jueves, 28 de febrero de 2008

Capitalismo-revolución.

Queridos Lumumberos !

                                          Desde hace algunos meses nos hemos dedicado a observar con lupa lo que pasa en el par de países socialistas que van quedando en el mundo. Los que aspiran a serlos, tienen un nuevo corte. Distinto a las bases fundamentales que inmortalizaran los clásicos del marxismo leninismo. Ya no se exige la propiedad estatal en los medios de producción ni el absolutismo de un partido sabio y único para conducir los procesos. Los criterios básicos son ampliamente conocidos por la familia lumumbera, razón por la cual no necesitamos repetirlos aquí. Los aspirantes al socialismo puro de otros años, hace tiempo que se encuentran en retirada. Más aún después del desplome de la URSS y del resto de los países del campo socialista de antaño. Por ahí quedan un par de pregoneros de la antigua “ciencia”, pero los efectos de su pregón son extraordinariamente bajos, tanto en la forma como en el contenido. Nadie se atreve a desmenuzar el capitalismo contemporáneo, por otra parte. Cuando existen elementos para reducirlo al desenfreno social de apropiación individual, mezquino y despiadado. Desde hace una semana que se encendió la discusión respecto a los nuevos procesos. A la globalización en despliegue, al poder incontrolable de las bolsas de valores mundiales, el blanqueo de capitales, la búsqueda afiebrada de geografías para esconder dinero negro de los sabuesos de impuestos internos nacionales, a fusiones arregladas con las superestructuras gubernamentales, al manejo de galerías de precios convenidos entre monopolios, a las crisis bancarias que con más frecuencia buscan el apoyo de los recursos fiscales. En Alemania se destapó la olla de la discusión con un par de anuncios de las empresas más emblemáticas de esta potencia económica. Continental, Henkel, Siemens, BMW y Nokia, anunciaron después de haber publicado sus balances con ganancias de miles de millones de euros, el despido masivo de casi 25 mil trabajadores. Después de la euforia que produjeron las ganancias millonarias entre los trabajadores de estas empresas, pensando que sus puestos de trabajo estaban asegurados, llegó la ducha de agua fría. El anuncio fue escueto y lapidario. Un portavoz de la empresa multinacional BMW puso el punto sobre las íes. El despido de los 8.100 trabajadores estaba respaldado por las nuevas tecnologías y por la necesidad de imprimir nueva fuerza a las acciones de la empresa en los valores bursátiles del mundo. En efecto. Después del anuncio, la bolsa de valores registró un alza importante en las acciones de estas empresas. Parece una lógica endemoniada, pero es la lógica de la globalización. En los círculos políticos europeos se habla de un fenómeno nuevo : capitalismo-revolución. Puede que el término no diga mucho, pero los analistas coinciden en que llegó la hora de hacer un examen minucioso del mundo en que vivimos, Deben estar de acuerdo las sociedades occidentales en que el orden establecido es un orden que obedece a los intereses de los grandes monopolios y de paso mantenga el bienestar económico y social ?. O se trata simplemente de una coincidencia en el desarrollo de la globalización antes que estallen los conflictos sociales ?. Creo personalmente que ambas cosas. Las sociedades occidentales han alcanzado un desarrollo vertiginoso en los años de la post guerra. Cuando era importante consolidar las nuevas geografías y administrar los esfuerzos para subsistir y prepararse para la próxima guerra. Pero ahora, en el momento cuando fueron superados parte de los conflictos entre dos sistemas antagónicos, aparece el fantasma de la cesantía, de la miseria oculta, de la desorientación de los jóvenes, de la desilusión de haber desintegrado la sombra del comunismo que tanto ayudaba a mantener a los ciudadanos en torno a una democracia. Pero sin pan no hay democracia y sin trabajo no hay dignidad. Aún cuando existe la disposición y la fuerza para entregar un aporte social, los nuevos desarrollos consideran que es mejor mantener a cientos de miles con fuerza activa, en las filas de los que mendigan en las instituciones sociales. De haberse tratado de una crisis momentánea empresarial de carácter singular, los primeros interesados en mantener la gestión de las empresas, eran sus propios trabajadores. Salían con sus familias a las calles y desistían de parte de sus salarios, organizando jornadas voluntarias de trabajo no remunerado. No siempre fue posible salvar las empresas. El estado eludía recurrir a las arcas de los contribuyentes para solventar los gastos de una mala gestión. Hoy es rutina. Los regalos a los monopolios son diversos. Tanto en años exentos de gravámenes tributarios, como en terrenos e infraestructura. La empresa Finlandesa Nokia, por ejemplo, recibió 80 millones de euros para que se instalara en Bochum, una ciudad al oeste del país.  Su compromiso era crear puestos de trabajo, aparte de dar mayor vida a las empresas que complementaban la producci처n. La oferta de Rumania fue m찼s placentera para los ejecutivos de la empresa. Despu챕s de cuatro a챰os de exitoso trabajo en Alemania, con m찼s de 7 mil millones de euros de ganancia neta, aceptaron que el gobierno central y regional Rumano construyera las instalaciones de una f찼brica similar, incluida toda la infraestructura, y se mandaron a cambiar, dejando 3.000 trabajadores cesantes. Los obreros mejor calificados de Rumania, reciben un m찼ximo salarial de 200 euros al mes. Bueno, lo central de los que les quer챠a decir, es que empez처 una discusi처n de fuerte contenido pol챠tico en Europa. Que hacer, trabajar para que la empresa sea exitosa o tirarse por la tangente para lo que los logros sean regulares y mantenerse en las fronteras nacionales, sin recurrir a la bolsa de valores. Esa libertad y esa democracia est찼 ahora en tela de juicio. El poder챠o de los monopolios, por sobre el estado, o la urgencia de cambios que permitan la discusi처n en torno a un nuevo orden econ처mico. Le contaba a mi amigo Juli찼n que la izquierda democr찼tica alemana a ganado en los 10 estados donde hubo elecciones. El clamor de las masas ser찼, a mi juicio, a첬n m찼s contundente en las elecciones que se avecinan en los estados restantes. Ya no existe nadie que permanezca incondicional frente al status quo,  ante la ola de despidos en las empresas con m찼s 챕xito.  El concepto capitalismo-revolución lo traducen en Europa como sigue : “el nuevo capitalismo globalizado, será su propio sepulturero en menos tiempo de que podamos imaginarnos”.  Lo que escribo lo escribo con rabia y cortito, por los anuncios realizados hace dos horas. Un fuerte abrazo a todos, con la fraternidad de siempre.

Ren챕

Alemania, 28.02.2008.- 

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