Entre cumbres y guachacas
Entre los compadres que viven fuera del pa챠s, es posible que hayan escuchado hablar de los Guachacas y se est챕n preguntando de qu챕 diablos se trata. Aqu챠 va algo, para ilustrarlos.
Entre el 20 y el 21 de abril recién pasado, en la Estación Mapocho se celebró la Cumbre Guachaca, “la fiesta de los que guardan un copihue en el corazón”, bajo el eslogan de “Ni un vaso atrás”, que interpretará sin duda a más de alguno de los combativos y consecuentes miembros de nuestra cofradía (¡hic!).
¿Cuál es la filosofía de este movimiento? Ya lo dijo en 2003 su creador y alma, Dióscoro Rojas: “... las culturas que no tienen buen vino, son salvajes, mocheras y sin ningún respeto por el ser humano”. ¿Y quienes son los Guachacas?: “somos gente de paz, humildes, cariñosos y republicanos”, como reza su lema, no les gusta ninguna guerra, “porque lo primero que empieza a escasear es el copete”, porque al faltar el petróleo “empiezan a usar el copete de combustible”. Además, declaran que “siempre y en todo momento el enemigo principal son los cuicos”. En 2003 anunciaban que desde Alemania vendría Pablo Ardoin, el tiuque del tango (tiuque, porque ya hay zorzales, gorriones, jilgueros, etc.). ¿Alguna relación con René? Los guachacas se declaran “el envase de la cultura: sin nosotros la cosa como que se derrama!”.
En 1997 se lanzó la Primera Cumbre Guachaca, en defensa de la “panita” (que había sido reemplazada en el IPC por el microonda, para verguenza nacional), de la Piojera (centro culinario y cultural en Santiago), de la cueca, etc., bajo la inspiración del Tío Roberto Parra, creador del Jazz guachaca, de las cuecas choras, de la Negra Ester; además, se encomendaron a Fray Andresito, príncipe de los mendigos y patrono de la Vega Central. Eligieron a los guachacas como eje de la propuesta cultural y la perrera para realizar sus actividades. Los guachacas toman “cada día como si fuese el primero y cada noche como si fuera la última”.
Los guachacas se declaran humildes (“no nos sentimos tigres ni jaguares, ni lobos, ni andamos dando recetas de cómo debe vivir el hombre ni cómo debe estar organizado el mundo...”), cariñosos (“somos puro sentimiento, nos gusta sentir el romance, apenas lo olfateamos y ya el corazón nos bombea rapidito, como que se nos nubla la vista y los ojitos se nos ponen brillosos de pura pasión. Nos gusta canturrearle al oído a las mujeres, suavecito, como un secreto... hasta cuando hablamos se nos cae la poesía”) y republicanos (“herederos naturales de la Revolución Francesa..., Liberté, Égalité, Fraternité...”). Por eso lloramos, dicen, cada bar que nos cierran.
En abril de 2006, bautizaron a Lontué como “Tierra prometida de los guachacas y capital oficial del atajo del copete”. Instalaron allí un monolito que recuerda que esta tierra de vinos es la mayor “reserva energética del país”.
La filial en Valpara챠so, que visitamos con Marcos, se llama Ascensor hacia la Luna. Tragos, comida y m첬sica de ra챠z nacional, con p첬blico transversal en la edad y la extracci처n social, con ambiente de buena onda. Pr처ximamente publicar챕 la receta de los ya famosos tragos Terremoto y R챕plica.
Los líderes de los guachacas son Dióscoro Rojas (Gran Guaripola) y Raúl Porto (Catador de Bondades). Paradojalmente, hace veinte años que Rojas lleva abstinencia etìlica, desde que su médico le dijo “una copa más, y al patio de los callados”.
Cada a챰o eligen rey y reina, a trav챕s de votaci처n popular por internet. Este a챰o, fueron coronados Claudio Borghi, entrenador de Colo Colo, verdadera personalidad medi찼tica por los buenos resultados del club a nivel nacional (va por su tercer campeonato consecutivo) e internacional (acaba de pasar a la segunda fase de la Copa Libertadores), como Gran Compipa, y Javiera Contador, protagonista de una exitosa serie de TV.
Por los temas y los enunciados, pareciera que los Guachacas recibieron asesor챙a del Huaso Ronda y de Gabriel Barra y Marcos Medalla.
Salud, a la pr처xima botella, compadre.
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