martes, 7 de noviembre de 2006

Soñar no cuesta nada !

Queridos Lumumberos !
                                             Hace exáctamente 89 años, se podrujo el colápso de la autoridad Zarista en Rusia, dando lugar a la gran revolución socialista de Octubre. Nosotros somos, de alguna manera, el producto de esa revolución. La nueva solidaridad internacional y el apoyo a los movimientos de liberación nacional de los paises del tercer mundo, estaban destinados ser el sostén de los nuevos tiempos, en que no había duda alguna, que este nuevo sistema socio económico reemplazaría al sistema de explotación individual capitalista en todo el mundo. Sin intentar resumir la importancia de la revolución de Octubre y su derrota política momentánea final, es importante a mi juicio, destacar su enorme influencia en el mundo del siglo XX. Se humanizó el trabajo en la mayoría de los paises del gran capital, se resolvieron los descansos anuales de los trabajadores, se humanizó la asistencia sanitaria y de salud pública, se amplió la instrucción a la mayoría de los estratos sociales, se abolió el esclavismo y el humillante colonialismo, se hizo extensiva la cultura a casi todos los sectores sociales y se "democratizó" la democracia y las libertades individuales de las personas, se autorizó el libre (casi) funcionamiento de organizaciones sociales y sindicatos, los partidos políticos, se abolieron algunas franquicias de las familias reales Europeas y se aumentó el sentimiento de dignidad de oficios y profesiones. Pero en ningun caso se trató de un acto de buena violuntada de los estratos sociales que administraban las naciones, sino más bien un acto de congratulación con sus poblaciones, ante el peligro inminente de que estas optaran por el experimento que ponía de cabeza el órden del capitalismo de aquel entonces. El cambio experimentado en el mundo exterior a Rusia fué de incalculables proporciones. A la Rusia de entonces se asociaron otros pueblos y naciones, para dar forma a uno de los paises más poderosos de la tierra. Algunos llegaron en forma voluntaria, otros no tanto, pero la mayoría, sobre todo las naciones y pueblos del Asia media, se subieron a un carro que los sacó realmente de la edad media y del atrasop consuetudinario. Otros pueblos y naciones, fueron afiliados una vez que terminó la segunda guerra mundial. Producto de lo mismo, muchos paises de la Europa del este, formaron parte de lo que se llamó el campo socialista, que integraron más tarde una alianza económica y militar en torno a la Unión Soviética. La guerra fria comenzó exáctamente 89 años atrás. Se acentuó una vez terminado el intento de reestablecer estructuras de poder, similares a la de los invasores, que intentaron con la fuerza militar imponer a la revolución Bolchevique. Lo digo simplemente recordando en voz alta los acontecimientos que cambiaron la faz de la tierra, sin el ánimo de entregarles una lección rápida de una historia que cada Lumumbero conoce mejor que yo. Más bien me refiero a las enseñanzas de la gran revolución socialista de Octubre y sus efectos en el mundo entero. Aprendimos lo que se debe y no se debe hacer, aprendimos a valorar la democracia y a odiar las autocracias, a razonar de lo que es posible y cuando es posible, a ponderar debidamente a los dirigentes y a sancionar a los panfleteros que vendían una pomada enrrarecida de lo que debía ser una auténtica democracia. Aprendimos a articularnos cuando aparece un caudillo que intenta quedarse para siempre en los sillones del poder, a denunciar la corrupción en su entorno, a desenmascarar a los bellacos que hablan del pueblo, para el pueblo y por el pueblo, en circunstancias que se mantienen en el poder gracias al terror que instrumentalizan contra sus propios ciudadanos. Si bien no siempre realizable, el modelo de otra alternativa, quedó para siempre en la cultura y memoria de los pueblos. Si bien la gran revolución de Octubre fracazó en términos prácticos, dejó como herencia una enorme riqueza teórica de que otra opción puede ser posible en este mundo de todos. Su fracazo, por otro lado, se vé con mayor violencia en la Rusia contemporánea, en donde se despilfarran los recursos humanos y materiales en beneficio de una nueva casta de saqueadores. Nunca el mundo había visto una explotación más salvaje que la que tiene lugar en este momento en Rusia. No es casual entonces que la mayoría de sus ciudadanos expresan su nostalgia de que los tiempos del socialismo real, fueron mejores. Que será necesaria una nueva convulsión social para revertir la abalancha de miseria generalizada en ese querido pueblo. No hay vuelta a las antiguas estructuras de poder que prevalecieron en la Unión Soviética. De eso no hay duda alguna, pero tampoco se duda que no puede ser la opción que se imponga a la larga en el pais. Recuerdo con nostalgia los siete de Noviembre en Moscú. La Universidad de la amistad de los pueblos y a sus estudiantes. Recuerdo la porfía de los jovenes en mantener la esperanza de que un mundo nuevo era posible. Había mucha ingenuidad en todo esto, pero tambien existía la certeza de muchos, que habían otras formas de compajinar un proceso de cambios revolucionarios en bien comun. Que no era necesaria una dictadura eterna para resolver los problemas del socialismo y de la civilidad. Hay algunos que no aprendieron las enseñanzas, lamentablemente. Ni Cuba ni Corea del Norte, por ejemplo. La primera me duele más, considerando que se trata de un pais cercano y entrañable. Nunca dejo de pensar que será de Cuba una vez que Fidel abandone el planeta. Eso de que abandone realmente sus ansias de poder y de pensar que aparte de él no existe fuerza capáz de aglutinar a su pueblo en torno a una variante fracazada, no me cabe en la cabeza. Sería el colmo de la derrota si la salida se tranforma en la salida de la Rusia de hoy. Con todo lo que significa para los que perdieron la voz y el habla en general en la isla. Pero hoy es el aniversario de la revolución de Octubre. La celebraremos como todos los años en compañía de los inmigrantes de la ex Unión Soviética. Con muchos de aquellos, cuyos padres entregaron la vida en la consolidación de el socialismo, o durante la gran guerra patria. Es un acto consiente y responsable. Con banderas de Chile y de la Unión Soviética, con Wodka y con tintolio de Chile, con empanadas y con caviar, con las canciones inolvidables de esos tiempos y con los recuerdos de cada uno de nosotros. Pero con el ojo al charqui. Que no seamos solo sentimentales, sino que miremos el futuro sin anteojos de colores. Dispuestos a entregar los granitos de arena que nos son posibles en este combate sin fin. Mi primer trago será a la salud de mis compañeras y compañeros de la Lumumba. El segundo por las compañeras y compañeros que acompañan nuestro exilio. El tercero, ya medios cucarros, y siguendo la costumbre y tradición de nuestros amigos de la patria grande, por las mujeres del mundo, que llevan el mayor peso en la existencia humana. Viva la gran revolución Socialista de Octubre mierda !. Viva la Lumumba y viva nuestro purgante !!!!. Un abrazo a todos, con la fraternidad de siempre.
Ren챕
Alemania, 07.11.2006.- 

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