Oportunidad

Es posible

Naci처n Domingo

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Quiz찼s hoy como nunca, otro Chile es posible. El imprevisto escenario pol챠tico provocado por el movimiento de secundarios otorga al pa챠s una oportunidad 첬nica para mitigar la brutal desigualdad que divide a los chilenos. Anhelo en su oportunidad expresado por los cuatro candidatos presidenciales en las pasadas elecciones.

Existe consenso que la educación es la principal herramienta para lograr la movilidad social. Los secundarios –adolescentes engendrados a los sones de la “Alegría ya viene” y del retorno de la democracia– consiguieron otro consenso nacional: el sistema educacional chileno, tal como se implementa actualmente, acentúa la desigualdad en vez de mitigarla.

La oferta –137 millones de dólares– que el jueves pasado la Presidenta Bachelet entregó a los estudiantes para dar solución al petitorio de la agenda corta (PSU, pase escolar, alimentación) se enmarca dentro del presupuesto y la política de austeridad fiscal trazada por su Gobierno. Aunque la “insatisfacción” de los estudiantes ante la propuesta encendió las alarmas de La Moneda, lo urgente no debe ocultar lo importante.

A pesar de que el Ejecutivo ha dicho que se trata de un esfuerzo “ambicioso y realista”, la contrapropuesta de los estudiantes respecto a las reivindicaciones económicas no difiere demasiado de la oferta gubernamental. Ellos ahora piden pasaje escolar gratis para los 290 mil estudiantes del quintil más pobre de la población, el Gobierno ofrece un subsidio especial para las familias de ese segmento. Piden extender el uso del pase escolar en el verano para los alumnos de liceos técnicos profesionales que realizan su práctica. Bachelet dijo que el pase escolar se podría usar las 24 horas, los 365 días del año, y sólo habría que incorporar a los practicantes a ese beneficio. Los estudiantes también piden –aunque no especifican en cuánto– aumentar el ofrecimiento de 500 mil raciones propuesto por Bachelet.

Sin duda que la cercanía de posiciones llevó a un sector importante de la asamblea –incluido César Valenzuela (JS), hasta el viernes el principal vocero– a inclinarse por aceptar la oferta y vigilar alerta la implementación de las medidas. En la misma posición estarían los dirigentes del Instituto Nacional y de otros establecimientos que se identifican con la derecha o la DC.

Sin embargo, un sector más radical calificó la propuesta de “migajas” –al comparar el monto del aporte con la compra de un F-16– y logró que la asamblea se declarara insatisfecha y convocara a una movilización nacional para mañana lunes.

Quienes no estaban de acuerdo con esa posición –Valenzuela renunció a la vocería, aduciendo razones personales– acataron disciplinadamente la decisión para no quebrar el movimiento y perder lo conquistado hasta ahora. Eso sí, no sin antes manifestar su desacuerdo en sumar otros actores sociales a la movilización ante el peligro de que éstos, con intereses particulares, desvirtúen el hasta ahora ejemplar movimiento estudiantil, que sólo ha planteado el interés general.

Pero más allá de hacia dónde derive la actividad de mañana, las autoridades no deben perder de vista la oportunidad para avanzar en un asunto vital que –a diferencia de los temas valóricos– sí existe un gran consenso nacional: llevar a cabo una profunda reforma al actual sistema educacional para que éste se transforme en herramienta de movilidad social y deje de ser el instrumento de segregación que es en la actualidad.

Y es justamente por este asunto vital de fondo que los j처venes reclaman el derecho a ser incluidos en el Consejo Asesor Presidencial que revisar찼 la Ley Org찼nica Constitucional de Educaci처n (LOCE) y la Jornada Escolar Completa (JEC).

Ser찼 ese consejo el que deba proponer, no medidas de parches, sino soluciones estructurales... Tal vez, ninguna otra generaci처n como 챕sta se merezca una inversi처n como la que el pa챠s hoy es capaz de hacer. Ellos son la esperanza no s처lo de much챠simas familias pobres, sino del pa챠s en su totalidad. Se criaron y formaron al alero de esta democracia vilipendiada, pero democracia al fin y al cabo. Y por eso no s처lo debemos enorgullecernos, tambi챕n trabajar para que otro Chile sea posible. LND