lunes, 14 de abril de 2008

Recordando a René y a Paula.

Queridos Lumumberos !

                                         Han pasado tantos años desde que estoy en el exilio, que estaba con la idea de que en mi vida solo existían los recuerdos del pasado en la Lumumba, mi familia y los amigos de la infancia de mi pueblo en el sur de la patria. A veces mi hermana de Chillán me despierta del sueño eterno de que todo es imperecedero, cuando me comunica la muerte de alguno de los viejos estandartes, amigos de mis padres. Cosa curiosa, al cabo de unos días, vuelvo a restituir a esas personas en el mundo de los vivos y a veces ocurre que tengo dificultades para determinar si viven aún o ya se marcharon. Hace dos días recibí la noticia de la muerte de una amiga de Buin. Tenía 12 años en 1966 cuando ahuequé el ala rumbo a la Unión Soviética. Se me gravaron en la memoria sus lágrimas de despedida y los abrazos en el viejo “los Cerrillos” del Santiago de entonces. Fue como mi hermana menor por el cariño brindado y por las esperanzas de un retorno al terruño, con un diploma bajo el brazo. Era la tercera de una familia de 6 niños, que me recibió como un hijo cuando llegué de San Ignacio a la apacible ciudad provinciana de Buin, en las cercanías de Santiago. El padre, oriundo de Pueblo Seco, también del sur, trabajaba en el banco del estado de Santiago, aunque logró más tarde dar su examen de grado en abogacía, cuando tenía más de cincuenta años. La familia temprana y la necesidad de los malditos pesos, lo obligaron a estudiar esporádicamente y a trabajar en su carrera por espacios. En el 2006, recorriendo las sepulturas del cementerio de Buin, me enteré de la muerte del cuarto de la familia. Era mi tocayo, se llamaba René y sufrió un infarto del miocardio llegando a su casa hace ya más de 7 años, desde una población bajo el azote del ventisquero. Paula ( me repetía que su nombre era Pabla z no Paula) y René eran médicos. Con mucho esfuerzo, el padre logró financiar sus estudio, cosa impensable en los años de la dictadura y de la concertación. Paula y René Fuentes eran comunistas, a pesar de que la familia era por tradición y doctrina radicales. Era el sueño de ambos, recibirse de médicos y poner la profesión al servicio de los más desprotegidos de la patria. El sueño se hizo realidad. No de ingresar al partido comunista, sino que en términos profesionales. La muerte de René fue un golpe salvaje para la familia. Hacía apenas un par de años que sus padres también habían partido. La madre, la señora Viola, que muchos Lumumberos conocieron como profesora de la escuela consolidada de Buin, murió postrada por el Altzheimer. En el 2006, visité la casa de la familia, frente a la central telefónica de Buín, pero allí habían nuevos inquilinos que no pudieron darme ninguna información de sus paraderos. Paula fue el médico que asistió hasta su muerte a Gladys Marín, acosada de un cáncer cerebral. Por la cosas del destino, Paula padeció de lo mismo y fue finalmente un cáncer cerebral también la razón de su muerte.  Me pas챕 el d챠a recordando los momentos felices de esa familia chilena. Una familia generosa y abnegada, que recuerdo cada vez con gratitud y cari챰o. Me habr챠a gustado contarles m찼s cosas de sus suertes y desgracias, m찼s creo que es suficiente decirles que me caus처 angustias que hace mucho tiempo hab챠a dejado de sentir. Paula y Ren챕 se quedaron en mi memoria con la juventud de entonces. Cuando me parec챠a imposible que sus sue챰os juveniles fueran plasmados en realidad. Pero el tes처n de ambos y el apoyo de la familia, hizo posible que se destacaran en sus estudios profesionales y en la magna misi처n de asistir a la gente humilde en sus desgracias. Echo mierda como estoy, no puedo otra cosa que decir, Compa챰eros Ren챕 y Paula, Presentes !. Un abrazo a todos, con la fraternidad de siempre.

Ren챕

Alemania, 14.04.2008.- 

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