martes, 12 de octubre de 2004

Descubrimiento de América.

Queridos Lumumberos !
                                     Eso del dia de la raza o de la raja, como dicen algunos de nuestros compatriotas, se está celebrando con bombos y platillos en la "madre patria", como suelen denominarla algunos columnistas y escritores. Para serles franco, nunca fuí un entusiasta ni un resentido en eso de condenar o celebrar la llegada de los Espanoles a nuestro continente. En algunas naciones de nuestra américa latina, sin embargo, parece ser política de estado echarle la culpa a los conquistadores de las dolencias en sus desarrollos. En los canales de TV de Espana se habla de la hermandad Espanola-Americana y de los vínculos que están ayudando a forjar una cooperación económica y cultural de nuevo tipo. Heredamos la lengua, la religión, algunas tradiciones y parte del atraso relativo que ya venía perfilándose en la península Ibérica. Con todo, creo que hay razones para celebrar el descubrimiento. El descubrimiento fué más tarde un problema nuestro, a pesar que solo para los europeos fué tal. Los pueblos autóctonos de nuestro continente, sabían cabalmente de su propia existencia, de sus limitaciones y de las hostilidades entre grupos con mayor o menor desarrollo. Eso de que aquí, en américa, reinaba la paz y la prosperidad y que todo se resolvía con voluntad y justicia, es uno de los cuentos que se enebran, más contradictorios y pelotudos. Los grupos étnicos con mayor desarrollo (Incas, Mayas, Aztecas), subyugaron y en parte exterminaron a algunas minorías. Cobraban impuestos o demandaban aportes leoninos para solventar los gastos de las superestructuras imperiales. Creo que todo se reduce a la naturaleza humana. Aprovecharse de las debilidades relativas de las naciones, de políticos corruptos y del chantage, considerando la correlación de las fuerzas existentes. No olvidarse de los "negreros" Ingleses, Portugueses, Franceses y en parte Alemanes, que practicamente desvastaron el continente Africano, acarreando a la población más vigorosa a las plantaciones en América, cosa de la cual el continente Africano nunca pudo recuperarse. Cual más cual menos, dejaron la mierda de apalearla. Muchos latinoamericanos dicen que heredamos de los Espanoles su flojera consuetudinaria, el sacar la vuelta, el tirarse un peo en un velorio y echarle la culpa al muerto, el corrernos por la tanjente cuando alguen tiene que hacerse responsable de algo, el mirar pal´otro lado cuando hay que sacar la cara, etc. Así y todo, hemos logrado corregir muchas dolencias e incorporar otras, propias y de las cuales no podemos cargárselas a los habitantes de la península Ibérica. Entre celebrar y no celebrar, queridos Lumumberos, más vale celebrar. En muchos aspectos hemos superado a la "madre patria", en otros, seguimos cojeando atrás. Los pueblos se levantaron y se sacudieron el yugo colonialista. Somos, en consecuencia, naciones soberanas. No tenemos necesidad de echarle la culpa de todo a los compadres que trajeron engrillados en las embarcaciones que llegaron a nuestras playas. Nuestra tarea ahora es sacudirnos el yugo del saqueo sistemático de los nuevos "negreros". Hacer de nuestra américa un continente de la paz y del entendimiento entre naciones hermanas. Terminar de una vez por todas con el "gueveo" de unos metros más o unos metros menos en nuestras fronteras. Estrechar las manos de nuestros hermanos de Perú y Bolivia, de Argentina y Brasil, de Paraguay y de Honduras, por nombrar algunos. El llanterío de que los conquistadores nos arruinaron la existencia, es asunto del pasado. Yo nací en un pais libre, en adjetivo. Pero igualmente llegó un canalla que mantuvo a nuestra patria sumerguida en tinieblas y desolación. Me he mamado los mejores anos de mi vida en el exilio. Lejos de las cosas amadas. De la familia y de mis connacionales. Soy chileno y mis hermanos más próximos están en nuestro continente. No existe enemistad ni beligerancia, muy por el contario. Tengo profundos sentimientos y suenos de unión americana. La Espana de hoy es en mucho diferente.- Allí he encontrado muchos amigos que comparten nuestros anhelos de progreso y democracia. Nuestra Universidad fué, a pesar de todas las pocas contradicciones momentáneas, la escuela de la hermandad. Octubre fué la esperanza, ojalá que esa bandera querida, vuelva a flamear en el mundo. Lo último que se muere es la esperanza. Un abrazo fraternal a todos mis hermanos de américa latina. Igualmente para mis hermanos de Espana.
Ren챕
H체rth, 12.10.2004.-

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