domingo, 19 de noviembre de 2006

Según pasan los años

SEGÚN PASAN LOS AÑOS


De vez en cuando, uno se da cuenta del paso del tiempo. Cuando mira el calendario o su carnet, o cuando se mira con atenci처n al espejo. O cuando se encuentra con los hijos de alg첬n amigo y deja escapar la frase cl찼sica de los adultos ya mayores: "징pero si la 첬ltima vez que lo v챠 estaba de este porte!", y los ni챰os ponen cara de resignaci처n.

Hay muchos signos de que usted acumula edad. Por ejemplo, puede estar seguro de que usted est찼 en una fase avanzada de madurez cuando empieza a hablar del "maldito viernes", d챠a en que los adolescentes piden dinero y permiso para salir de carrete, y/o cuando al d챠a siguiente pasa revista en las habitaciones de sus hijos para verificar si regresaron sanos y salvos...


Cada uno enfrenta la situaci처n de manera diferente. Un amigo sinti처 que se le estaban pasando los a챰os no cuando le sali처 la primera cana: tuvo una peque챰a depresi처n cuando, al afeitarse, vio un pelo que empezaba a asomar en la oreja. Otro se preocup처 cuando se di처 cuenta que recib챠a m찼s invitaciones a sepelios que a bautizos...

Sic처logos y siquiatras aman este per챠odo de su vida. Sus clientes en gran parte provienen de esta fase vital.


Pero no se preocupe. Ya llegará algún nieto que le dará nuevas energías y alegrías. Si no llega el nieto, quizás empezará a recorrer el mundo. Nada demasiado arriesgado, en todo caso: Miami, Cancún, Mar del Plata o, más modestamente, la Carretera Austral, Iquique, Viña…  La audacia depende de la resistencia de los huesos y la fortaleza del bolsillo. En todo caso, ningún lumumbino de buena ley se inscribirá en algún Club del Adulto Mayor…

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