobres, sin haber robado un peso, sin haber intentado eternizarse en el poder, y al final de su vida se escribian cartas honorables, afectuosas y sin un atizbo de mala leche ni mala intencion y aun, soñaban lo mejor para sus patrias.

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