Marcos, viejo compipa, me emocionasteis., con tu descripci처n de aquella noche el en puerto.
Me declaro de aquellos felices y escasos humanos que van por los d챙as y noches, por la vasta geograf챙a f챙sica y humana, con los ojos y oidos bien abiertos. Soy de los siempre maravillados por lo que veo y siento. Perder esta sensibilidad es sentirse y declararse viejo, enfermedad incurable del alma. En este sentido, te siento hermano y socio.
Recojo tu llamado-desaf챠o y lo concretizo: encontrarnos en este puerto algunos portaestandartes, como el chico Barra, Samuel Sandoval, Ren챕 Ronda, t첬, yo, como cuerpo central de la exquisita selecci처n de los guachacas chilenos, humildes, cari챰osos, republicanos y esencialmente anti cuicos, y hacer un llamado de zafarrancho general, para aquellos que conservan la sagrada llama de pasarlo bien hasta el 첬ltimo suspiro.
Esperemos respuestas de nuestros compañeros, camarada, correligionarios, hermanos -sobre todo de los "aludidos"- recordàndoles algo elemental: la dictadura terminó hace diecisiete años, descartúchense, exprésense, escriban, recuerden, la DINA está hoy en la clandestinidad, con diarrea sistemática. Que nos silencien por generaciones sería el triunfo supremo de los torturadores. Aquella noche en el Terremoto, justamente, nos preguntábamos por qué tan pocos (¡¡¡cuatro-cinco!!!), escriben en El Purgante. Tanto mundo recorrido, tanta experiencia, tantos ires y venires, y tan poca letra, hermanos. ¡A sacarle telarañas al alma, a la memoria, al teclado!
Un abrazo
Coterraneos huachacas:
ResponderBorrarMe adhiero plenamente a la guachaqueria lumumbera por coincidir con los principios de ser republicano, humilde, cari챰oso, anticuico y librepensador. Espero llegar algun dia a Chile y a Valparaiso para probar todos los tragos y las comidas que la acrediten como guachaca de tomo y lomo.
En realidad estamos un poco de capa caida en eso de opinar en los ultimos tiempos. Espero poder hacerlo pronto, mientras arreglo mi caballo y me ajusto el cinturon ante las visicistudes de la vida.
Considero que en nuestros ultimos años, al menos debemos dejar la buena herencia de ser personas normales que toman buen vino, comen bien, tienen amigos nobles y que luchamos por la justicia en cualquier parte del mundo. Creo que eso al menos debe ser nuestro legado a nuestros hijos. Las disquisiciones politicas e ideologicas dejemoslas a los petulantes, diletantes y a los cuicos.
Salud compa챰eros del alma.
Eusebio Painemal
El d챠a 2/05/07, Pato <peayalam@hotmail.com> escribi처:
Nuevo mensaje en EL PURGANTE
Guachacas del mundo, unios!
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