martes, 2 de septiembre de 2008

Consideraciones de provincia.

Queridos Lumumberos !

                                         Creo que se trata de un error. Después de haber terminado las hostilidades entre Georgianos y Rusos, el plan de 6 puntos acordados por Medviedew (Putin) y el presidente Francés en calidad de presidente de la Unión Europea, se acuerda el total retiro de la fuerza armada de los territorios de Georgia. Los Rusos han demorado la salida y han equipado puntos de “control” fuera de las fronteras acordadas, es decir, a las fronteras que ocupaban antes del conflicto iniciado por el presidente Saakaschwili, denominado el Calígula del Cáucaso hasta por norteamericanos. Eso de que Saakaschwili actuó por iniciativa propia, como lo asegura el Pentágono, no se la creen incluso ni los más recalcitrantes detractores de Rusia. Pero la cuestión fue acordada así y debe ejecutarse así, para evitar ser el centro de los malucos, como lo plantea la prensa europea. La consecuencia fue una reunión extraordinaria de los países miembros de la Unión Europea, que acordó dejar sin efecto las iniciativas sobre la nueva relación Rusia – Europa, mientras esos puntos de control se mantengan vigentes. Entre los países que piden sanciones de peso contra Rusia, se cuentan en primer lugar las republicas bálticas y Polonia, mientras que Francia y Alemania suavizaron la postura y están por continuar el diálogo. Afortunadamente, a mi juicio, la administración Putiniana aseguró que terminaría en breve con los puntos de control, pero no dijo cuando. Lo concreto es que la alianza atlántica cerró o está cerrando el cerco militar en torno a Rusia, con la construcción de nuevas bases militares capitaneadas por Estados Unidos de América, para ponerle coto a la “agresividad de naciones del golfo pérsico y de Asia central”. Este recurso diplomático de occidente acarrea risas en todo el continente, pero nadie de los mandatarios de los países de la Unión Europea se encuentra en posición de decirle a Estados Unidos lo absurdo de la chiva para implementar las medidas militares. Los Rusos no son de fiar en las republicas del ex pacto de Varsovia. Principalmente preocupa la situación de Sebastóol y de la Criméa Ucraniana en general. Como allí viven principalmente Rusos, se dice que es probable que los administradores del Kremlin recurran a la violencia, con el propósito de defender a sus ciudadanos y se embuchen los territorios que historicamente pertenecían a la federación. El presidente Yuchenko asegura que las oficinas consulares de Rusia andan repartiendo pasaportes a diestra y siniestra entre la población de Sebastópol y en oriente Ucraniano. Seguramente la verdad está en el medio, aún considerando que Yuchenko es ardiente predicador de que lo único que puede salvar la integridad territorial de Ucrania, es estando bajo el alero de la alianza Atlántica. Cuesta defender a Rusia conociendo las salvajadas que tienen lugar en su territorio. Que la administración Rusa no es de las más democráticas, es reconocido por todo el mundo. Pero que la OTAN sea la paloma de la paz en el mundo, es igualmente conocido en plenitud que se trata de una patraña. Donde la OTAN mete la bota, se trata de invasiones en beneficio de los intereses fundamentales de las transnacionales y de Estados Unidos de América principalmente. De que Rusia se encuentra en un período de transición, es innegable. Pero la famosa transición está acompañada del empobrecimiento paulatino e irreversible de vastos sectores poblacionales. La democracia siempre fue apenas un vocablo en la realidad del pueblo Ruso, pero había que empezar los procesos de apertura de alguna manera. Se iniciaron de la peor forma, a mi juicio. Primero con el alejamiento de las naciones aledañas, que de una manera u otra sufrieron el descalabro del término de la Unión de Republicas Socialistas Soviéticas. Sobre todo para las naciones del continente asiático, que por un milagro descubrieron la riqueza de su subsuelo y pueden mirar el futuro de una manera menos dramática. Ahora, en el período del acecho militar contra Rusia con enormes riquezas naturales, faltan esos aliados naturales. Los oligarcas desestimaron su situación geopolítica y sus mercados, pensando en llenarse los bolsillos lo más pronto posible y mandarse a cambiar cuando llegara el momento. Muchos de ellos, sin embargo, pensaron que para asegurar sus rapiñas, mejor habría sido acceder al poder político y continuar chupando la teta de la vieja Rusia. Sobre el particular habría mucho que contar. Más no es posible en un mensaje. Por lo pronto un fuerte abrazo a todos, con la fraternidad de siempre.

Ren챕

Alemania, 02.09.2008.--    

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