jueves, 7 de agosto de 2008

Gobierno de Facto

Un gobierno dictatorial, un gobierno desp처tico, un gobierno de facto
Antonio S찼nchez Garc챠a

Mi챕rcoles, 6 de agosto de 2008

TODO GOBIERNO QUE NO SE APOYE EN LAS LEYES ES UN GOBIERNO DESPÓTICO, LLÁMESE COMO SE LLAME. DANIEL WEBSTER

Que el gobierno del teniente coronel Hugo Ch찼vez ha dejado de ser un gobierno democr찼tico para convertirse en un gobierno de facto, no hay quien pueda discutirlo. Y si algunos insisten en mirar de soslayo como el Secretario General de la OEA, el Coordinador del MERCOSUR o los gobernantes de los pa챠ses de Hispanoam챕rica las 26 leyes habilitantes promulgadas v챠a decreto violentando todas las normas jur챠dicas y constitucionales y la lamentable y ominosa decisi처n del Tribunal Supremo de Justicia atropellando la propia Constituci처n para inhabilitar a los candidatos detentores de las preferencias populares por instrucciones directas del presidente de la rep첬blica deber챠an bastar como para ponerlos ante la crasa evidencia: Hugo Ch찼vez es un dictador y su Estado la versi처n a la venezolana del totalitarismo fascista.

As챠 su barniz de izquierdas, su verborrea populista y seudo revolucionaria y la petro chequera les sirvan de camuflaje para comprar anuencias, confundir a los incautos y darles una coartada a los c처mplices. Pruebas palpables e irrebatibles de la miseria pol챠tica que aqueja a ciertas 챕lites latinoamericanas, dispuestas a venderse al mejor postor y prescindir del respeto a los m찼s elementales principios de la soberan챠a popular.

Lo que unos y otros quisieran pasar bajo cuerda es que lo que fuera aplaudido como la gracia de un desenfado y extrovertido teniente coronel golpista comienza a convert챠rsenos en una cruenta morisqueta: la de un d챕spota militarista, corrupto, ineficiente y represor. Nuestro pa챠s se halla en ruinas, su econom챠a, absolutamente desquiciada, sus instituciones pisoteadas, escarnecidas, humilladas y sometidas al arbitrio desp처tico de un aut처crata y la poblaci처n entregada inerme a la m찼s espantosa criminalidad, al desempleo, a la inflaci처n y al hambre. Venezuela es hoy por hoy una rep첬blica devastada. Sufriendo la que sea posiblemente la m찼s grave crisis existencial de su historia bicentenaria. Sin otra perspectiva futura que el despotismo presidencial o la violencia. Que ya se avizora, nutrida por el descontento popular y la multiplicaci처n de las manifestaciones y protestas que se han convertido en hechos cotidianos a lo largo y ancho de nuestro atribulado pa챠s. Venezuela vive una aut챕ntica tragedia.

Si la ficci처n del llamado Estado de Derecho ha saltado hecha pedazos por la imposici처n dictatorial de 26 leyes que contravienen el esp챠ritu y la letra de la constituci처n as챠 como la mayoritaria voluntad popular expresada el 2 de diciembre pasado en el rechazo absoluto a la pretendida reforma constitucional que hoy se contrabandea ante el c처mplice silencio de los encargados de velar por la vigencia de la constituci처n -, la naturaleza democr찼tica del r챕gimen ha sido desmentida de la manera m찼s fehaciente por la violenta negaci처n del pluralismo y los derechos humanos esencia de un Estado democr찼tico moderno - , de los cuales, junto al derecho a la vida, su m찼xima expresi처n ciudadana es el derecho a elegir y ser elegido. Que el Tribunal Supremo de Justicia, una vergonzosa cofrad챠a de lacayos al obsecuente y servil servicio del aut처crata, haya convalido tanto las inhabilitaciones como la promulgaci처n absolutamente irregular, anormal y sobre todo inconstitucional de los decretos leyes en materias de estricta competencia constitucional, demuestran una verdad a gritos: los ciudadanos venezolanos vivimos bajo un r챕gimen de facto. Y el presidente de la rep첬blica act첬a bajo el excepcional imperio de su voluntad personal, estatuida por sobre la constituci처n y las leyes. Hugo Ch찼vez es un tirano. Su gobierno, una dictadura.

S처lo la criminal irresponsabilidad de una parte de la sociedad venezolana, mantenida en la marginalidad pol챠tica, espiritual y moral por el populismo m찼s desenfrenado, y la apat챠a de quienes debieran levantarse como un solo hombre para denunciar la iniquidad imperante hacen posible la permanencia de un d챕spota como Hugo Ch찼vez en el Poder. S처lo la anuencia y la complicidad de una regi처n que ha renunciado a la defensa de los m찼s sagrados principios de la convivencia democr찼tica, pueden soslayar los imperativos categ처ricos de sus compromisos pol챠ticos y constitucionales, como la aplicaci처n inmediata de la Carta Democr찼tica de la OEA o el Tratado de Ushuaia. La miseria de Venezuela es el espejo de la miseria de Am챕rica Latina. La complicidad de los actuales gobernantes con el d챕spota militar venezolano es una pesada deuda a futuro. Tarde o temprano deber찼 ser saldada..

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