Crisis.

La crisis.

              Pr찼cticamente a todo lo que suene a imperfecci처n, lo denominamos crisis. La crisis inmobiliaria, la crisis petrolera, la crisis de la moral ciudadana, la crisis de la cacha de la espada, la crisis de la vieja de la esquina y todas las dem찼s crisis juntas. Conversando con un amigo Cubano residente, pero entreverado en las empresas de negocios cubanos en Europa, me contaba de algunas crisis de su patria. La crisis de la juventud que anda con una br첬jula soldada en el norte, la crisis de los empleos que vale la pena postular, pero que existen solo en el papel la crisis de los abanderados y mandamases de la administraci처n de Ra첬l Castro y de su hermanito Fidel, y la crisis permanente de los suministros que no llegan o que llegan tarde, mal y nunca. La crisis de las tierras sin aprovechar, la crisis de los ingenieros agr처nomos que se dedican a arreglar bicicletas o se las dan de plomeros, etc. Pero ninguna de las cuales se llaman crisis, son denominadas realmente como tales  en la isla. Las crisis existen solo en el capitalismo. Sobre todo en el imperio conchesuma del norte.  Los diarios verticales de su patria despotrican día y noche sobre la crisis permanente del capitalismo, sobre la crisis política de la Unión Europea y sobre la ex crisis de la Federación Rusa. Allí de pronto se solucionó todo de una plumada. Los despojos, los crímenes por encargo ya no existen, la cesantía galopante, la crisis bancaria, en donde el estado entregó 995 mil millones de Rublos y 175 mil millones de dólares a los bancos privados en quiebra, sin reservas ni objeciones, desapareció de las páginas de diarios, revistas y de la radio telefonía cubana porque sencillamente ya no existen. No existen desde el instante mismo que la Federación Rusa firmó los documentos de la nueva cooperación con la isla y con el gobierno de la revolución Bolivariana en Venezuela. Todo el resto del mundo se encuentra en crisis, menos los despojadores del patrimonio de los trabajadores de la extinguida Unión Soviética. Recién se ignoraron los comunicados escuetos de una emisora de TV (BRK), en donde se proclamaba un alerta de cuero de diablo : los bancos privados, 33 en número, enviaron al exterior el 60% de la ayuda recibida del estado a bancos corresponsales de los bancos Rusos privados, sin haber invertido ni un solo centavo en la denominada “economía real” del país. Ayer apareció el pelao Putin en TV (ocurre diariamente) y su títere Medviedew. Explicaron muertos de la risa, que algunos banqueros estaban mal aprovechando el dinero de los contribuyentes y que esto podía acarrear serias dificultades en el trato futuro. Algo similar ocurrió cuando algunas compañías aéreas, dejaron a miles de ciudadanos esperando en los aeropuertos por dos semanas, puesto que las compañías no habían pagado los suministros de kerosene, con un valor cercano a los 6 mil millones de Rublos. Los “dueños” de las compañías aéreas en mención simplemente se echaron el pollo al extranjero. Los aviones eran arrendados por compañías extranjeras, especialistas en arrendar chatarra aérea a Rusia, donde no existen regulaciones sobre la edad de los aparatos ni de su estado técnico. No es casual entonces, que varios aparatos se precipitaron a tierra en los últimos meses, con centenas de víctimas mortales. El estado no movió un dedo, ni ha solicitado la extradición de 13 criminales especializados en muertes por encargo, residentes ahora en Israel, pero que son conocidos por todo el mundo.  Es una de las cosas que me hierve la sangre. El ver la pajita en el ojo ajeno, más ignorar a lo que dé lugar, la viga en el propio. Los inmorales nos han igualado, como dice el tango. Los malos son los otros. Esto es apenas un alcance en el manejo de la noticia en diarios y revistas “revolucionarias”, haciendo la vista gorda cuando se trata de aliados pasajeros y desprovistos de cualquier moral. Un fuerte abrazo a todos los Lumumberos en crisis, con la fraternidad de siempre.

Ren챕

Alemania, 13.11.2008.-