Gabo, por la re chicha!!

De acuerdo con el Gato Cerda.
Le tengo una gran admiracion a Garcia Marquez como escritor de novelas. Por el ano 69 lei Los Cien Anos de Soledad cuando estaba en Periodismo de la Chile y me llego a dar fiebre de la impresion. No porque la novela sea tan buena, es extraordinaria, sino porque me paso algo que le debe pasar a todos los latinoamericanos: encontre a mi familia metida ahi hasta el cogote, hasta me parecio reconocer a abuelos, tios, primos, yo mismo me vi metido en Macondo contando los mil dias de lluvia, como lo hacia en Calle Larga cuando llovia sin parar por tres meses que parecian tres anos.
Despues he leido casi todo lo suyo y me sigo inclinando ante tan monumental descriptor de nuestra magia. Uno podria pasar horas escribiendo y comentando sobre sus libros, sus vericuetos del alma latina. Quien no ha amado a una mujer como a Fermina Daza y estaria uno dispuesto a esperarla hasta que enviude e irse con ella rio abajo o rio arriba hasta la eternidad? Quien no haya vivido un amor asi, la novela El amor en tiempos del Colera le parecera la huevada mas absurda. Pero somos de latinoamerica, y cada uno tiene amores ocultos y no tan ocultos que le haran tiritar el alma hasta la muerte.
Hace poco lei la ultima novela de Garcia Marquez, La cronica de las putas tristes. Un joven de 90 anos que ha puteado toda la vida, decide celebrar su cumpleanos con una virgen. Hasta ahi le llego la cuerda, se enamoro de la virgen sin siquiera despertarla. Le bastaba acostarse a su lado y secarle la sudor de la frente. No hay que ser un joven de 90 para entender esto, el amor no tiene carnet de identidad. Todo eso uno lo entiende, pero Garcia Marquez lo escribe y uno se queda pensado y diciendo, putas que tiene razon este conchesumadre!!
Hasta que lo vemos parado al lado de Fidel, o Raul en la plaza de la revolucion, aplaudiendo el aniversario del dictador y muriendo en la raya ante la persecucion de escritores, periodistas, artistas.
Y uno piensa: Gabo, por las re chucha, porque no dices nada? Una voz tan colosal de nuestra tierra, como callar ante los crimenes?
Cuando un escritor es tan grande, se transforma en conciencia de su pueblo. Leemos sus obras con veneracion. Pero olvidamos algo: El artista es un hombre o una mujer como todos. Le pedimos al artista que sea grande las 24 horas.
El mismo Neruda nuestro. Tan venerado y aplaudido. Una vez lo invitaron a los Estados Unidos a tomar parte en unas reuniones del Pen Club. Por ahi acepto una invitacion a tomar el te con la esposa del presidente en la Casa Blanca, creo que era la Betty Ford, no estoy seguro. Quedo la cagada en los circulos de quienes habiamos resuelto hacer el socialismo en america. Lo trataron de todo, de vendido al imperialismo, de pro-yanki, de gusano. Mucho le costo al pobre Neruda sacarse el estigma del te con la vieja gringa.
Hay un senor de nombre Volodia en Chile que ha sido politico y escritor. Le tengo una gran admiracion tambien como escritor. Leo sus biografias, sus ensayos, sus memorias.
Pero como politico le tengo gran distancia, aunque perteneci a su mismo Partido. Muchas veces me pregunto, este Volodia-politico, hijo de judio emigrante ruso, vivio en la URSS y jamas se dio por aludido de la persecucion y los crimenes que sus paisanos sufrian en la patria del socialismo. Vivia en otro mundo este Volodia-politico, tan alejado del Volodia-escritor??
Por eso entiendo el alcance del Gato Cerda sobre Garcia Marquez o Marketing.
En ese aspecto, ya viejo y curtido con estas dobleces extranas de nuestros monumentales juglares de las letras latinoamericanas, he llegado a esta decision: Simplemente separo la paja del trigo. Leo sus obras y las aplaudo y las celebro. Son obras de nuestro arte.
En cuanto a su doblez y obsecuencia con dictadores, dictaduras , las repudio como las repudia toda la gente que no soporta a los bufones de la corte.
En todas las epocas se han cocido habas. Los grandes compositores necesitaron besarle el culo a reyes, ricachones, condesas viudas para poder componer sus sinfonias, sus ballets, sus operas. Hoy nadie recuerda a la condesa Von Meck. Pero a Chaikovsky lo escucharan hasta nuestros requete-tataranietos.
Asi y todo duele ver a Garcia Marquez aplaudiendo a tantos reyecitos.

Marcos Medalla