martes, 28 de febrero de 2006

Los Tuneles

Los tuneles comenzaron a construirse a fines de los a챰os cuarenta. Durante la campa챰a contra los franceses. No habia plan ni sistema preestablecido; pero a medida que la red de tuneles se hizo mas larga, su complejidad y ingenio iban en aumento. Hacia 1965 la red alcanzaba los 200 kilometros de largo, en varios niveles, con entradas submarinas desde el rio Saigon. Poco a poco se fueron incorporando nuevos niveles, pozos para suministro de agua, ductos de ventilacion camuflados en la superficie como peque챰os monticulos de barro cubiertos de hojas, ramas secas y orificios simulados. En ciertos niveles y distancia habia espacios mas grandes, algunos capaces de albergar hasta 50 personas, salas de reunion, puestos de comando, salas de operaciones, lugares de descanso. La red de tuneles pronto se transformo en el refugio y centro de operaciones del Vietcong, miles de guerrilleros ocuparon su espacio y desarrollaron actividades, planearon ataques e hicieron posible la prolongacion de la guerra contra los norteamericanos, asestaron golpes decisivos a las fuerzas de ocupacion y lograron la retirada yanki y su derrota militar.

En 1968, durante las celebraciones del A챰o Nuevo Lunar, Tet, se planeo en una sala de comando de los tuneles de Cu Chi la llamada ofensiva Tet, ataque masivo contra las fuerzas de ocupacion en superficie.

Han pasado 38 a챰os desde la Ofensiva Tet.  Tet Man Than. Hoy muchas calles de Vietnam llevan ese nombre. Era la celebracion del A챰o del Mono. A챰o inolvidable para las fuerzas de ocupacion.

 

Caminamos lentamente por el sendero de la selva. El paiseje parece de una pelicula de Oliver Stone. A cada momento parece que tras las ramas y los arboles aparecera un comando con ametralladoras y hasta ahi llegamos. Pero nada de eso sucede, el bosque esta silencioso y solo se escucha el ruido de las aves por alla arriba. El guardia se vuelve a cada momento para comprobar que no nos quedamos muy atras.

Unos minutos despues llegamos a un espacio mas grande; es una construccion de troncos con techo de paja, como un gran comedor con sillas enfrentando un gran televisor, arriba el retrato de Ho Chi Minh, banderas rojas y unos tres o cuatro soldados. Entre ellos una muchacha de unos 22 a챰os, nos saluda y nos invita a sentarnos. Luego me habla en ingles y me dice que nos mostrara una pelicula sobre los Tuneles de Cu  Chi. Luego me hace unas preguntas amables sobre Canada. Le contesto y luego le digo que en verdad soy inmigrante en Canada y que mi pais de origen es Chile. Cuando la muchacha escucha la palabra Chile, se vuelve hacia el guardia que es nuestro guia y le habla en vietnamita, en tono algo airado. El guia le responde y por los gestos deduzco que esta molesta porque nadie dijo que yo era chileno. Me pregunto cual es la diferencia. Ellos mientras tanto siguen la discusion y deciden llamar por telefono.  Comienza la pelicula en ingles ; una pelicula de propaganda parecida a las antiguas peliculas sovieticas en blanco y negro. Incluso la voz del locutor parece de Radio Moscu. Pero lo que muestran es aterrador. En ese mismo bosque en que nos encontramos aparecen los soldados, los ahorcados, las trampas, el humo de las bombas, los muertos. Es una pelicula sobre al Apocalipsis. Pero no vine a ver peliculas; quiero ver los tuneles. Al fin el documental termina y aparece un militar con pinta de mayor grado. Me saluda muy ceremonioso y me pide disculpas en ingles porque no sabian que yo era chileno. Le digo que no tiene importancia, que no hay diferencia. El oficial me mira con ironia y me dice que si hay diferencia. “ Vienen muchos canadienses. Primera vez que veo un chileno. Chile tiene significado especial para Vietnam. Nuestro pais tiene gratitud hacia Chile. Le doy la bienvenida a Cu Chi. Estoy a sus ordenes”.  Le agradezco y le doy la mano y le digo que la pelicula ha sido muy instructiva; pero deseamos ver los tuneles. Me responde que esta todo listo para comenzar el recorrido y se disculpa otra vez por no tener traductor en espa챰ol.  Luego se despide y me dice que me vera otra vez  cuando terminemos.  Toma la palabra la muchacha y me pregunta si estamos listos para entrar a los tuneles. Miro a Kim, que esta impresionada de toda la ceremonia anterior y le digo a la muchacha que si, estamos listos. Pienso para mi, “ que tanto lio por entrar a unos tuneles en la selva, ya dejense de ceremonias”. La verdad, no me imagino lo que vere en minutos.

El antiguo guardia nos conduce por otro sendero, su actitud es totalmente diferente a la anterior. Se nota que ser chileno causa mas efecto que ser canadiense, al menos en Cu Chi.

Se detiene a unos 200 metros de la caminata y me toma del brazo. Luego barre con los pies las hojas secas del suelo y aparece una peque챰a compuerta de no mas de 30 centimetros por lado. La levanta y me pide que mire hacia adentro. Es un pozo de agua para abastecer los tuneles. Quizas tiene unos 30 metros de profundidad. Mas adelante levanta otra compuerta y es una entrada a los tuneles. Pienso que por ahi no entro ni con vaselina; pero el guardia me tranquliza y me dice que los soldados vietnamitas son peque챰os, Nosotros entraremos por otro tunel. Seguimos caminando y el bosque se hace mas y mas cerrado. Kim me toma del brazo y el guardia sonrie. Aun no entramos y ya estamos medio asustados. La escenografia es impresionante. El sendero casi desaparece y pisamos hierba fresca, las ramas nos golpean la cara y vamos a manotazos con los mosquitos. El guardia me explica que los tuneles necesitaban proteccion y una de ellas eran las trampas. Un instante despues se detiene y nos muestra una compuerta de unos dos metros de largo. La empuja con un palo y la compuerta gira sobre ejes centrales y nos muestra su interior. A unos dos metros de profundidad hay unos doce o catorce palos de ca챰a dura , aguzados en las puntas. El que cae ahi adentro queda convertido en asado al palo. Saco una foto, medio nervioso, apenas se ven las puas en el fondo. Mas adelante hay mas trampas, unas para solo un cuerpo, para una pierna, metes la pata y no sales mas, hierros aguzados se entierran en los muslos del que cae. Le pregunto al guardia como evitaban que soldados del Vietcong cayeran en sus propias trampas. Me dice que el bosque estaba marcado como plano de una ciudad. Los guerilleros reconocian las marcas como si fueran semaforos. No habia donde perderse. Claro, pienso, no habia donde perderse.

Nos indica ductos de ventilacion. Son como grandes panales en el suelo. Los orificios estan disimulados, todo parece natural, nada indica la mano del hombre.

Llegamos a un lugar oscuro, mucha sombra de arboles y se detiene. Me dice que vamos a entrar a los tuneles. Me advierte que debo caminar agachado, que no hay luz y que siga su voz. En seguida abre una compuerta mas grande, veo dos o tres escalones. El guardia entra y le sigo. Kim entra y me toma de la camiseta. A poco entrar la luz desaparece casi por completo y comenzamos a caminar agachados. Los tuneles son muy estrechos, apenas para un cuerpo, solidas las murallas, de concreto. El guardia habla mas adelante y sigo, ya no veo ni mierda, el calor abajo se hace mas fuerte y Kim me agarra mas fuerte de la camiseta. Al cabo de unos 4 minutos que parecen 4 horas el guardia dice que levantemos la cabeza. Estamos en una habitacion de unos dos metros por lado. Es un dormitorio. Hay dos camas de madera y una linterna  muy debil alumbra el recinto. Estiramos las piernas y nos secamos la transpiracion. Saco una foto de Kim asustada en ese dormitorio a unos 10 metros de profundidad. El guardia me avisa que vamos a seguir hacia abajo y que nos agachemos. Sigue la caminata a tientas, agarrandose de las murallas de los costados y siguiendo la voz del guardia. Ahora caminamos como 7 u 8 minutos. Llegamos a otro espacio. Es una sala dxe operaciones. Hay una linterna mas grande. Vemos un armario con instrumentos quirugicos y dos mesas de operaciones hechas de troncos y lona. El guardia me explica que los instrumentos estan hechos de chatarra de tanques, aviones y helicopteros. Me cuenta que los medicos de Cu Chi improvisaron un sistema de transfusiones de sangre con la propia sangre de los heridos. “ Si un camarada era herido sin dañar los intestinos, se recogia la sangre de la herida, se filtraba y se volvia al herido por transfusion”. Luego me dice que mas grave que las heridas, en los tuneles el mayor problema medico era la malaria, las fiebres , las picadas de las arañas e insectos venenosos, el encierro y las infecciones.

Le doy una ultima mirada a la sala de operaciones, no deseo fotografiar ese lugar; me pregunto cuantos habran muerto en ese espacio bajo la selva.

Sigue la caminata en cuclillas. Kim me pide ir adelante, va mas asustada. Saco un par de fotografias del tunel interminable. Cuando llegamos a otro espacio, el guardia nos espera y habla. Por su tono deduzco que estamos en un lugar mas importante. Me toma del brazo y me dice que vamos a entrar a la sala de comando de las fuerzas del Vietcong. O a una de ellas. Descendemos casi en tobogan unos 19 metros; no veo un carajo, estoy empapado en sudor, las piernas ya no dan de estar dobladas. Pero estamos quizas a que profundidad, no hay salidas de emegerncia, ni ascensores, hay que seguir al camarada guardia, quien mierda nos mando a meternos en este hoyo. Con razon la muchacha sonrio cuando nos pregunto si estabamos listos.

Vemos una luz mas potente al frente. Es una peque챰a abertura en las murallas del tunel. Hay trampas por los costados. Por la luz entramos a una habitacion peque챰a, mas iluminada. Es como la sala de guardia, luego entramos en la sala de comando. Es una habitacion como de unos 10 metros de largo por 4 de ancho. Una mesa grande al centro, asientos tipo bancas al costado. Hay tres militares sentados frente a la mesa. Uno en la cabecera, con uniforme militar con camuflage, los otros dos con ropas de civil pero de mezclilla. Me pregunto como metieron ahi los troncos para hacer la mesa. Al fondo hay unos soportes con mapas de operaciones militares.

 

El guardia nos pide que nos sentemos. Recien entonces me doy cuenta que los militares en torno a la mesa son mu챰ecos, no son reales. En la penumbra estuve a punto de saludarles. Cuando estamos sentados, descansando las piernas y secandonos la cara y los brazos, el guardia comienza a hablar. Dice unas cuantas frases, pero cuando termina estoy sobrecogido, miro el lugar y no me convenzo  si lo que dijo el guardia lo escuche bien. Le pido que me repita. El guardia me dice que en esa habitacion, hace 38 a챰os se discutio y planeo la Ofensiva Tet. Nos han llevado especialmente a ese lugar.

Estoy sentado frente a esa mesa, los mu챰ecos parecen reales, me imagino la atmosfera de entonces, Saigon preparandose para el A챰o Nuevo, las flores, la fiesta, los americanos en su tregua de batalla y aqui abajo, en medio de las ara챰as, la malaria, los heridos y la muerte, los soldados del Vietcong se preparaban para el gran ataque, la ofensiva total, el golpe demoledor que definio la guerra; aqui abajo, en este infierno, frente a estas mesas de troncos y estos mapas en papel rustico, estos hombres preparaban y ultimaban los detalles de una batalla que conduciria a la derrota militar de los Estados Unidos.

Sentado frente a esta mesa me senti como hace 40 a챰os, en 1966 en Stalingrado, alla arriba donde construian la gran estatua de la madre patria en Mamaev Kurgan, conmemorando la victoria sobre el  fascismo aleman. Aqui no hay grandeza de monumentos, escenografia de victoria. Es una habitacion oscura alla abajo en la tierra. Pero tambien aqui se fraguo la victoria sobre los enemigos de la libertad y la independencia de un pueblo. Aqui abajo en este tunel del infierno, derrotaron a Kennedy, a Johnson, a Nixon, a Mc Namara, a Kissinger. En eso estoy pensando cuando el guardia me pregunta si estoy listo para continuar. Saco una fotografia de la sala y comenzaamos a salir del tunel.  Antes de salir entramos a otra habitacion grande . Es un comedor y el guardia nos dice que nos afreceran una comida propia de los tuneles durante la guerra. Una muchaacha en la sala nos pide sentar frente a la mesa y nos lleva una bandeja con tazas de te verde y otra bandeja con unos cilindros blancos. Son frutos de casava, parecidos a las patatas. Hay un pocilo con sal y pimienta. Untamos la casava y comemos en silencio. Bebemos el te y hacemos un brindis. El guardia aprende a decir Salud y brindamos por Vietnam y por Chile.

Nos despedimos de la muchacha y comenzamos a salir del tunel. En total hemos estado 3 horas y hemos recorrido unos 3 kilometros de los 250 kilometros de los tuneles de Cu Chi.

Arriba nos espera el oficial, nos ofrecen agua y nos invitan a descansar en una sala de huespedes internacionales. Veo fotos de mandatarios, ministros, del Presidente de Vietnam dentro del tunel. Saco fotos y Kim me saca una sentado en la mesa de honor delante del retrato de Ho Chi Minh. Reimos y hacemos bromas, pero son bromas ficticias. Traemos una carga pesada desde adentro de los tuneles. Quizas sea la carga de tantos muertos, la certeza de estar en este lugar que fue el infierno de miles y miles.

Pienso en los americanos muertos y su tragedia. Ellos no aligieron venir aqui. Les enviaron a morir. Como los envian hoy a morir en Afganistan, en Irak.

Ojala mucha gente pudiera venir a este lugar. Quizas si muchos americanos y sus lideres vinieran aqui, ello ayudaria a comprender que las invasiones casi siempre terminan en derrota y que los pueblos siempren encuentran el camino de recuperar su libertad e independencia.

A veces el camino es un largo tunel de 250 kilometros. Al final del tunel esta la luz despues de todo.

Volvemos a Saigon en silencio. El campo se divisa tan  bello y apacible. Los arrozales interminables, las flores. Las bellas mujeres sonrien y ofrecen las frutas.

Tanta muerte, tanto dolor para que estas bellas mujeres pudieran vender sus frutas.

Marcos Medalla  

Vietnam, Febrero 2006.

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