sábado, 8 de julio de 2006

Victoria Grigorieva

Yo conoci a Victoria en el Metro de Moscu en la primavera de 1966. Ella no vivia en Moscu, por entonces habia regresado de Tbilisi donde termino la secundaria y se aprontaba a rendir las pruebas de admision a la Universidad Lomonosov. Ocasionalemnte vivia con unos primos en el pueblo de Solntsevo, cerca de la estacion Yugo-Zapadnaya. Otras veces con su tia en Labrushinsky Pereulok, frente a la Galeria Tretiakov. La tarde que nos conocimos, ella venia de Solntsevo y yo de la Universidada Patricio Lumumba en Leninky Prospekt, muy cerca de la estacion.

Cuando entre me sente frente a una muchacha con impermeable gris. Al principio no le preste mayor atencion. Luego de la estacion Prospekt Vernadskovo, me fije en ella. Era una linda muchacha, se veia muy elegante con el impermeable, un jersey con cuello subido, muy seria e indiferente. Lo que me llamo la atencion fueron sus ojos. Decir que eran unos bellos ojos es un lugar comun en las chicas rusas. Los suyos despedian un aire de profunda tristeza. Recuerdo muy bien ese momento porque he llevado conmigo la imagen de esos ojos durante los ultimos cuarenta a챰os.

El trayecto hasta la estacion de la Biblioteca Lenin fue un arduo intento por hacer contacto visual con Victoria. Poco antes de llegar a la proxima estacion, en un rapido y casi imperceptible destello, veo que Victoria sonrie fugazmente sin mirarme. Eso me da los brios necesarios y cuando ella baja en la siguiente parada salgo disparado tras ella. Me hago paso en la escala mecanica hasta llegar a su lado y cuando lo logro inicio un torpe e interminable monologo. Ella me mira indiferente; yo sigo hablando, no recuerdo ahora las estupideces que debo haber dicho pero como ella no dice nada, continuo hablando. Cuando salimos a la calle yo sigo a su lado y ella siempre indiferente. Decido que no puedo continuar en este intento fallido y le digo que me disculpe por haberla molestado. Ella me mira siempre con sus ojos tristes, esta vez mas fijamente, luego sonrie y me habla por vez primera: “ Acompañame a la Universidad. Debo entregar unos documentos para mi solicitud de ingreso”. Escucho sus palabras como si fueran el Vals del Lago de los Cisnes. Por entonces Victoria recien habia cumplido 17 años y yo 20.

Ese dia iniciamos una amistad que duro mas alla del ultimo dia que estuve en Moscu en agosto de 1967. Cuando no estabamos juntos nos escribiamos largas cartas. En los encuentros paseabamos por el parque de Sokolniki, caminabamos por Leninsky Prospekt, visitabamos el cementerio de Novodevichi, la Galeria Tretiakov, donde yo la esperaba salir de la casa de su tia. Cuando Victoria visitaba a su familia fuera de Moscu, tomabamos juntos el tren electrico y luego yo volvia solo a Moscu. Ya sabiamos nuestros lugares y cuando deseabamos vernos solos escribimaos una nota diciendo: “te veo donde Chejov, nos encontramos donde Repin, esperame junto a Pushkin a las cinco de la tarde”.

Por cuarenta años no olvide nuestras conversaciones. Casi siempre comenzabamos a hablar de libros, de literatura rusa clasica; yo amaba a Chejov, casi obsesivamente. A Vika le gustaba Lermontov y los poetas. Yo le hablaba de Neruda, de Chile y de nuestra esperanza de socialismo para nuestra patria. Yo no se cuando me enamore de Victoria. Quizas fue el primer dia o quizas el segundo. Por dias no nos veiamos, yo estaba ocupado en mis clases y ella se preparaba arduamente para los examenes de ingreso a la MGU. Pero ya uno u otro enviaba una nota y luego nos encontrabamos, caminabamos por horas, volviamos a hablar y contarnos todo. Cuando yo la esperaba bajo el edificio imponente de Labrushinsky Pereulok, su tia me veia esperar desde la ventana del quinto piso y le decia a Victoria: ya llego tu “americano”. Ella bajaba y nos ibamos caminando. A veces yo la llamaba por telefono, la tia era seca pero afable al responder.

Cuando llegaba el momento de rendir los examenes de ingreso a la Lomonosov, en el verano de 1967 yo le aviso a Victoria que regresare a Chile. Son dias dificiles para ambos. Ella esta tensa por los examenes. Yo vuelvo a Chile, estoy ansioso por volver, ver a mi familia, en Chile por entonces comienza a formarse una gran coalicion que puede llevar a Chile al socialismo por la via electoral. Yo deseo estudiar Periodismo en Chile, pero siento la tristeza de no ver mas a Victoria. Juntos preparamos sus examenes. Casualmente uno de los temas que debera rendir es Lermontov. Discutimos largamente El heroe de nuestro tiempo, la novela de Lermontov. Vika ama a Pechorin, el antiheroe, el malvado y romantico Pechorin. Yo le advierto: no te dejes llevar por el corazon, estamos en la Union Sovietica, esperan de ti un analisis marxista de la novela, no tu apasionamiento por Pechorin. Vika es porfiada, esta llena de ideas y de pasion, desea ser Jurista o chofer. Yo le digo en broma que no se apasione tanto, con tus brios puedes matar tanta gente como jurista o como chofer. Los dias pasan con estos preparativos, Vika tendra los examenes una semana despues de mi partida.  Por esos dias no lo decimos, pero estamos muy tristes. Nos sentamos junto a Chejov o en la casi  desierta estacion de Yugo Zapadnaya, nos tomamos de las manos y hablamos interminablemente, siempre sobre el futuro, el futuro de Chile y de la URSS. Nuestros besos son de amor y de tristeza.

La ultima semana Vika me hace un regalo: una entrada para el Cine Rossia a ver la tercera parte de La Guerra y la Paz. Veo el final de la pelicula llorando. La grandiosidad de Tolstoi se confunde con mi tristeza de partir y no volver a ver a mi Vika Grigorieva. Camino por la calle Gorki con la sensacion de que mi juventud ha terminado, tengo 21 a챰os, Vika ha cumplido 18 y me despido para siempre de Moscu y de esta muchacha a la que quiero tanto.

El ultimo dia antes de partir la acompaño en el bus hasta Solntsevo. Es tarde, yo partire en la madrugada. Caminamos por la calle rustica del pueblo, finalmente nos detenemos, nos abrazamos largamente, la beso y le digo en español: :”Hasta Mañana, Victoria”.

Un par de semanas despues recibo una carta de Vika en Vi챰a del Mar. Me dice que yo tenia razon. Pechorin le ha jugado una mala pasada y ha reprobado los examenes para MGU y no sera Jurista. Viajara a Riga a estudiar Pedagogia en Frances. Yo le contesto que es mejor ser profesora que Juez. Es mejor ense챰ar que condenar, le digo, a manera de consuelo.

Nuestra correspondencia no se interrumpe. Nos escribimos todo, pero mi tiempo se hace cada vez mas limitado, Participo activamente en la Universidad de Chile en el proceso de Reforma Universitaria, en el Instituto Chileno Sovietico en Valparaiso hago clases de ruso y soy traductor de todas las delegaciones sovieticas que llegan. Soy secretario politico de los estudiantes comunistas del pedagogico de Valparaiso. Siempre encuentro tiempo para escribir a Victoria y en abril de 1969 le doy una buena noticia. Me  acaban de invitar a un Seminario Internacional de profesores de ruso en la Universidad Patricio Lumumba de Moscu. Volvere a Moscu por dos o tres meses. Vika me responde feliz: “ avisame por telegrama apenas llegues a Moscu, yo adelantare los examenes y me voy a verte.”

Apenas llego a Moscu le envio un telegrama y tres dias despues espero a Vika en Rizhky Vokzal. Estamos felices, reanudamos nuestros sentimientos, Vika tiene 20 años, yo ya soy un viejo de 23. Le cuento de Chile, del futuro, cada dia mas esperanzador para nuestro pais. Volvemos a nuestros sitios, la tia esta mas afable con el “americano”, leemos a Esenin, estamos juntos, reimos, bromeamos como nunca, nos queremos y el mundo es nuestro. Ya no estamos tristes. Nos hemos vuelto a ver y nos volveremos a ver muchas veces, estamos seguros. Cuando yo debo viajar a Leningrado y Vika a Riga, paseamos por ultima vez por la calle Gorky y finalemente nos sentamos junto al monumento a Pushkin. Vika me escribe su despedida en una libreta. Yo le hago un dibujo viajando continuamente entre Santiago y  Moscu. Al dia siguiente Vika me despide en la estacion de Leningrado y me entrega una tarjeta en un sobre. En ella me desea toda la felicidad del mundo y me dice que cuando este triste solo piense que hay alguien en el mundo que me quiere y recuerda. Ambos sabemos que es la despedida definitiva. Mi ultima vision es su mirada triste, la misma de Yugo Zapadnaya hace 3 a챰os.

Mi correspondencia con Vika continua hasta pocas semanas antes del Golpe Militar en Chile en septiembre de 1973. Ella recibe el 13 de Septiembre de 1973 mi aviso de que se avecinan dias dificiles para Chile. Nada se de Victoria durante 33 a챰os. En 1995 le escribo desde Canada, pero no recibo respuesta. Busco largamente en Internet intentando contactarla o saber noticias suyas. Sin resultado.

Con motivo de los cien a챰os de la muerte de Chejov en 2004 escribo un articulo-testimonio sobre el escritor y lo dedico a Victoria Grigorieva en mi Blog del Internet.

A principios de 2006 en Vietnam, cuando se cumplen 40 a챰os de mi primer encuentro con Victoria escribo dos poemas para ella y los publico en mi Blog.

Hace 5 semanas me avisan desde Moscu, del programa de televison Zhdi Menia, que Victoria esta viva, me recuerda, guarda mis cartas y recuerdos y el programa me invita a Moscu a encontrarla. Tengo 60 a챰os. Vika acaba de cumplir 57. Son solamente 40 a챰os desde esa tarde de Yugo Zapadnaya, la mirada triste y el impermeable.

 

Marcos Medalla

Toronto, Julio 2006.

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