sábado, 10 de marzo de 2007

Leguisamo solo

Patricio Ayala deberia pagar Royalty por andar metido en lugares tan sagrados de la bohemia portena. No estoy seguro si ese Fueltealba es el mismo viejo pelado que cantaba esos tangos en la Pena del tango de la subida Ecuador hace hartos anos, mas conocido el lugar como “Los Carbone”. No recuerdo precisamente “Por una cabeza”, ese clasico de Gardel, pero si recuerdo haberle pedido al pelado que cantara “Leguisamo solo”, tambien tango de Gardel dedicado a su compadre jinete, el Pulpo Leguisamo. El cantor de los Carbone no solo cantaba el tango sino que se corria la carrera completa y no descansaba en animos hasta que el pingo “cruzaba el disco triunfal”. Eran los tiempos de la reforma universitaria en Valparaiso y todas las reuniones terminaban en los tangos, El Cinzano, el Bar Roland, ya inexistente, Los Carbone, La Puerta del Sol.
No se cuales son los otros dos interpretes favoritos de Patricio para cantar La balada de un loco, pero uno de los mios era el ‘Polaco”, Roberto Goyeneche. Por ahi tuve una grabacion en vivo del Polaco con la orquesta de Piazzola, era en un bar y Goyeneche seguramente estaba en pedo; la cosa es que ese tango es lo mas sublime que he escuchado en mi vida, exceptuando por supuesto a Gardel, que canta cada dia mejor, al decir de los fanaticos.
Te agradezco Pato haber mencionado estos lugares y los tangos de Valparaiso.

Hace dos anos fallecio mi cunado Ricardo Rivas en Vina del Mar despues de 25 anos de exilio en Toronto.
Este arquitecto fue un musico notable, integrante de un conjunto memorable en Toronto, Los Companeros. La cosa es que cuando Ricardo murio en Chile, sus amigos del Cinzano le hicieron un homenaje y todos los boleristas abordaron la lancha desde donde arrojaron las cenizas de Ricardo a la bahia y entonaron sus mejores boleros en recuerdo a incontables noches de bohemia. No hubo tangos en ese viaje, solo boleros languidos, canciones de despedida en una manana gris.
Muchas veces he pensado cual seria la cancion ultima que me gustaria escuchar al emprender la retirada. Dificil eleccion. Pero si de mi dependiera, me gustaria estar otra vez en la Fuente de Soda La Moderna en la Plazuela Ecuador, en esos anos agitados del 67 al 73, sentir la compania de mis amigos, incluido el chico Pfeng que no faltaba a las reuniones diarias de cerveza, nescafe, chacareros y cigarrillos Hilton, acercarme al Wurlitzer del rincon, echar unas monedas y esperar que Gardel comenzara a “Volver”.
En ese momento se paraban las discusiones, la planificacion de la revolucion chilena se supendia, el humo se hacia mas denso y cada cual “volvia” al lugar de sus ensuenos, de la mano y de la voz insuperable del mas grande cantor que la tierra sudamericana ha dado al mundo.
Volver a Valparaiso es siempre una emocion muy grande. Pero tambien es una tristeza recordar tantos lugares que ya no estan. Aun estan en la memoria.
Comparto estos recuerdos con nuestro companero Patricio Ayala y desde aqui brindo con un tintolio chileno, escuchando un long play de Gardel todo rayado. Es como un sacrilegio escuchar al Maestro en un Cd o en MP3. Hay que escuchar con el sonido de las rayas en los surcos, asi los caballos hacen el ruido adecuado cuando cruzan la meta, los barcos hacen acompanamiento de sirenas al retornar al puerto de la infancia y el siseo de la aguja parece el deslizar de una falda de mujer, en la emocion de un cuartito azul cargado de nostalgia, de amor prohibido, de esos amores clandestinos que solo un tango puede hacer volver a la memoria.
Gracias Patricio, che , te pasaste.


Marcos

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