China y la autonomia del Tibet.

Queridos Lumumberos !

                                         Los problemas en Tibet llenan los diarios occidentales de todo el mundo. Algunos comentarios en forma moderada, otros exigen la suspensión de los juegos olímpicos de verano en la Republica popular China y el aplique de sanciones económicas y políticas. Si bien se trata de una protesta contra el gobierno central de China, no menos cierto es que en parte han sido orquestados por instituciones interesadas de occidente, por el enorme peso específico de China en el comercio y en el desarrollo económico en general. Resulta que China tomó posesión del Tibet hace más de 57 años. La “provincia”, de cerca de 1,2 millones de Km cuadrados y con una población de alrededor de 2 millones de personas (con una densidad promedio de 2,2 personas por Km cuadrado), siempre fue el patio pobre de la región. Gobernada por un ente teocrático, en donde los campesinos prácticamente eran esclavos del clero. No existía la infraestructura mínima, ni calles ni alumbrado, ni la mínima contingencia sanitaria. En los últimos años la región del Tibet, en parte aún gobernada por India en el sur, ha conseguido la atención del gobierno central Chino, con fuertes inversiones en infraestructura, escuelas, hospitales, institutos de instrucción científica y técnica. Les recuerdo que la región disfruta de una gran autonomía. Mucho mayor que la autonomía del pais Vasco, por ejemplo. En lo cultural se ha respetado el idioma escrito y hablado, aparte de la libertad religiosa, que a mi juicio, sigue siendo la piedra angular de muchos de los problemas. No significa esto que con ello se defienda el sometimiento ni la falta de libertades democráticas. Pero si lo miramos del punto de vista de los avances que ha tenido la región, el período de abstinencia a la violencia ha sido digno de destacar en todos esto años. Recién, hace un par de años, fue puesto en servicio el ferrocarril más moderno y más alto del mundo. La inversión de miles de millones de dólares, dice relación con los planes del gobierno central de completar la anexión territorial con un mejoramiento substancial de las condiciones de vida de su población. Pero no solo de pan vive el hombre, indudablemente. Existen los valores humanos que deberían estar por sobre el sometimiento por la fuerza, a la que nos estamos acostumbrando los habitantes de este mundo en que vivimos. Lo estamos viviendo recién con la declaración unilateral y bien orquestada por occidente de Kosovo. Allí viven miles y miles de ciudadanos Serbios, que han sido privados no solo de sus derechos, sino que también de sus propiedades. No todos los estados han reconocido a Kosovo. Sobre todo ninguno de aquellos que tienen sus yayitas territoriales con grupos étnicos que reclaman igualmente una independencia. Tibet está en el centro de la gran protesta de la gran política. El premio Nóbel de la paz, el Dalai Lama, ha sido un personaje que siempre ha estado en contra de la violencia, pero que no oculta su beneplácito por la protesta desatada en la región. Premios Nóbeles de la paz hay muchos, pero que algunos de ellos deberían haber aterrizado en la cárcel por sus fechorías (Begin, Kissinger, Arafat), no cabe duda. Es difícil hacer una defensa de los derechos adquiridos por la Republica Popular China hace más de 57 años, pero mucho menos por la situación de esclavitud en que vivían los habitantes del Tibet antes que esto ocurriera. Los impuestos promulgados por el clero budista eran agobiantes, aparte que prácticamente no existía ley alguna que los defendiera de los abusos. Algo similar a la inquisición de otros tiempos, en donde cualquier protesta te hacía aterrizar en la hoguera. Los problemas de la falta de libertades democráticas en el Tibet son los mismos que podrían esgrimirse para el resto de la Republica Popular China. En los tiempos de la hambruna generalizada en China, a nadie le importaban los derechos humanos. Las invasiones japoneses de tiempos pasados solo preocupaban por la incidencia que tendrían en el reparto posterior del mundo. Los jefes de estado llegan ahora a Pekín (o como se llame ahora) a dialogar de cómo debería ser el comercio internacional, para que sus mercados no sean invadidos por las manufacturas de China. Hace poco, los encargados de las finanzas del mundo occidental, estaban agradecidos de los aportes de China en el mercado financiero, que impedía las hecatombes con su poderío económico. Les recuerdo que China es el país que más posee recursos en moneda extranjera, capaz  de desestabilizar el enclenque andamio de los centros financieros del mundo. Pero la amenaza “económica” de China no ha terminado, según los observadores. Lo que antes era normal, inundar los mercados con productos de occidente, hoy andan con el culo a dos manos desacreditando al gigante asiático. Que mejor que boicotear los juegos olímpicos, por ejemplo. Pero se mantienen a raya, por la protesta de los deportistas y del negocio televisivo y de otros sectores que deben cubrir el evento. Claro que hay que protestar por el abuso en todos los rincones del mundo. Solo que no debemos cometer el error de descuartizar solo a uno de los malandrines, sino a todos los que atropellan los derechos humanos en todo el mundo, aún sin el consentimiento de las organizaciones mundiales. En Irak han muerto más de 100.000 civiles. Cuantos fueron los Yugoslavos que murieron durante el atraco por parte de la OTAN ??. La protesta se ha adormecido, olvidando la barbarie. Tibet se encuentra en la cúspide de la protesta contra China, lo que hace olvidar el terrorismo en otras latitudes por parte de los civilizados de siempre. Sigo de cerca la mocha, más no me dejo deslumbrar por la retórica democrática de algunos chacales bien conocidos por todos nosotros. No defiendo en ese sentido a China. Pero me saco el sombrero ante un pueblo que no solo ha sabido derrotar la pobreza extrema en su territorio, sino que ha sido un buen complemento para humanizar el mundo en desarrollo con asistencia técnica y crediticia de otro carácter (Africa, Asia y en parte en América latina). Es mi punto de vista, mis queridos amigos. Equivocado o cierto. Un fuerte abrazo a todos, con la fraternidad de siempre.

Ren챕

Alemania, 20.03.2008.-