Editorial El Nacional
La canonizaci처n del diablo
San Tirofijo
Ninguna de las infinitas proclamas del presidente Ch찼vez asombr처 tanto a los pa챠ses latinoamericanos y europeos como la solicitud, lanzada urbi et orbe ante los diputados de la Asamblea Nacional, de que las FARC sean retiradas de la lista negra que las considera terroristas, y se les otorgue el estatus de beligerantes.
La cuesti처n caus처 tanto impacto y consternaci처n que, de inmediato, varios gobiernos latinoamericanos opinaron en contra y consideraron la propuesta como un "pensamiento exclusivo del presidente de Venezuela". La mayor챠a de pa챠ses de la regi처n ha guardado silencio, Brasil entre ellos.
Sin embargo, el presidente Ch찼vez espera que no demoren su decisi처n. Hay quienes piensan que la cuesti처n debe presentarse ante el Consejo Permanente de la OEA, para que los pa챠ses tengan ocasi처n de ratificar su posici처n. Argentina ya tom처 la iniciativa de oponerse a la propuesta chavista.
Seg첬n el jefe del Estado, las FARC no son terroristas. Valdr챠a la pena conocer qu챕 piensa 챕l del terrorismo de Osama bin Laden y de los activistas de ETA. La cuesti처n no debe quedar sin precisiones y sin que los pa챠ses se definan. Le har챠a grave da챰o a la democracia que no sepamos qui챕nes est찼n realmente con las narcoguerrillas.
Es obvio que las FARC pretenden el estatus de beligerantes porque de esa manera pueden lograr una jerarqu챠a que las eximir챠a de sus cr챠menes de lesa humanidad: no ser챠an empresarios del narcotr찼fico ni jefes de jugosos secuestros; ser챠an combatientes pol챠ticos por una causa heroica, popular y revolucionaria.
El Presidente dijo que las FARC ten챠an un proyecto que "aqu챠 respetamos". No se sabe a qui챕nes alude cuando usa ese plural: a lo mejor se refiere a los 4 milloncitos de votos que sac처 el 2 de diciembre. Pero hoy no puede hablar en nombre de 12 millones de votantes, que por una parte le dijeron NO, y por la otra ni se molestaron en ir a votar por su socialismo. Y menos lo har찼n si nos quiere asociar internacionalmente con bandas guerrilleras vinculadas con el narcotr찼fico y los secuestros.
Los venezolanos, en su casi totalidad, han condenado a las FARC porque las consideran terroristas, porque han visto su actuaci처n maligna en las fronteras, su cobro de vacunas, su serie imparable de secuestros y asesinatos, la ocupaci처n por la violencia de nuestro territorio con lo cual violan nuestra soberan챠a. Han asesinado a oficiales, suboficiales y soldados de nuestra Fuerza Armada, as챠 como a trabajadores de Pdvsa.
Estas pretensiones de canonizaci처n de San Tirofijo no s처lo envenenan y perturban las relaciones colombo-venezolanas, sino las latinoamericanas. Un debate en la OEA y Mercosur ser챠a de gran urgencia. La Comisi처n de Derechos Humanos de la OEA, por ejemplo, no puede guardar silencio. Venezuela, entre tanto, debe consultar los instrumentos jur챠dicos internacionales y ver a cu찼les debe renunciar para satisfacer las demandas que le han formulado desde las selvas el santo franciscano Tirofijo y sus ap처stoles Ra첬l Reyes y el Mono Jojoy.
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