"No habr찼 excepciones", indica un memor찼ndum enviado el viernes a los empleados del ala oeste de la mansi처n presidencial sobre las clases que, entre el lunes y mi챕rcoles pr처ximos, organizar찼 la oficina legal de la Casa Blanca.
Las clases obligatorias afectar찼n a empleados que tengan acceso a datos delicados o secretos que por ning첬n motivo deben filtrarse a la prensa.
Según informó el sábado The Washington Post, Bush consult처 la idea de las clases el pasado fin de semana con su jefe de personal, Andrew Card, y su principal consejera legal, Harriet Miers.
Contra una crisis de debilidad
Bush, quien afronta una crisis de credibilidad, seg첬n algunos sondeos de opini처n, decidi처 enviar a sus empleados a las "clases de actualizaci처n" sobre 챕tica despu챕s de que uno de sus m찼s cercanos asesores fuese procesado en el caso relacionado con la filtraci처n a la prensa que Valerie Plame era una agente de la CIA.
Lewis "Scooter" Libby, asesor de Bush y brazo derecho del vicepresidente, Richard Cheney, fue acusado la semana pasada de cinco cargos de perjurio, obstrucci처n a la justicia y mentir bajo juramento y, de ser declarado culpable podr챠a afrontar hasta 30 a챰os de c찼rcel.
Seg첬n el memor찼ndum, Bush espera que sus empleados cumplan "al pie de la letra" las normas de 챕tica del Gobierno. Con ese fin, la oficina legal de la Casa Blanca, a cargo de Miers, realizar찼 la pr처xima semana "una serie de presentaciones y charlas sobre 챕tica, incluyendo los reglamentos sobre el debido manejo de informaci처n secreta".
Los empleados tomar찼n las clases en el orden alfab챕tico de sus apellidos y, de mantenerse ese orden, el principal asesor pol챠tico de Bush, Karl Rove -tambi챕n en la mira de los investigadores por el "caso Plame"- asistir챠a el mi챕rcoles pr처ximo.
Lealtad, integridad y honestidad
Ya en enero de 2001, Bush hab챠a enviado un memor찼ndum sobre "las normas de conducta oficial" para los empleados p첬blicos, en el que destac처 los principios de lealtad, objetividad, integridad y honestidad, entre otros.
La oposici처n dem처crata ha aprovechado esta debacle en el seno de la Casa Blanca para exigir el despido de Rove o que se retire su acceso a datos de suma sensibilidad para EEUU, como medida punitiva por su supuesta participaci처n en el "caso Plame".
La senadora dem처crata Barbara Mikulski dijo hoy que Bush y los republicanos deben aprender de estos esc찼ndalos. "Las ambiciones pol챠ticas de unos pocos nunca deber챠an anteponerse a hacer lo correcto. En los pr처ximos d챠as, el presidente Bush tendr찼 la oportunidad de demostrarnos que entiende esta lecci처n", aconsej처 Mikulski en un discurso radiof처nico.
Pero, el viernes, antes del inicio de la IV Cumbre de las Am챕ricas en el balneario argentino de Mar del Plata, Bush evadi처 comentar sobre el futuro pol챠tico de Rove, alegando que se trata de una investigaci처n "que todav챠a no acaba".
Una encuesta del "Washington Post" y la cadena ABC News, divulgada esta semana, indica que el 40% de los estadounidenses cree en la honestidad de Bush, una baja del 13% en los 첬ltimos 18 meses.
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