La segunda vuelta.

Queridos Lumumberos !

                                       Mi voto simbòlico es tambien para Michelle Bachelet. Gracias Marcos por "arrinconarnos" con tus reminiscencias. Me emocionè y me obligaste a retroceder 32 años de mi vida. Recordè con fuerza los dos allanamientos de nuestra casa en Buin y de la obligaciòn de Tatiana de aparecer todos los dias a firmar en un retèn de los verdes. Fuè el dia de la desiciòn de abandonar la patria y de enfrentar un destino muy distinto al que nos imaginamos cuando llegamos a Chile en 1972. Nuestros familiares "momios" nos rogaron que lo hicièramos, puesto que nuestra permanencia en el pais los comprometìan (?) igualmente. Fuè asì que en Diciembre de 1973 llegamos a un refugio de las naciones unidas en Macul. Hasta ahì me pasè los dias y las noches recorriendo los lugares donde debìa encontrarme con mi enlace. Nunca apareciò, puesto que ya se encontraba refugiado en la embajada de Argentina, despuès de una feròz golpiza que recibiera junto a su esposa embarazada en dia anterior en su casa de una poblaciòn de Santiago. El resto de los pròceres se habìan dado a la fuga el mismo dia 10 de Septiembre, cuando la empresa naviera Yugoslava diera la voz de alarma que se habìa sublebado la marina. El cable llegò a la embajada Bùlgara, en donde en mi calidad de funcionario del SEREX, me encontraba apechugando para que se concretara la importaciòn de 20.000 toneladas de trigo de ese pais. Los pròceres abandonaron la embajada sin decirle a nadie nada. Salieron màs callados que peo de visita, seguramente a encontrarse con los contactos preestablecidos durante los tormentosos dias anteriores al golpe. No hay reproche en esto. Eran los que sabìan que el famoso ejèrcito del pueblo existìa solo en su imaginaciòn, ignorando toda la experiencia de los pueblos de america latina que intentron liberarse del subdesarrollo. Quedaron a la interperie los trabajadores de las fàbricas, los cesantes, los empleados del estado, los bancarios, las viejas de las JAP, los estudiantes, las dueñas de casa, las pobladoras, los soldados fieles a su juramento, Salvador Allende y los compañeros hèroes de el GAP. Jurè a patas juntas olvidarme de Chile, de los partidos polìticos, de las promesas de papel, del centralismo democràtico, de los mayonesos que defilaban con ametralladoras de madera, de la fidelidad partidaria, de la disciplina partidaria, de dejar de comulgar con ruedas de carreta, al decir de Eusebio Painemal. Jurè borrar de mi mente el pasado, de haber puesto en peligro a mi familia entera, de encontrarme en un pais extraño sin saber si podrìa alimentarlos y educarlos. Dudè de mi propio corage, de encontar la fuerza para superar la inmovilidad. Salì sin un cobre en los bolsillos y con lo puesto, con la absoluta desiciòn, sin embargo, que no llegarìa a golpear las puertas de las embajadas sovièticas en Europa, puesto que cuando fuì a pedir protecciòn para mi esposa e hija, me dieron con las puertas en las narices en Santiago. Tenìa entonces que apechugar con lo que fuera y en lo que fuera. No se me ocurriò nada mejor que pasar a buscar a mi compañero Juliàn Alcayaga a la empresa Vulcàn el 11 de Septiembre, donde era interventor. Los trabajadores de esa fàbrica solo resolvieron hablar conmigo cuando les mostrè mi canet partidario, que guardaba en un lugar de mi cotomocho. Juliàn ya se encontraba en la clandestinidad. No pude olvidarme de la patria. Porque la patria es para mi su gente, su pueblo, mi familia y mis amigos. Es el lugar donde quiero vivir para terminar de ser peregrino eterno. Y parece mentira que han pasado màs de 32 años. Apenas me dì cuenta de mis canas, cuando vì las de Gabriel Alvarado y las que lleva con absoluta soberanìa Gladys, cuando encontrè a mis compañeros Lumumberos en Chile en el 90 y en el 93, cuando me percatè que nuestros hijos ya son adultos. Y nunca, reputas nunca dejè de darme una vuelta por la patria en estos años de exilio. Todos los putos dias del año. Trabajè en la solidaridad por muchos años, incluso cuando me echaron a patadas en el culo del partido por "criticòn". No tengo partido, pero vibro con mi corazòn a la izquierda. Me siento parte de un compromiso de sangre con la suerte de mi pueblo y por america latina. Se me habràn pelado los cables ?. El tiempo dirà. Me gustò el mensaje de Marcos Medalla. Fuè honesto y conmovedor. Absolutamente congruente y me arrebatò el pensamiento en muchos pasajes. Estoy seguro que es una experiencia que se ha repetido en muchos de nuestros Lumumberos. Algunos se quedaron en el camino, otros aùn buscan a familiares y amigos. Yo estoy con ellos, busco con ellos, reclamo justicia con ellos, contra la impunidad, pido justicia y prisiòn para el conchaesuma de Pinochet y sus lugartenientes. Resulta que salì de Chile para no volver y confieso que nunca salì en realidad. Me quedè enrredado en su entorno, en su mùsica y en su cultura. Forma parte de mi metabolismo. Sueño depierto en volver y estoy luchando para que asì sea. Un fuerte abrazo para todos, con la fraternidad de costumbre.

Ren챔

Alemania, 13.12.2005.-