Queridos Lumumberos !
Leí nuevamente con mucha emoción los textos de Juan Escobar y de nuestro Marcos Medalla. Parece mentira que estos amigos nos hayan llevado por los rincones de un mundo totalmente nuevo, como si también hubiésemos estado allí todos los días del matrimonio de Marcos y muchos otros más. Si Juan Escobar se cagó de miedo con la serpiente que se escabulló pos sus talones, el día en que viaje a Vietnam iré con armadura o con traje de buzo. Agradezco también a Bernardita por sus apuntes, sin los cuales Juan no habría podido resumir estas vivencias. Quedé con la bala pasada, queridos amigos. Después de tanto caminar por este mundo, creo que no será posible entregar las herramientas sin haber llegado a esas tierras queridas y honradas en la lucha de ese pueblo heroico. Marcos Medalla dio el primer paso en llegar. Y hablando entre nos compadre, caramba que puntería. Se encontró a una bella de verdad y nos hermana de paso con ese pueblo y con su extraordinaria geografía. No me pierdo reportaje sobre Vietnam desde el día en que Marcos encontró a su media naranja allí. Recuerdo como si fuera hoy la media emborrachada que nos pegamos cuando EE.UU. admitía su derrota en Vietnam. Fue el día en que Vietnam se nos quedó pegado en la piel para siempre, como lo comentan nuestros amigos viajeros. Gracias por el relato Juan. Gracias Marcos por completar esta bella historia sin repetir ni una sílaba. Gracias a ti Bernardita también por la manía de las mujeres de desconfiar de la memoria y pasarse algunas horas haciendo apuntes. Gracias pueblo de Vietnam por tus bellas mujeres y por la humildad de abrirle las puertas a los nuestros. Un fuerte abrazo a todos, con la fraternidad de siempre.
René
Alemania, 04.05.2009.-
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