LA PRESIDENTA EXPLICÓ UN DECÁLOGO PARA ADELANTARSE A CONFLICTOS Y NO IMPROVISAR En medio de las críticas al manejo que ha tenido el Ejecutivo en torno a la crisis estudiantil, la Mandataria se reunió con sus colaboradores y les exigió prepararse para enfrentar las demandas sociales. De paso advirtió contra las “agendas propias” y los individualismos.
La in챕dita reprimenda de Bachelet a sus equipos
La Naci처n |
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Ivonne Toro/Carolina Miranda
La impensada rebeli처n de los estudiantes secundarios provoc처 ayer el primer remez처n pol챠tico en el elenco de la Presidenta, Michelle Bachelet, y aunque no consisti처 en la rumoreada salida del ministro de Educaci처n, Mart챠n Zilic -una medida que seg첬n la derecha la Mandataria tomar찼 cuando haga el primer ajuste ministerial m찼s temprano que tarde- se trat처 de un temblor de parecida magnitud y efectos a첬n no definidos.
Por vez primera, un Jefe de Estado de la Concertaci처n entreg처 p첬blicamente la cartilla de instrucciones por la que deber찼n regirse sus colaboradores y explic처 con detalle en qu챕 consiste la nueva estrategia gubernamental, la misma que ha estado en tela de juicio por los desajustes en la negociaci처n con los escolares, errores que alimentaron la m찼s fuerte movilizaci처n estudiantil desde el retorno a la democracia.
Como una forma de validar una manera de ejercer el poder que dista de asemejarse a los liderazgos de sus predecesores y cuya m찼xima expresi처n es la determinaci처n a dialogar con los actores sociales y crear comisiones para abordar diferentes tem찼ticas, Bachelet se reuni처, antes de iniciar anoche su gira a Estados Unidos, Hait챠, Jamaica y Rep첬blica Dominicana, con ministros, subsecretarios, jefes de servicio, de gabinete y de comunicaciones de las distintas carteras.
Con voz pausada, pero firme, la gobernante les entregó, delante de los medios de comunicación, el decálogo de lo que deben hacer en sus cargos, con la premisa de que no aceptará ni “agendas propias” ni “individualismos”, en lo que fue leído en primera instancia como una referencia al roce que surgió hace unas semanas entre los titulares de Defensa, Vivianne Blanlot, y de Hacienda, Andrés Velasco, y también a la agenda propia que han intentado imponer algunos parlamentarios concertacionistas, así como a la diferencia entre los ministros Ricardo Lagos Weber y Andrés Zaldívar en torno a la mediación del senador Mariano Ruiz-Esquide.
Bachelet dijo, en relación con la coyuntura estudiantil, que no aceptará “improvisaciones” ni menos aún que no se les “haga frente a los conflictos” con la antelación precisa, un mensaje que según el espectro político tiene un destinatario claro: Zilic.
Sin hacer referencia a estas conclusiones, Bachelet se limitó a arengar a los funcionarios públicos en 10 materias trascendentales que constituyen la esencia de su “nuevo estilo de hacer gobierno”. Apuntó a que la prioridad es “servir a la ciudadanía” y que para ello hay que actuar “con celeridad y eficiencia” frente a los problemas, porque “cuando una autoridad no asume en el momento oportuno una dificultad, ésta se le puede escapar de las manos”.
La Mandataria aseveró que necesita “un Gobierno que se anticipe a los problemas, no que reaccione ante ellos”, en una implícita mención a las críticas provenientes desde la Alianza, e incluso desde el oficialismo, frente a la falta de previsión con que se actuó en los prolegómenos de la movilización de los secundarios. Argumentó luego que espera que los miembros de su bloque “antes de que estalle algún conflicto, vayan a hacerle frente sin demora”.
Bachelet, que hoy sostendrá un encuentro con su par de Estados Unidos, George W. Bush, destacó que quiere que su Gobierno trabaje como un grupo cohesionado. “No quiero agendas propias. No quiero individualismos”, afirmó la Presidenta.
En otra arista, subrayó que frente a los “hechos inéditos” que vive el país, con la asunción de una mujer a La Moneda y la “manifestación juvenil más grande de nuestra historia reciente”, es necesario innovar en las respuestas, dado que se ha “despertado una ciudadanía activa”. Por lo mismo, añadió, “no se justifican las improvisaciones”, sino que se debe mostrar una buena “preparación para el diálogo ciudadano”, escuchar las demandas “justas y legítimas” y dar respuesta a ellas o explicar por qué no pueden ser satisfechas.
Bachelet comentó que no le teme a las protestas, pero que exige “que se actúe a cara descubierta”, especialmente porque durante su mandato no primará una visión “defensiva” y habrá espacio para el diálogo. Concluyó que en su administración pretende incorporar a “todos” los chilenos, al finalizar un mensaje que fue leído como un sermón necesario para poner orden en un Ejecutivo que vive su momento más crítico cuando aún no cumple tres meses desde su debut. LN
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