Previsión de Julian Alcayaga. parte 2 de 3.

segunda parte....,

 

 

Si sumamos los costos salariales y de cotizaciones sociales, ellos alcanzan la suma de $. 75.000 por el refrigerador fabricado en Chile, y s처lo $ 12.500 por el importado, ya que las cotizaciones sociales alcanzan a alrededor de un 25 % de los salarios, incluyendo salud, previsi처n, seguro de cesant챠a y de accidentes del trabajo. Esto significa que cuando un consumidor chileno adquiere un REFRIGERADOR IMPORTADO, ese refrigerador paga en Chile costos de seguridad social o cotizaciones sociales 6 veces inferiores al refrigerador fabricado en Chile. Eso es lo que ocurre en general con las cotizaciones sociales basadas en las remuneraciones, que son costos, solamente para las empresas que fabrican y emplean mano de obra en Chile, mientras que por los productos importados, al no pagar remuneraciones en Chile, tampoco pagan cotizaciones sociales. Estas diferencias son a첬n m찼s marcadas en el caso de los productos manufacturados que hoy Chile importa desde China, pa챠s donde las cotizaciones sociales no son asumidas por las empresas, si no que son financiadas por el Estado mediante los impuesto generales, incluidos los aranceles que castigan duramente a los productos extranjeros que China importa, incluidas las importaciones chilenas. De esta manera las empresas chinas compiten con las chilenas, no solo con salarios m찼s bajos, sino que tambi챕n sin cotizaciones sociales, porque las asume el Estado. Este desequilibrio en contra de las empresas chilenas ser찼 siempre as챠, mientras subsista en Chile un sistema de cotizaciones de Seguridad Social basado  calculadas sobre las REMUNERACIONES.

 

Como lo vimos en el cuadro anterior, por el refrigerador de un valor de $. 200.000, con una cotizaci처n por ejemplo de 25 % en base a las remuneraciones, las cotizaciones sociales del refrigerador fabricado en Chile alcanza a los $ 15.000, pero solo es de $ 2.500, por el refrigerador importado, y se capta en total $ 17.500 de cotizaciones sociales entre ambos refrigeradores. Si sustituimos la cotizaci처n de 25 % sobre las remuneraciones, por una cotizaci처n de solo 5% sobre las ventas, se recaudar챠a en total $ 20.000 de cotizaciones, pero las cotizaciones sociales del refrigerador fabricado en Chile bajar챠a en un tercio, de $ 15.000 a $ 10.000, mientras que el refrigerador importado aumentar챠a sus cotizaciones en 4 veces, de $. 2.500 a $ 10.000, lo que deja en evidencia que este impuesto-cotizaci처n permite una disminuci처n de los costos salariales de las empresas que producen o fabrican en Chile, y un encarecimiento de los productos importados.

 

Sin embargo, por consideraciones pol챠tico-ideol처gicas, pero m찼s bien por desconocimiento, una cotizaci처n-impuesto en base a las ventas puede ser considerada regresiva, porque al ser calculada sobre las ventas, se la compara con el IVA, que en los hechos es un impuesto regresivo en comparaci처n al impuesto a la renta u otros impuestos directos. Pero lo que se olvida en este an찼lisis, es que las cotizaciones sociales son tan regresivas como el IVA, las materias primas, la energ챠a, los salarios, depreciaciones, etc., puesto que todos estos costos son pagados finalmente por el consumidor, y desde ese punto de vista, que las cotizaciones sociales se calculen en base a las remuneraciones o las ventas, para el consumidor es exactamente lo mismo, porque igualmente tiene que pagarlas, de la misma forma que paga el IVA.

 

El siguiente cuadro, con una estructura de costos simple de un refrigerador fabrizado en Chile por un valor de $ 200.000,  nos permite visualizar tanto el rol regresivo para un consumidor de las cotizaciones sociales y del IVA.

 

Costos de fabricaci처n	73.067
Salarios producci처n neto	50.000
Salarios comercializaci처n neto	10.000
Cotizaciones sociales	15.000
Ganancia empresario	20.000
I.V.A. 19 %	20.000
Precio al p첬blico	200.000

 

 

Como vemos, las cotizaciones tienen en el costo del refrigerador o precio del producto, el mismo efecto regresivo que el IVA. En consecuencia, que las cotizaciones sociales se calculen como un porcentaje de 25 % sobre las remuneraciones, o como un porcentaje de 7,5 % del precio de venta, no cambia absolutamente nada al hecho que las cotizaciones sociales sean un costo para el empresario y consecuencialmente para el consumidor, cualquiera sea la base de su c찼lculo, las remuneraciones o las ventas.

 

La sola manera que las cotizaciones no sean un costo para la empresa, es que se haga lo mismo que en China u otros pa챠ses socialistas: que la seguridad social sea financiada por el Estado con impuestos generales, pasando a ser un costo para la sociedad en su conjunto, pero no por ello deja de ser un costo, que todos los consumidores finalmente pagan. Lo que importa desde un punto de vista de la econom챠a nacional, es que ese costo no afecte a las empresas nacionales sobretodo a aquellas que aportan lo esencial del empleo. Desde el punto de vista del desarrollo de la econom챠a nacional y sobretodo del empleo, las cotizaciones sociales son tremendamente regresivas, pero solo son regresivas aquellas que se calculan en base a las remuneraciones.

 

Trasladar la base de c찼lculo de las cotizaciones sociales desde las remuneraciones a las ventas o cifra de negocios, permite terminar con la injusticia que significa, que s처lo los productos fabricados en Chile y que crean empleo en el pa챠s, tengan que soportar "costos de cotizaciones sociales", mientras que los productos importados que contribuyen a crear desempleo en Chile, al sacar del mercado a un producto nacional, quedan pr찼cticamente exentos del pago de cotizaciones sociales. Calcular estas cotizaciones sobre las ventas, restablece el equilibrio a favor de la producci처n nacional.

 

Otro efecto muy positivo de este tipo de impuesto-cotizaci처n, es que favorece primordialmente al conjunto de peque챰os y medianos empresarios, agricultores y comerciantes, que aportan el 80 % del empleo en Chile, precisamente porque al no tener los medios para automatizar sus procesos productivos, emplean mucha mano de obra, pero con ventas relativamente bajas por trabajador empleado. Los costos de las cotizaciones sociales de las peque챰as y medianas empresas disminuir챠an considerablemente, si su base de c찼lculo ya no son las remuneraciones si no que las ventas. Trasladar estas cotizaciones sobre las ventas, permite que las peque챰as empresas aumenten su competitividad y a la vez favorece la creaci처n de empleos, al bajar sensiblemente sus costos salariales.

 

Finalmente, queremos hacer notar adem찼s, que una cotizaci처n en base a las ventas, en vez de las remuneraciones, ya no ser찼 pagada s처lo por 5 millones de trabajadores activos, sino que por los 16 millones de consumidores chilenos, lo que diluye considerablemente su costo, y permite aumentar la cotizaci처n en muy peque챰as proporciones, en el caso que el sistema se desfinanciara en alg첬n momento, lo que a su vez significa que este sistema podr찼 siempre estar financiado, lo que no ocurre actualmente con los sistemas de previsi처n por reparto, basados en las remuneraciones, puesto que se desfinancien a medida que aumenta la proporci처n de adultos mayores en edad de jubilar, en relaci처n a la poblaci처n activa que debe cotizar.

 

 

Pensi처n M챠nima Universal

 

Para no cambiar completamente los sistemas de seguridad social existentes en la actualidad, que se basan principalmente en cotizaciones sobre las remuneraciones, como es el caso de las AFP, se podr챠a crear una pensi처n m챠nima universal,  bas찼ndose precisamente en una cotizaci처n-impuesto sobre las ventas, y como no se trata un IVA, tambi챕n tendr챠an que pagarlo todas las empresas exportadoras, que hoy est찼n exentas del pago del IVA. Por ejemplo, las grandes empresas mineras durante el a챰o 2005 exportaron alrededor de 15 mil millones de d처lares, y pagaron remuneraciones cercanas a los 600 millones de d처lares solamente, seg첬n estad챠sticas del INE-Sernageomin, por lo que si las cotizaciones fueran de 2 % sobre las ventas, deber챠an pagar 240 millones de d처lares, mientras que si pagaran 4 % sobre las remuneraciones, alcanzar챠an apenas a 24 millones de d처lares.