lunes, 4 de agosto de 2008

Solzhenitsyn

Alexandr Solzhenitsin, cronista de la barbarie

Nobel de Literatura en 1970, retrat처 las crueldades de Stalin

JUAN CRUZ 04/08/2008

 
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Oscurecido por el tiempo, recluido, convertido casi en un monje melancólico, enjuto, casi un retrato religioso del realismo soviético, Alexandr Solzhenitsin murió ayer en Moscú a los 89 años. Fue el gran novelista del gulag; por su obra monumental, casi hiriente, y sin duda herida por su propia experiencia de dolor y de exilio, Occidente tuvo noticia narrativa, y a veces poética, desolada, de las crueldades de Stalin. Él las vivió en primera persona. De su encarcelamiento en Siberia nació Archipi챕lago Gulag, un monumento novel챠stico que caus처 admiraci처n y controversia al mismo tiempo, y que a 챕l le vali처 el Premio Nobel de Literatura de 1970.

      La noticia en otros webs

      Muri처 anoche en Mosc첬 a los 89 a챰os a causa de una embolia

      Fue el gran novelista del 'gulag'; vivi처 en primera persona el dolor

      Su discurso trastorn처 la visi처n que se ten챠a del comunismo

      Fue una figura distinguida hasta el final; pero su distinci처n, que tuvo su ra챠z en su incuestionable valor literario, fue tambi챕n objetivo de la pol챕mica internacional, porque emergi처 cuando a첬n la pol챠tica de propaganda sovi챕tica contaminaba al mundo con su manique챠smo, y se estimaba en amplios sectores de la vida occidental que la narraci처n del drama del gulag respond챠a m찼s a diatribas ideol처gicas dentro de la URSS que a la realidad del drama que describ챠a Solzhenitsin.

      Para el escritor esa sospecha ante las razones de su escritura llegaron a pesarle como una losa moral, que sufri처 all찼 por donde pas처, Espa챰a incluida, narrando la ra챠z dolorosa de su inspiraci처n. Su discurso, que se basaba, en gran parte, en la experiencia de la c찼rcel, trastorn처 la percepci처n que se ten챠a del comunismo y puso en evidencia una de las peores tragedias que ha vivido el mundo moderno, causada con total impunidad por el estalinismo. Durante alg첬n tiempo, intelectuales de este lado del mundo le trataron con desd챕n, y 챕l vivi처 con melancol챠a esa contingencia, que simboliz처 un tiempo del pensamiento y del compromiso en Occidente.

      Murió de una embolia, en Moscú, antes de la medianoche. Su biografía es la de un disidente patriota; con él nació, precisamente, el valor de esa palabra, disidencia, que él juntó al desencanto con el que vivió la degradación moral que condujo al comunismo soviético a igualar patria a cárcel. Él sirvió en el Ejército Rojo contra Hitler, en la Segunda Guerra Mundial, pero su servicio sirvió para alimentar el otro terror del siglo XX. En su personalidad eso se tradujo en la crudeza de su escritura, honda, transparente pero atormentada, atravesada por la melancolía del esfuerzo inútil.

      Sufri처 destierro en su propio pa챠s, en los campos de trabajos forzados que retrat처 en Archipi챕lago Gulag, y su propia experiencia personal en la desolaci처n de esos campos fue descrita por 챕l en Un d챠a en la vida de Ivan Denisovich. Su obra narrativa alcanz처 notoriedad mundial, y mayor preocupaci처n en las filas sovi챕ticas, cuando la Academia Nobel le concedi처 el principal premio literario del mundo sobre todo por El primer c챠rculo y Pabell처n del C찼ncer.

      Entonces Europa conoci처 que aquel Mijail Sholojov que con El don apacible hab챠a ganado otro Nobel de Literatura una d챕cada antes era una impostura con la que el r챕gimen de Stalin quer챠a lavar su cara literaria; Solzhenitsin vino a mostrar, con el aval del Nobel, que en su patria los ideales que hab챠an alimentado a generaciones de j처venes estaban siendo utilizados como barrotes de una c찼rcel inmensa, y que la placidez de Sholojov era una mentira burda y pesad챠sima.

      Ah챠 empez처 a cobrar valor, mucho m찼s que literario, el t챕rmino disidente. Y el rubor sovi챕tico, la verg체enza ajena del r챕gimen, creci처 hasta la venganza; entonces el r챕gimen desposey처 a Solzhenitsin de su ciudadan챠a y lo lanz처 a un exilio en el que aquel hombre debilitado pero firme no hall처 siempre el hueco m찼s amigable. Encontr처 acomodo en Estados Unidos, en 1974, cuando todav챠a disidencia y Estados Unidos proporcionaban al exiliado la etiqueta de los que vend챠an su alma al capitalismo. No hac챠a demasiado tiempo que a Pablo Neruda se le quiso desacreditar porque fue a un congreso de escritores en Nueva York siendo comunista...

      Pero as챠 fueron las cosas, y Solzhenitsin pas처 a ser hu챕sped de las democracias occidentales y proscrito en el pa챠s donde naci처 su conciencia. En 1994 volvi처 a su tierra, y all챠 fue acogido como un h챕roe. Enfurru챰ado a첬n con su propio pa챠s, all챠 sigui처 siendo el escritor altivo al que arrincon처 una herida que jam찼s le fue cicatrizada. Su testamento va con su propia obra, y se resume, como si fuera un grito de nostalgia desesperanzada, en una de sus 첬ltimas declaraciones: "Al t챕rmino de mi vida, puedo desear que el material hist처rico que yo he recopilado entre en la conciencia y en la memoria de mis compatriotas. Nuestra amarga experiencia nacional, si se produjeran nuevas condiciones sociales inestables, nos ayudar찼 a prevenir fracasos funestos".

      El pasado le hizo clarividente, y lo convirti처, a 챕l que quiso ser un poeta, en un historiador rabioso de la peor parte de su siglo. Putin le entreg처 el a챰o pasado el Premio de Estado, el m찼s prestigioso de Rusia; pero ni ese premio ni el Nobel ayudaron a hacer sonre챠r a este hombre que ahora muere como una met찼fora de lo que quiso retratar: el hombre cuya patria sepult처 incluso su alegr챠a, es decir, la libertad.

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