Cuando Kafka convirtio a Gregorio Samsa en un horripilante insecto y cuando despues de su muerte su novela La Metamorfosis fue publicada, los criticos se escandalizaron y el publico se sintio vejado. Un ser humano es tan sublime, no puede ser convertido en insecto. Pero los mismos criticos y el mismo publico habian aceptado a pie juntillas en su ni챰ez, que una bruja podia convertir a un Principe en un sapo.
Ahora no se que me gustaria mas: Que volviera Kafka y convirtiera a los lideres de nuestros paises en unos horripilantes insectos o que retornaran en sus escobas las brujas de anta챰o, las adorables brujas de nuestra ni챰ez y convirtieran a todos los terroristas en sapos.
Y si tuvieramos la felicidad de lograr ambas cosas, que felices seriamos viendo al coleoptero Bush persiguiendo al resbaloso sapo Al Quaida.
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