Chile se bañó y nadó en una playa venezolana

La Roja lo hizo otra vez

Cuando el partido pintaba claramente para un empate sin goles, apareció el vilipendiado ‘Pinigol’ con una jugada de otro partido y le dio a Chile el triunfo en San Cristóbal. Por primera vez, se ganaron dos partidos consecutivos de visita en clasificatorias mundialistas.

La Naci처n

Una discreta actuación redondeó Reinaldo Navia, que tuvo un duro duelo con el venezolano Rey y aunque el ‘Choro’ no brilló, al menos se fue festejando un triunfo histórico. La visita a Venezuela era m찼s peligrosa que nunca. Que la Vinotinto ven챠a de favorita y que ya no era llegar y ganarles, se repiti처 insistentemente en la previa, pero al final la historia se repiti처 y Chile se trajo los tres puntos desde San Crist처bal, con dificultad, sin brillo, pero se gan처 y eso es lo que vale. La arenga m찼s potente antes de entrar a la cancha del estadio Pueblo Nuevo no vino precisamente de Juvenal Olmos, sino de las noticias que llegaron del Hernando Siles de La Paz. La derrota de Paraguay ante Bolivia era el mejor b찼lsamo para la Roja, que ganando daba dos saltos en la general y alcanzaba, moment찼neamente, el segundo lugar con los guaran챠es, uno por debajo de Argentina y uno sobre Brasil, que hoy juegan en Belo Horizonte. Aunque dio ardua batalla en el mediocampo, Rodrigo Mel챕ndez, en la imagen pele찼ndole la pelota a Ricardo P찼ez, tuvo dificultades con el toque venezolano. El contexto no pod챠a ser mejor, tomando en cuenta que el rival m찼s all찼 de los pergaminos acumulados en el 첬ltimo tiempo, era abordable, sin importar los inconvenientes de 첬ltima hora como el aguacero que cay처 hasta poco antes del partido, desmejorando a첬n m찼s la irregular cancha venezolana. Sin embargo, el cuadro chileno opt처 por no arriesgar innecesariamente y se plant처 con cautela frente al local, que no tuvo mayores problemas para tomar la iniciativa, aunque con escasa profundidad, al punto que un par de remates de distancia y una llegada abortada por el cierre acertado de Rojas sobre Rond처n, fue todo lo que gener처 en la primera fracci처n. En el arco contrario, una jugada hilvanada por Navia y Maldonado, que termin처 con un disparo de 챕ste 첬ltimo muy recto sobre la humanidad del meta Angelucci, fue lo mejor de Chile, en un tr찼mite parejo y de escaso vuelo t챕cnico. Es que el agua acumulada sobre el terreno de juego provoc처 una permanente imperfecci처n y redund처 en un partido trabado y lento, donde las pelotas a챕reas abundaron y no s처lo en las 찼reas. La tendencia no vari처 en el complemento, aunque el dominio del anfitri처n se hizo m찼s ostensible, amparado por un rival que hasta entrada la fracci처n, no daba muestras de un ambici처n mayor como para pelearla en la mitad ni menos pensar en los tres puntos. En contrapartida, Arango a diez del reinicio estuvo a punto de abrir la cuenta, primero en un tiro libre que sacó Tapia al corner y luego con un zurdazo que dio en el poste izquierdo de ‘Simpson’ cuando éste sólo hacia vista. En lo dem찼s, con Pizarro sumido en la intrascendencia (al final debi처 ser reemplazado por Valenzuela), ni las entradas de Pinilla y Mirosevic lograban darle un tono m찼s osado a la Roja, mientras el resto del equipo peligrosa e inexplicablemente retrasaba sus l챠neas. Es cierto que as챠 Venezuela no se arrimaba al p처rtico chileno, pero el costo fue que la meta rival qued처 cada vez m찼s lejos y, por ende, las aproximaciones fueron menos. Neutralizados los embates por lado y lado, y con el cansancio por la cancha ‘comepiernas’, la sensación de conformidad fue haciéndose más ostensible. Eso, hasta que vino la jugada que se sali처 completamente del libreto. Mirosevic dispar처 al arco y su tiro dio en el pecho de Cichero, rebote que tom처 Pinilla para clavarla en la ratonera derecha de Angelucci, mientras sus compa챰eros se tomaban la cabeza con las dos manos. Lo que vino despu챕s fue aguantar los desesperados embates de Venezuela, que ya sin piernas ni ideas, hizo lo que pudo, mientras la Roja impon챠a su experiencia hasta el pitazo final del juez Torres.