Visas para las esposas de los "héroes" Cubanos, presos en USA.

Queridos Lumumberos !

                                         Como de costumbre, la compañera Carmen Mendoza, al parecer ex Lumumbera, me sigue bombardeando con chascarros libertarios y engrupos morbosos de la clase revolucionaria, adicta al régimen de los hermanitos Castro en el reinado de Cuba. Generalmente los borro sin abrir, pero esta vez me detuve en un artículo que me envió donde hace una “revolucionaria” defensa de los cinco Héroes de Cuba, como ella los denomina, encarcelados en Estados Unidos de América desde hace 8 años por espionaje. La historia de los “héroes” no la conozco hasta el final, dicho sea de paso. Me entero por Carmen Mendoza de sus destinos y de las circunstancias por las cuales fueron presa de las fuerzas de seguridad gringas y puestos ante un tribunal que los sentenció a varios años de cárcel. Lo central del artículo debía ser la negativa de los organismos de emigración de Estados Unidos a dos mujeres para visitar a dos de los presos, pero se expandió en los detalles de los presos. Se trata de Olga y Adriana, esposas de René González y de Gerardo Hernández. El primero de los “héroes”, sentenciado a 15 años de cárcel y el segundo a dos perpetuas, más 15 años por si las moscas. Según Carmen Mendoza, estos aguerridos defensores del progreso y del socialismo, se habrían entreverado en los grupos “terroristas” Cubanos residentes en Estados Unidos, para así evitar los muertos en Cuba y el deterioro de la economía nacional de la isla. C. Mendoza habla de miles de crímenes de estos grupos terroristas en Cuba, así como también de muchos asesinatos dentro de la población de ese “laborioso” pueblo. Hace una revolucionaria defensa de los cinco presos, apelando a que dejen el silencio las entidades de derechos humanos, iglesias, organismos diversos internacionales y que abandone el gobierno de Estados Unidos, la postura canallesca y bárbara de impedir el visado a las dos esposas para visitar a sus “héroes”, como recalca. Habla de los derechos humanos, de la ignominia, de la falta de sensibilidad de los organismos norteamericanos, etc. Lo concreto de todo, como he podido informarme en documentos sacados del Internet, que los cinco Cubanos llegaron a EE.UU. como refugiados políticos, pero resultaron ser agentes de la inteligencia Cubana, destinados a “sapear” no tan solo a los “grupos terroristas” Cubanos, sino que de paso echarle una miradita a otros aspectos de utilidad para los regímenes “amigos” que se encuentran en abierta beligerancia con los Estados Unidos de América. El llamado no es tan solo ridículo, sino que plasmado de una inocencia como para ponerla en un cuadrito, por lo “guevona”. Normalmente los que atentan contra la seguridad nacional de muchos países grandes, son condenados a la que te dije, a muerte. Los Cubanos tuvieron suerte por estar confesos y rompieron la madeja del silencio, de lo contrario las penas habrían sido peores. Lo más probable que este año cuatro de los “héroes” queden en libertad y sean despachados al paraíso terrenal Cubano. Pero también es probable que pidan asilo político en EE.UU., aún ante el peligro que sus familias en Cuba pasen a ser los judas de la nación socialista. Los organismos Norteamericanos descartan la concesión de asilo para espías, pero como en este mundo todo es flexible, puede que se llegue a un arreglín de este tipo. Por supuesto con un cambio de documentos, entregándoles nuevas identidades para que los sabuesos de Fidel y de Raúl no tengan chance de echarles mano. Todo una especulación, naturalmente. En una de esas los compadres mantienen su calidad de “héroes” en la patria de José Martí y se desmarquen de las ofertas del “imperio”. Habría tenido más peso este llamamiento de Carmen Mendoza, siempre y cuando su actitud “pasionaria” hubiese estado también al lado de los presos disidentes en Cuba. Abrir el tarro en la isla de la libertad a veces te cuesta el pellejo. Ni compararlo con los delitos de espionaje. Me dejó choreado el llamamiento de Carmen Mendoza. Piensa que aún los ex Lumumberos comulgamos con ruedas de molino y somos guevones sin arreglo.

René