lunes, 6 de septiembre de 2004

Mi carta al compañero Roberto Roman.

 Estimado compañero Roman:
Es muy lamentable que nos hayamos “conocido” en las actuales circunstancias. Yo tambien recuerdo tu nombre entre la generacion del 66 y como corresponde a nuestra fraternidad lumumbera, es natural que acepte tus disculpas por unas palabras de mas o de menos.
Pero eso no significa que yo acepte verdades por establecidas solo con señalarlas, sin base real ni pruebas al canto. Todos los antecedentes que yo presente y que tu mismo señalas como  indiscutibles, son pruebas aceptadas en cualquier litigio de delitos computacionales. La situacion de “adress spoofing” que nuestro compañero Pfeng describe y que seria la solucion que tu hijo propone al caso, requiere la sofisticacion de programas especializados y en el caso de un Ministerio de la Republica de Chile, secuestrar esos computadores es materia de delitos contra el estado que no facilmente pueden ser acometidos por cualquiera y menos para socavar una simple pagina de amigos.
Yo entiendo tu posicion de querer sacar a tu amiga del problema. Pero para ello, tal como se lo manifeste a ella personalmente por telefono, se necesita otra cosa y es lo que yo solicitaba; esto es, las averiguaciones tecnicas en su propia oficina, no la aseveracion de sus jefes que esto era producto de un virus, para luego, en la siguiente carta, cambiar a un secuestro de computadores. Ya lo creo que esto resulte dificil, sobre todo cuando hay pruebas tan contundentes de que los mensajes falsos salieron de ese lugar.
Cuando nuestro compa챰ero Froddi se molesta ( Iddorf, que tu no recuerdas), es natural que asi sea, porque todos nos molestamos cuando nos tratan de imbeciles. O al menos de incautos e inocentes, de creer que entre los trillones de computadores del mundo, alguien eligio precisamente los de un Ministerio de la Republica de Chile, protegidos naturalmente, y la cuenta de alguien vinculado a nuestra comunidad, para atacar a nuestra modesta pagina.
Estimado compañero Roman, te ruego no confundir mi humoristica ironia, con animos de poner la otra mejilla para que sigan abusando nuestra sencilla pagina. Tu dices que mi “deseo de reconciliacion” es prueba de nuestra hermandad lumumbera. En un problema como este, como en todos en la vida, para que haya reconciliacion, debe haber una participacion igualitaria de las partes; no se trata de reconciliarse basados en echarle tierra al problema y aqui no ha pasado nada. Nadie entre los culpables, sean quienes sean, recordaron la hermandad lumumbera cuando intentaron dejarme en ridiculo y solo cesaron de enviar los mensajes brujos cuando yo avise que los habia interceptado.
Es indudable que nuestra pagina El Purgante esta destinada a otros objetivos, como discutir la realidad de nuestros paises, contactar a nuestra comunidad y servir de puente de union y no de discordia. Pero en una situacion como esta, mi opinion es que hay valores muy importantes en juego. Yo estoy cierto que muchos compa챰eros quisieran olvidar esta situacion tenebrosa, pero antes de ello, yo he querido una vez mas dar las razones de mi insistencia.
Dora Carre챰o es una persona hacia la cual he tenido sentimientos de amistad y cari챰o por mas de 39 a챰os. Marcelo Concha fue mi amigo y camarada desde antes de la Lumumba. En Moscu fui yo quien saco las fotos de su casamiento. Te digo esto porque yo tengo tantas razones como tu para querer ver a Dora exonerada de esta situacion. Pero para ello, estimado compa챰ero Roman, se necesita mas que afirmaciones subjetivas, poner punto final al problema con buen humor e invocar la hermandad lumumbera.
Cuando me pongan pruebas como las que yo puse, ahi yo aceptare que esto fue un virus, un secuestro de computadores o como lo dice mi querido compa챰ero Enrique Pfeng, esto fue Adress spoofing contra el modesto Purgante.
Estare feliz de publicar esas pruebas; las que exonerarian a nuestra comunidad.  Jamas he buscado esta situacion; alguien de mala leche nos llevo a esto.
Te saluda con fraternidad lumumbera,
Marcos Medalla
 

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