miércoles, 16 de junio de 2004

Sobre el poema de Mario Benedetti.

Queridos Lumuberos !

                                          Aprecio mucho a Mario Benedetti, pero creo que se le pasó el sable con su poema. Ronald Reagan fué un presidente de mierda en Estados Unidos y para el resto de la humanidad, pero no fué peor que el resto de los presidentes de la superpotencia. Con la única exepción, diria yo, de Jimmy Carter y Bill Clinton, en el siglo 20. Es una lógica diferente ser presidente del Togo, por ejemplo, o ser presidente de EE.UU. En este último pais se conjugan realidades imposibles de comparar y de atribuír a personalidades individuales de la historia contemporánea, a sucesos e impactos en el resto del orbe. Si bien dejan su imagen encadenado a un periódo de la historia, no menos cierto que su mandato obedece a la inercia de esa lógica impregnada en la estructura económica avasallante del pais del norte. Ronald Reagan, republicano y ardiente defensor de rancias políticas conservadoras, fué la respuesta a las "debilidades y achaques" de las políticas implementadas por sus atecesores demócratas. Actor de segunda clase en kilómetros de celuloide, presidente de sindicatos del arte y la cultura y gobernador de california, fué designado candidato a ser maestro de ceremonia del circo monumental y medial de Estados Unidos de américa. Un rol que le vino a la pinta. Desplegó su retórica en un ambiente desolado y sensible, convirtiendose en el símbolo de los valores occidentales, frente a la "amenaza" de entregar el terreno a los movimientos de liberación nacional en Asia y Latinoamérica, ante el avance de valores "extangerizantes del totalitarismo soviético". En ese sentido fué Ronald Reagan consecuente a las esperanzas y encargos del gran capital de su pais. Aprovechó el potencial financiero de su economía, para desarrollar una carrera armamentista con la Unión Soviética, que se enrredó en sus propias contradicciones y que terminó desangrándose. En suma, Ronald Reagan no fué peor que sus antecesores. John F. Kennedy y el genoicidio en Vietnahm, Lindon B. Johnson y nuevamente Vietnahm, aparte de haber estado involucrado en el atentado y muerte de Kennedy, por lo menos,  por su silencio, etc. Podemos analizar cualquier mandatario de EE.UU. e igualmente le habría venido al pelo un poema de Benedetti. A Adolfo Hitler y a Joseph Stalin, a Himmler, a Salazar, a Garrastassi, a Pinochet, Banzer, Heichmann, Goebbels, Viera, Suslov, etc. La muerte llega porque se acaba la vida. Ronald Reagan pagó en vida sus pecados, por lo menos parte de ellos. El Alzheimer lo tuvo postrado por más de diéz años, obligándolo a volver a la niñéz y a la inosencia. Yo entiendo la piedad en forma distinta a Benedetti. No creo que valga la pena malgastar las neuronas en venganzas póstumas, inútiles, dispuestas en realidades pretéritas, en parte absurdas. Incomparables al "pido castigo" de Pablo Neruda, entregadas en vida de ambos, del poeta y del dictador. Un legado distinto y con fuerza distinta. Con valentía, con su violencia poética inigualable. Entendida por las masas. Sin reparos, sin lamentaciones de derrotado, con responsabilidad, con mansedumbre soberana, testamentaria, "pido castigo" !!.  Para Reagan no puede haber castigo póstumo. No lo escucha, como lo escucha Pinochet, por ejemplo. Con el monumento recordatorio a sus crímenes en el cementerio general, con las voces de los avasallados acusándolo ahora, con las compañeras y compañeros asesinados en voz de sus seres queridos, "pido castigo ahora" !. Ahí, escondido como chacal, con la biblia bajo la almoada implorándole al altísimo comprensión por sus crímenes. Por salvar a Chile matándo a los chilenos. Ahora pedimos castigo para Goerge Bush, por sus crímenes en Irak, Afganistán, Palestina, Sudán, Yogoslavia. No voy a celebrar con Benedetti la muerte de Ronald Reagan como el lo pide. La vida sigue su marcha y lo que había que decirle a Reagan se lo dijimos cuando vino a Alemania. Con pancartas y consignas por su política y los crimenes que ella involucraba. La piedad es algo sublime e inherente en la transición. Al decir de una vieja tradición Rusa, no hay muertos malos. Los malos son los vivos. No hay polémica en mis cavilaciones. Es solo mi manera de ser. Un abrazo de OSO mis queridos Lumumberos, con la fraternidad de siempre.

Ren챕

Hürth, 16.06.2004.-        

1 comentario:

  1. Amigos Lumumberos!Hummmmm! dificil este tema de Reagan, pero creo que comparto la opinion de Rene. Me gusta mucho Benedetti, pero no le encuentro mucho sentido a esto de odiar muertos. El muerto al hoyo y el vivo al bollo, decia mi abuelita. Y es verdad eso de que todos los muertos son buenos aunque hayan sido unos hijos de puta. Hace poco vi un documental donde mostraban gente que habia pasado años en los campos de trabajos forzados en Rusia y ellos mismos contaban como habian llorado el dia que murio Stalin. Ni se les paso por la mente la idea que tenia que ver algo con las injusticias que ellos mismos padecian. Cuanta genta creen que llorara cuando Pinochet pare las chalas? Miles y diran lo buenito que era. Pero odiar a los muertos tampoco tiene sentido. Mas vale escribir y denunciar los crimenes, como educacion, enseñanza de la historia. El resto es pura histeria colectiva. En la antigua Roma a los tribunos que habian cometido crimenes contra el honor, le obligaban a suicidarse. En cuando corria su sangre y el culpable habia muerto, automaticamente se lavaban sus pecados y recibia los honores que habia perdido. Reagan no pudo disfrutar eso porque murio mas perdido que el teniente Bello. No sabia ni como se llamaba ni que habia sido Presidente. Dicen que las culpas se pagan aqui y no mas alla. Sera asi??  

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