sábado, 8 de julio de 2006

Regreso a Toronto

Mi familia y amigos esperan que yo  cuente el desenlace de esta historia de reencuentro con Victoria, mi novia de hace 40 a챰os en Moscu, a traves del programa de television Zhdi Menia. El programa me invito especialmente a Moscu a este reencuentro, que aparentemente seria sorpresa para Victoria. Ella envio cartas al programa en Enero de este a챰o solicitando que me buscaran. Cuando ellos me ubicaron en Toronto y me invitaron a viajar, se comunicaron con ella para invitarla tambien al programa para que contara su historia ante las camaras. Yo llegue a Moscu el Lunes 26 a mediodia. Me esperaba un equipo del programa y de inmediato me llevaron a grabar entrevistas, primero en un barrio y luego en el apartamento de Olga, la periodista a cargo . Las grabaciones duraron hasta las dos de la ma챰ana.

El esposo de Olga, tambien periodista, aprovechaba los altos en la grabacion para conversar conmigo de Chile, la dictadura, la represion stalinista y la Rusia de hoy. Unas copas de co챰ac armenio Ararat hicieron las horas mas cortas. Cuando los camarografos me llevaron al Hotel, Moscu parecia capital sovietica, no habia nadie en las calles, yo estaba muy cansado; uno de los camarografos fumaba dentro del auto; yo queria llegar luego al Hotel, ducharme y tirarme a la cama. Asi llego mi primera noche en Moscu, justamente despues de 37 a챰os. Yo me sentia muy emocionado de estar ahi, derrame lagrimas en el aeropuerto y varias veces durante las entrevistas con Olga. Yo sabia que volver seria muy emotivo pero no me imaginaba para nada las horas que me tocaria vivir alli.

Como se vera en mis notas siguientes, este viaje fue mas alla del reencuentro con Victoria. Al dia siguiente de las entrevistas me fui a la Universidad, a la Plaza Roja, al cementerio de Novodevichi donde visite la tumba de Anton Chejov, mi escritor favorito, visite al tumba de Ilya Ehrenburg, fallecido despues de mi salida de la URSS y la de Nikita Jrushev, al fondo junto a las murallas del Monasterio.

Al regresar al Hotel encontre mensajes del programa; necesitaban urgente hacerme mas consultas. Cuando respondi las preguntas comence a darme cuenta y sospechar que este viaje no solo se referia a Victoria. Cuando hice preguntas a mi vez no las contestaron y solo me dijeron que estuviera en el Hotel, que descansara y estuviera disponible. Obviamente yo no me quedaria en el hotel. El miercoles me largue otra vez al centro, fui a la Galeria Tretiakov, al Mausoleo, el GUM, al Detsky Mir, recorri el Metro y la calle Kuznetsky Most, Petrovka, Arbat, almorce en la Manezhnaya Ploshad. En la tarde, al volver al Hotel otros mensajes del Programa. Me avisan que el Jueves debo estar en el Hotel a las doce en punto. Me llevaran a Ostankino, a la grabacion del programa y supuestamente al encuentro con Victoria.

Mas tarde recibo mas llamadas y consultas sobre Chile durante 1985. Otras preguntas sobre mis contactos con escritores sovieticos hasta 1973, el Ballet Bolshoi, cientificos de barcos sovieticos en Valparaiso antes del Golpe, de cuando estuve en la casa de Neruda con los diputados de Novorossisk y con Allende cuando la URSS dono la fabrica de apartamentos KPD a Chile. Cuando me voy a acostar ya tengo la casi certeza que ma챰ana en el programa habra una sorpresa que nada tiene que ver con mi novia Victoria Grigorieva.

Las horas posteriores me confirmaron esa sospecha. De tal manera, para narrar completa esta historia, tengo que relatar primero mi relacion con las personas que encontraria en el programa. Han pasado varios dias de eso. Ya estoy de vuelta en Toronto y he dejado pasar unas horas, descansar y tranquilizarme.

Aunque yo lo quiera, nada es igual a las horas previas al programa. Me llaman desde Moscu, de Kaliningrado y de Eisk en el Mar de Azov. Parafraseando a John Reed, junto a cuya tumba camine tras el Mausoleo, estos Diez dias conmovieron “mi” mundo.

Yo esperaba narrar la historia de Victoria, mi “devushka” de 1966, nuestra amistad y correspondencia, nuestro recuerdo a traves de los años, nuestra mutua nostalgia. Sin embargo tambien debo narrar la historia de Oleg Korzhenko. Esta historia habia sido intima y personal por 21 años y solo conocida por mi familia directa. Ahora salio todo en el programa en Moscu , era la sorpresa que me tenian guardada; ya no es un secreto y la contare tal como la recuerdo y la vivi.

Estoy como apaleado. Una cosa era volver a ver mi Moscu de la juventud, ir a la Universidad, viajar en el Metro, sentir los olores de Moscu. Pero me dieron emociones increibles, me entregaron sentimientos desconocidos. Muy dificil asimilar todo en estas horas. Trato de volver a la normalidad, pero resulta dificil. Me llaman los amigos rusos de Toronto para saber los detalles, me llaman del consulado ruso para saber como llegue y me escriben del programa en Moscu para conocer mis impresiones. Creo que vere la final de la Copa del Mundo para relajarme y pensar en otra cosa.

Ya luego iran mis relatos sobre Victoria Grigorieva y Oleg Korzhenko.

Les saludo a todos con gratitud.

 

Marcos Medalla

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