miércoles, 30 de enero de 2008

Recordando los 30 de Enero de todos los años.

Queridos Lumumberos !

                                         Hoy es un día de recuerdos diversos. Las efemérides de los diarios se agolpan en mi cabeza, aún cuando solo quería recordar la muerte de nuestro amigo Froddi. Sucedieron muchas cosas el 30 de Enero en todos los años que se tiene memoria. Algunas tristes y otras jocosas y alegres. Para la comunidad Lumumbera marcó ese día la muerte de nuestro Froddi Cisternas. Un activo de nuestro Purgante, cuyo blog lo sobrevivió. Pero los recuerdos de la segunda guerra mundial son los más contundentes. Un 30 de Enero, justamente Enero de 1945, cuando la segunda guerra mundial llegaba a su término. Los recuerdos del joven marinero del barco Wilhelm Gustloff que partía de un puerto oriental del mar báltico, trajeron por fin claridad en los sucesos que terminaron con el hundimiento del mentado. Willi Schaefer, de 24 años de edad, sobrevivió la “tragedia” que costó casi 10.000 víctimas. La prensa y la propaganda occidental culpó a la Unión Soviética de haber hundido un barco de refugiados, pintado de blanco y con marcada cruz roja en las postrimerías del fin de la guerra. Fue el submarino S 13 de la marina Soviética que le propinó tres golpes mortales de torpedo al Wilhelm Gustloff. La versión tardía de Willi Schaefer trajo luz a la tragedia. El Wilhelm Gustloff estaba pintado de plomo oscuro, como todos los barcos de guerra de aquel entonces. En su cubierta, varias docenas de cañones, aparte que en sus bodegas, habían encontrado lugar varios miles de soldados del ejército NAZI. La mayoría de los pasajeros eran, sin embargo, refugiados de guerra. Mujeres, niños y ancianos, que escapaban ante la proximidad del ejercito Rojo. Venían de los nuevos territorios del tercer Reich, que le habían “yarureado” a Polonia y a la Republica Checa. Escapaban del ejercito rojo con la seguridad de que muchos de ellos habían perpetrado crímenes y abusos contra los dueños soberanos de los territorios. El cuento de que se trataba de una embarcación de refugiados de guerra esencialmente, fue rebatido por Willi Schaefer en su libro “Tuve suerte, pura suerte”. El autor del libro fue rescatado de las aguas heladas del báltico por un patrullero Alemán, que más tarde se entregó a las autoridades militares del Reino Unido. Willi Schaefer no fue internado en ningún campo y puesto en libertad sin condiciones. Relató que era hijo de campesinos de territorios rurales en las inmediaciones de su lugar de detención. “Pura suerte”, repite en sus páginas. Guardó silencio durante muchos años, aunque nunca llegó a entender plenamente las razones políticas que acusaban de barbarie a la comandancia de la marina Soviética. El S 13 reconoció un barco de guerra en su periscopio y le mandó los torpedos que terminaron con el buque, sin saber que en su interior, habían refugiados. La explicación nunca fue aceptada por los aliados, aunque la verdad era conocida ampliamente. Apenas algunos marinos de la marina real del Reino Unido, se atrevieron a manifestar su disconformidad con los relatos intencionados. Ahora todo el mundo conoce la verdad del Wilhelm Gustloff, pero a quien le importa ahora el relato real de los acontecimientos ??. A nadie !. La Unión Soviética no existe ni muchos de los actores de aquel entonces. La historia debe, en consecuencia, ser cambiada. Pero si hasta los Rusos están cambiando su propia historia. La cosa está en poner en el rincón más negro a los conciudadanos que gobernaron antes de que aparecieran los oligarcas y las mafias que ahora gobierna al país. No solo los monumentos, los uniformes, las banderas, los escudos, sino que también la mentalidad de haber vivido una época de horrores en la URSS, completan el cuadro de los nuevos próceres de Rusia. La verdadera historia la cuentan, sin embargo, sin querer a pedazos. Se hablan de los miles de barcos, de los miles de aviones, de las máquinas creadas durante la guerra patria, el enorme potencial científico-técnico de aquel entonces, del heroísmo de sus soldados, de su extraordinaria organización y disciplina. Ahora andan a peos  para construir un avioncito de noventa plazas, con turbinas francesas, hidráulica de Estados Unidos y electrónica de Alemania Federal. Abren el tarro con el rompehielos “50 aniversario”, en circunstancias que fue construido en un 95% durante la Unión Soviética. Lo mismo pasa con los bombarderos que circundan las islas británicas, de más de cuarenta años de antigüedad. Pero hoy recuerdo solo a nuestro amigo Froddi. La botella de tinto está sobre la mesa de la cocina y la gringa ya me ha llamado dos veces a “trompear la canoa”. Un fuerte abrazo a todos, con la fraternidad de siempre.

Ren챕

Alemania, 30.01.2008.-

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