viernes, 7 de mayo de 2004

La viuda alegre ! Parte 1 de 2

Queridos Lumumberos !
                                        Para celebrar la llegada a nuestra pájina de la negrita Qjuena de Ginebra, no se me ocurre nada mejor que enviarles un recuerdo de tiempos pasados. Siempre con la duda de enviarles a "Paulina", la historia de una vieja de Quiriquina (a 10 Km de San Ignacio), "La civila", la historia de una oficial del registro civil de San Ignacio o "La viuda alegre", resolví atender cronologicamente los "chascarros". La viuda alegre tiene mucho de verdad y , una que otra mandada de parte, por la que me disculpo de antemano. Fueron tiempos de experiencias que cada uno de nosotros vivió y, en una de esas, más de alguno de uds. se atreve a contarla. Aprovecho de enviarles mi abrazo de OSO, con la fraternidad de costumbre. Por problemas de capacidad del instrumento que utiliza nuestro rincón, lo envío en dos partes.
 
Ren챕
Hürth, 07.05.2004.-  Primera parte....,

 

 

 

La viuda alegre......, 1964.-

 

En cada pueblo de Chile,

de parroquias, de sermones,

de mujeres sin marido,

donde abundan los rumores,

abservando con soltura,

las historias de la gente,

ver찼n que no todo es cuento,

de pelambre incoherente,

la viudita de Colt처n,

una ni챰a de pocos a챰os,

se manejaba muy bien,

en contoneo y vestuario......,

 

Su marido, el cabo Rivas,

de reputaci처n sin mancha,

la encontr처 una tarde tibia,

en las puertas de su rancha,

se enamor처 de la ni챰a,

de un santiam챕n, de improviso,

ofreciendole de todo,

aceptando el sacrificio,

de mantenerla, de amarla,

de comprarle lo que fuera,

olvidando el porte real,

de su humilde billetera.....,

 

Se dedic처 a extorcionar,

a boliches sin patente,

a las viejas ilegales,

del tintolio y del aguardiente,

le pagaban sin chistar,

para eludir las sanciones,

aumentando las tarifas,

de patrones y de peones,

sus compa챰eros de tropa,

del ret챕n de San Ignacio,

la gozaban como chancho,

chupando siempre a destajo......,

 

La muchachita, un primor,

con su faldita muy corta,

con sus piernas muy torneadas,

la llamábamos, “la torda”,

por su piel morena intensa,

su talle casi perfecto,

con un culito de sue챰o,

resumiendo, sin defecto,

se sentaba en la vereda,

esperando a su marido,

con su belleza salvaje,

como perlas de roc챠o......,

 

En res첬men, yo dir챠a,

que fu챕 arregl챠n sin mesura,

lo comentaban las viejas,

el sargento con el cura,

la muchachita morena,

de minifalda muy blanca,

se decidi처 por el cabo,

por la pobreza de su casa,

lleg처 de un pueblo Aimar찼,

desde el norte, del desierto,

con sus hermanas y su madre,

con un gato y un perro tuerto......,

 

Se machucaban lavando,

ropa ajena en el arroyo,

tirando el bofe hasta el alba,

por el sustento de todos,

yo me pasaba las tardes,

alrrededor de las aguas,

sapeando como guev처n,

la blancura de su enagua,

el paco me correteaba,

con amenazas constantes,

de meterme al calabozo,

-징mocoso e쨈mierda !, -징cargante !.....,

 

En la fiesta del verano,

de borrachera sin fin,

se subieron a un tractor,

el paco al mando del mot챠n,

partieron a San Miguel,

una aldea del entorno,

a seguir la tomatera,

con empanaditas de horno,

en la noche del mismo dia,

sin presunciones amargas,

se vinieron puente abajo,

con el tractor y la carga......,

 

Seg첬n rezaba el sumario,

murieron en acto de servicio,

defendiendo los derechos,

de ciudadanos y del fisco,

el ret챕n qued처 pelado,

se pagaron los subsidios,

las pensiones y montep챠os,

las familias, con alivio,

la tordita floreci처,

con el billete seguro,

de su viud챕z solitaria,

sin peso de conciencia alguno....,

 

Los boliches aplaudieron,

la muerte del cabo Rivas,

la suspenci처n de los pagos,

las presiones y las chivas,

la viudita comenz처,

a recivir las visitas,

que llegaron como moscas,

al conocer la noticia,

un dia de luna plena,

cuando paseaba en el campo,

me llam처 con voz muy tierna,

para explicarme su caso......,

 

Que su difunto marido,

la ten챠a en cautiverio,

escondida en las paredes,

como en jaula de jilgero,

징paco e mierda !, coment처,

sent찼ndose en una piedra,

con sus piernas entreabiertas,

entre azuzenas y hiedras,

dijo saber, de antemano,

en sus tiempos de lavandera,

de mis deseos de joven,

por su belleza morena.......,

 

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