viernes, 22 de enero de 2010

Pensando en voz alta.-

Queridos Lumumberos !

                                          No tenemos nada que agregar, luego de las elecciones presidenciales en Chile. Los Chilenos resolvieron que la concertación había llegado a sus límites y le mostraron sin más ni menos la tarjeta roja. Si bien la diferencia fue exigua, no menos cierto que la mayoría electoral decidió el cambio. A lo mejor no es el cambio que los chilenos exigía, pero cambio al fin de cuentas. El enorme potencial financiero de los adversarios de la concertación llegó por todas las rendijas de los hogares chilenos y, como es sabido, uno no es de fierro. Personalmente pienso que muchos chilenos no se hicieron realmente la pregunta de cual sería el cambio en cuestión. Que un gobierno de derecha triunfe en las urnas después de 53 años en un país como Chile, debe tener más de una causal. En primer lugar el peso de los años de gobierno de la concertación y las increíbles metidas de pata en su gestión, pueden haber sido el principal detonante. Más pienso que el lucubrar chilensis, en el sentido de realizar un cambio, cualquiera que este sea, forma parte de nuestra apaleada forma de resolver los problemas. Un poco de romanticismo de jugadores de ruleta Rusa y un buen poco de ignorancia y de olvido, cuando se analizan los contrincantes y los intereses que representan. Los que vivimos en el exilio no tenemos que hacernos un mea culpa de importancia. No teníamos derecho a sufragio ni pito que tocar. A lo mejor solo el echo que nuestro retorno ha sido lento y que quizás a lo mejor, nuestra experiencia de algo hubiese servido en el trabajo político. Pero nosotros no teníamos candidato. Aquel que pensó que la concertación debería ser nuestro puerto, lo más probable que se equivocó de frentón. La concertación fue una salida a los oscuros años de la dictadura, más en ningún caso la solución de los problemas vitales de nuestro país. Lo que si estoy seguro, es que la decepción de los trabajadores chilenos que votaron por Piñera será pronta y masiva. Sin haber tomado aún el mando de la nación, la derecha empieza hacer sondeos de como aceptaría el país una privatización de Codelco, por ejemplo. Ni hablar de los proyectos en cartera ni de los líderes que tomarán las responsabilidades ministeriales. Se dice por todos los rincones, que ardientes partidarios del Pinochetismo y de la derecha que saqueó al país durante décadas, se están arreglando los bigotes para iniciar “el cambio”. Este cambio en ningún momento está dispuesto a seguir con la agenda social de la Michelle ni de hilvanar un plan para cumplir con el millón de empleos que prometió Piñera. Muy por el contrario. Ya se habla de disminuir el salario mínimo para que el empresariado obtenga el oxígeno necesario para la inversión y las ganas de emplear parte del ejército de desocupados de Chile. La prensa de derecha tomó la iniciativa en estos sondeos, mientras que los que votaron por Piñera y que pertenecen al inmenso grupo de trabajadores que solo venden su fuerza de trabajo, piensan que en Chile no pasará nada que los pueda poner nerviosos. Un fuerte abrazo, mis queridos compañeros y mucha fuerza en esto de ponerle atajo al despojo ulterior que se avecina.

René

Alemania, 22.01.2010.-   

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.