jueves, 31 de enero de 2008

Los pueblos originarios.

Queridos Lumumberos !

                                         Los problemas de los pueblos originarios de nuestra América, son efectivamente un problema cultural de los nuevos inquilinos. Nadie quiso saber de nada de estas culturas, de sus costumbres, de su idioma, de su integración a los “civilizados”. Se olvidaron de su barbarie, de sus orígenes ancestrales, de las razones por las cuales llegaron. Llegaron pateando la puerta y en calidad de señores. Cuando la necesidad de colonización de las tierras de los pueblos originarios se hizo impostergable, se recurrió a la fuerza militar o a la matonería de matarifes a sueldo, sin pensar que los despojados eran seres humanos. Junto a la espada vino las cruz, la indolencia y la falta de visión para que esta colonización fuera moderada. No creo que hubiese sido posible el mantenimiento de millones de hectáreas para el sustento de algunas decenas de miles de familias, pero bien podrían haberse agotado los esfuerzos por una integración mutua para explotar las riquezas. Ni los europeos ni los anglo americanos que llegaron del viejo continente, hicieron grandes esfuerzos por entender a los legítimos americanos. Era más fácil argumentar que se trataba de salvajes y que si no aceptaban sus nuevos reductos, había que exterminarlos. Recién algunas naciones han comenzado a restituir sus derechos. Los Canadienses admiten sus derechos, pero confían que lentamente serán reducidos a una mínima expresión. El alcohol, la falta de oportunidades de educación y de trabajo, los reducen a personas que reciben una limosna social, para que cierren el tarro. Son muy pocos los que salen de los Gettos y se integran a la sociedad de los “blancos”.  Se trata de minorías, puesto que el grueso de sus poblaciones fueron diseminadas hace más de dos siglos. Lo mismo hacen las autoridades de Estados Unidos de América. En Europa algunas naciones se cuelgan medallas por sus políticas indígenas (Dinamarca, Suecia, Rusia, Noruega y Finlandia, entre otros). Pero es una consecuencia tardía. Parte de la cultura y la lengua de esos pueblos se perdió para nunca más volver. Lo mismo puede ocurrir en Chile o ya ocurrió. Y solo siguiendo el proverbio “guagua que no llora, no mama”, ha sido posible conseguir la atención de los problemas no slucionados. Cada vez que los pueblos originarios de Chile reclaman por abusos y desalojos, se trata de terroristas que están acostumbrados a transgredir las leyes de Chile. Eusebio tiene razón cuando dice que el desconocimiento del pueblo Mapuche, por ejemplo, es casi total. En la primaria se habla de los héroes la republica, pero apenas se nombra a Caupolicán, Galvarino o Lautaro. Sobre sus culturas, nada. El problema está en el mate de muchos chilenos, de comisionados, de presidentes, de senadores, de ministros, de diputados, de escritores y periodistas. Aquí no se salva nadie compadre. Basta con analizar los libros de nuestros escritores insignes para darse cuenta que el tablón, encima de las narices, estaba claveteado profundamente y que sigue en el mismo lugar. Recuerdo los relatos de mi tïa política,  Maria Jacoba Alcap찼n Michillanca. Hablaba de su pueblo y de su cultura, de sus costumbres y de la desolaci처n a que fueron obligados a vivir. Pero tambi챕n de la soberbia y de su rebeli처n. Sus 첬nicos aliados eran los vientos y los bosques, las tormentas y las tempestades que manten챠an a raya a los aventureros que quer챠an seguir despoj찼ndolos de sus propiedades. Pero mi tia (q.e.p.d.) no cont처 con la sistem찼tica de los nuevos patrones del pa챠s. Llegaron los aserraderos, los constructores de represas, anegaron los campos cultivables para energ챠a el챕ctrica que volaba por los cables, sin detenerse en las comunidades ind챠genas que no ten챠an Lobby. Los colonos siguen llegando, los problemas se mantienen . Pero es posible explotar las riquezas considerando tambi챕n los intereses vitales de los pueblos originarios. Aprender de ellos y que ellos tambi챕n aprendan del resto de los chilenos. Pero entregando posibilidades, que el estado tendr챠a que financiar, organizar y vigilar. Vamos a ver que pasa con la comisi처n que debe ocuparse de los problemas. Ojal찼 se trate de gente que no tenga el tabl처n en el mate,. Del que hablamos. Un abrazo, con la fraternidad de siempre.

Ren챕

Alemania, 31.01.2008.-

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