viernes, 14 de marzo de 2008

Hoy me acordé de Cuba.

Queridos Lumumberos !

                                         Creo que los inicios del mandato de Ra첬l Castro no son tan miserables, si los miramos con el prisma del com첬n de los mortales de Cuba. Por fin el gobierno empieza a autorizar la importaci처n de algunos bienes de consumo, considerados superfluos por Don Fidel. Algunas computadoras, algunos aparatos microondas, bicicletas, a lo mejor hornos el챕ctricos y tostadoras a partir del 2009 o el 2012, seg첬n Ra첬l. En dependencia, naturalmente, si la generaci처n de energ챠a el챕ctrica para ese tiempo estar찼 en parte resuelta. Todo cargado a un cr챕dito de largo plazo de la Republica Popular China, pero bien amarrado en lo que se refiere a las cosas a importar. Ra첬l tambi챕n prometi처 algunas libertades para el uso del Internet, pero sin la seguridad que as챠 sea. Lo importante, en este momento, es entregar algunas cosas que ha venido prometiendo el nuevo jefe del gobierno Cubano, desde que asumiera la presidencia interina de la isla. En sus discursos, el general Castro ha prometido eliminar una serie de prohibiciones absurdas y ponerle empe챰o a las cosas que demanden aliviar la carga del abastecimiento y la falta de libertades democr찼ticas. De cualquier manera las adquisiciones de los bienes durables, ser찼n en pesos fuertes, es decir, la moneda que solo algunos reciben y que representa 24 veces el valor de la moneda que recibe el perraje normal y silvestre. Recuerdo los almacenes Biriozka de la URSS y los la Republica Democr찼tica Alemana, que en este momento no recuerdo como se llamaban. Esos almacenes exist챠an en la totalidad de los pa챠ses del campo socialista, zanjando de manera miserable y humillante la poblaci처n en dos grupos : los que ten챠an familiares en occidente y los que no los ten챠an. Tambi챕n exist챠an cupones convertibles para los que trabajaban en empresas de comercio exterior o en las embajadas y consulados, pero tambi챕n para los compadres que se arreglaban los bigotes con alg첬n  mandamás del gobierno o del partido. Sucede lo mismo con los cubanos. Quienes reciben billete verde o de cualquier color convertible de parientes o amigos de países capitalistas, pueden cambiarlos en pesos fuertes, teniendo así acceso a las tiendas con ofertas de privilegio. También recuerdo haber sido miembro de un comité económico durante la Unidad Popular, capitaneado por el entonces vicepresidente del banco Central de Chile, Don Hugo Fazio. En una de estas reuniones “fantasmas” de medianoche en el Banco Central, escuché la propuesta del señor Fazio en implementar tiendas de productos durables y de consumo corriente para captar moneda dura. Quedé como chaleco de mono cuando dije que no podía apoyar esa humillación al pueblo chileno. Independientemente de mis explicaciones de lo que había visto en los países socialistas, las conversaciones solo fueron interrumpidas semanas más tarde con el golpe militar. Nunca más volví a participar en las reuniones del famoso comité económico, ni nadie volvió a invitarme. No era extraño que en tiempos de extremo desabastecimiento y de hiperinflación, la única moneda que tenía la fuerza de conseguir lo que fuera, era el dólar de Estados Unidos. El resto de las monedas “duras” del mundo prácticamente no circulaban en Chile. Le deseo suerte a Raúl Castro en el intento de mejorar las condiciones de vida del pueblo cubano. Pero de proseguir la política económica de entonces y actual, no le veo mucho futuro. Para más remate, no se como se las va a arreglar Cuba para mantener intacto su equipo olímpico para las olimpiadas de China. En un partido preparatorio de la selección sub 23 en la ciudad de Tampa (USA), se le echaron a volar 7 de sus jugadores. Todos menores de 23 años, naturalmente. Eso indica que la juventud cubana está con el agua hasta el cuello con tanto triunfo que otros disfrutan. Lo relativo a la conciencia política, deja entonces mucho que desear. La conciencia sin mastique, se pone endeble y dudosa. No quiero decir con todo lo que digo, que el capitalismo sea la solución de los males. Este sistema no ha solucionado ni puede solucionar los problemas vitales de nuestro tiempo. El socialismo, según lo que hemos visto, tampoco. Un fuerte abrazo, con la fraternidad de siempre.

Ren챕

Alemania, 14.03.2008.-

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