lunes, 28 de enero de 2008

El problema mapuche

AVISO DE INCENDIO

El conflicto mapuche -y el que mantienen otros grupos ind챠genas- deriva de la necesidad de reconocimiento, una de las pulsiones m찼s hondas de la condici처n humana. Esos grupos sienten que su identidad ha sido negada. Por eso el conflicto no ceder찼 un mil챠metro si -con esa mezcla de ignorancia y de poder- se le sigue tratando como un caso de seguridad p첬blica.

Carlos Pe챰a
El Mercurio, domingo 27 de enero de 2008


La llegada del bicentenario -no falta mucho- acentuar찼 el conflicto con los pueblos ind챠genas. La muerte de Mat챠as Catrileo y la huelga que mantiene Patricia Troncoso -se est찼 dejando morir de hambre- son s챠ntomas de un problema de amplias repercusiones acerca del cual en nuestro pa챠s hemos preferido cerrar los ojos.

A la pol챠tica del olvido que se mantuvo durante m찼s de un siglo, agregamos hoy la negaci처n pura y simple.

Como si lo ind챠gena hubiera sido asimilado sin violencia y sin exclusi처n. En suma, como si entre nosotros el pasado no originara ninguna deuda.

Todos los pueblos, claro, construyen su memoria sobre un conjunto de tachas y borrones que dejan ver algunas cosas y ocultan otras. As챠 ha ocurrido siempre. Est찼 en la misma 챠ndole de la memoria ser, a la vez, un artefacto de recuerdo y un mecanismo de olvido. Las comunidades y los pueblos exigen a la memoria olvidar todo aquello que pueda hacer dudar de su propia existencia y de su propia legitimidad.

Como sugiri처 Nietzsche, cuando la memoria dice 징recuerda!, el orgullo dice 징olvida!

Y casi siempre gana el orgullo.

Nosotros, por ejemplo, olvidamos cu찼nta violencia y cu찼nta exclusi처n fueron necesarias para construir eso que hoy d챠a llamamos estado nacional y del que, con raz처n sin duda, nos enorgullecemos.

La naci처n chilena fue el resultado de un gigantesco proyecto de homogeneizaci처n cultural que se llev처 a cabo por las 챕lites del diecinueve a fin de crear o constituir un p첬blico leal a las instituciones estatales. Ese exitoso proyecto de construcci처n de la naci처n exigi처 reducir el territorio del que dispon챠an los pueblos originarios; esparcir el castellano forzando el olvido de la lengua materna por parte de muchos grupos; exterminar a algunos grupos o tolerar que se les exterminara; pacificar mediante la fuerza amplios territorios que se resist챠an a la aculturaci처n; e imponer un cierto modelo de disciplina cultural y social.

En otras palabras, el rev챕s del estado nacional fue una exclusi처n coactiva. Y es que -ya lo dijo Benjamin- detr찼s de todo documento de civilizaci처n se esconde un momento de barbarie. Tal cual.

Fue un muy exitoso proyecto. De eso no cabe ninguna duda. Y mientras se le ejecut처, cada una de las partes involucradas redefini처 su identidad. A fin de cuentas, lo que cada uno es hoy d챠a en Chile es resultado de ese conflicto, de ese choque, podr챠amos decir hoy, de etnicidades.

Pero, ya se sabe, lo que se olvida y se reprime tiende a veces a volver en acto. Es lo que los psicoanalistas llaman transferencia: la escenificaci처n de lo reprimido.

Algo de eso es lo que est찼 ocurriendo con el conflicto mapuche.

Por eso negar ese conflicto -a fin de cuentas, el retorno de lo reprimido- no surtir찼 ning첬n efecto. En vez de eso, encender찼 una y otra vez los 찼nimos y arriesgar찼 que quienes hasta ahora se mantienen al margen del conflicto entren a participar de 챕l.

Lo mejor entonces es reconocer el problema, abrirse al di찼logo, y adoptar medidas que salden la deuda de la memoria.

Durante el gobierno de Lagos, una comisi처n presidida por Patricio Aylwin sugiri처 un pu챰ado de medidas sobre las que, quiz찼, haya que volver.

Entre esas medidas -ninguna de las cuales se adopt처 entonces- se encontraba el reconocimiento constitucional de los pueblos originarios, la asignaci처n de derechos ling체챠sticos y territoriales y acciones afirmativas para asegurar su participaci처n pol챠tica.

Todo eso, que parece un exceso inexplicable, ha ocurrido en otras partes del mundo que experimentaron heridas similares. Y es que la multiculturalidad hoy d챠a no espanta a nadie, salvo a nosotros. Muchos estados europeos la asumieron de manera consciente, como ocurre con la civilizada Suiza, la tranquila B챕lgica, la moderna Canad찼 o la cercana Espa챰a. Otros est찼n empe챰ados en ese proceso, como ocurre en la republicana Francia con C처rcega o en las emergentes Nueva Zelandia, con los maor챠es, o en Australia.

En nuestro pa챠s, en cambio, hemos preferido tratar los reclamos de esos grupos como un caso de simples reivindicaciones violentas. Nos negamos a ver que en ese conflicto hay algo que est찼 a la base de la condici처n humana: la necesidad de reconocimiento. Y es que los pueblos, como los individuos, buscan que la certeza que tienen de s챠 mismos les sea devuelta por los otros.

Cuando ello no ocurre -lo dijo Hegel- hay peligro de incendio.


1 comentario:

  1. Estimados amigos:
     
    Me parece muy interesante el articulo que nos ha enviado nuestro amigo Patricio Ayala. A este lucido articulo yo solo agregaria que una de las causas de principio que impiden lograr una convivencia civilizada es la ignorancia y los prejuicios.

    En primer lugar, la ignorancia que sobre los mapuches tiene la mayoria de la poblacion no mapuche. No hay que olvidar que fuera de los episodios historicos encarnados por Lautaro, Caupolican y Galvarino no hay un conocimiento correcto de la larga historia mapuche. En las escuelas muy poco se sabe de la cultura mapuche, de sus costumbres, de su idioma. Todo eso deberia estar incluido en los programas de estudio de las escuelas y liceos.

     
    En segundo lugar estan los prejuicios, los modelos mentales, los esterotipos que nos impiden ver la realidad y que nos indican lo que debemos pensar sobre algun asunto, sin razonar como seres humanos plenos.

     
    En mi opinion estos dos aspectos estan en la base de los escasos avances para lograr la convivencia.
     
    Ahora se ha nombrado un comisionado para tratar el tema mapuche. 쩔Que seguridad existe que ese comisionado que representa a la clase politica en su conjunto conozca realmente este fenomeno historico, politico, social y cultural? 쩔Que seguridad existe que no lleve sus prejuicios a la mesa de dialogo?

     
    Por ello en mi opinion, mientras no se superen estos dos asuntos seguiremos chocando con la misma piedra.
     
    Un abrazo lumumbero a todos
     
    Eusebio Painemal

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