sábado, 21 de mayo de 2005

Tragedia en la Cordillera

Muerte de soldados enluta a Chile: se buscan responsables
La Naci처n, S찼bado 21 de Mayo de 2005

Hasta anoche, los cadáveres encontrados en Alto Antuco eran 14, y el Ejército ya reconoció que si hay sobrevivientes sería un milagro. Mientras Lagos decretó duelo nacional de tres días, Cheyre destituyó a los oficiales a cargo del regimiento de Los Ángeles, y abrió una causa judicial.

Aunque la identificaci처n de responsabilidades en la tragedia militar de Alto Antuco fue postergada al m찼ximo por el gobierno y el Ej챕rcito, el paso de las horas, la inexactitud de la informaci처n, los crudos rumores y la angustiosa espera de los familiares, forz처 un escenario en que las culpas comenzaron a surgir, al tiempo que se asentaba la presunci처n del peor de los escenarios: todos est찼n muertos.

Pasadas las 18:00 horas, el general Juan Emilio Cheyre comunicó el descabezamiento de la plana mayor del regimiento de Los Ángeles, la apertura de una causa judicial, y una investigación interna, a la par que ratificó la nula esperanza de encontrar con vida a los hombres que seguían aislados en la cordillera.

Minutos despu챕s, en Cerro Castillo, un conmovido Presidente Ricardo Lagos entregaba un balance a첬n m찼s desolador: otros trece cad찼veres hab챠an sido encontrados. Decretaba entonces un duelo oficial por tres d챠as y suspend챠a los festejos de su 첬ltima cuenta p첬blica. Ya no hab챠a 찼nimo de celebrar.

El mismo jefe de Estado comunico que los cuerpos fueron trasladados a La Cortina para su identificación. Ahí recién se sabrá con certeza si dentro de ese grupo están los restos de los otros cuatros soldados que fueron dados por muertos el jueves. A ellos hay que sumar a José Ortiz Bustamante, cuyo cadáver ya fue entregado a sus familiares en Los Ángeles. Hasta anoche, la cifra de víctimas fatales ascendía a quince, y se calcula que había entre 28 a 32 efectivos aún sin localizar.

En el regimiento militar de Los Ángeles, la desesperanza se transformó en honda desolación cuando el mismo general Cheyre les indicó que "sólo un milagro" permitirá encontrar con vida a los reclutas, confesaron algunos parientes. Sin embargo, en Santiago, Comunicaciones del Ejército señaló que esa información no es efectiva, y podría deberse a un error en la interpretación de las palabras del Comandante en jefe.

Reacciones de histeria marcaron esos momentos. Y fueron el broche de una jornada, donde la desesperaci처n se hizo patente temprano y llev처 a los familiares a increpar al general Rodolfo Gonz찼lez, comandante de la III Divisi처n de Ej챕rcito. Tambi챕n rompieron ventanales, exasperados por la falta de informaci처n.

Responsabilidades

Cuando las maniobras de rescate de los a첬n 41 dispersos estaban en pleno desarrollo, y hubo una peque챰a ventana de alivio con la localizaci처n de cuatro efectivos con vida, el ministro de Defensa, Jaime Ravinet, hizo el primer mea culpa. "Aqu챠 va a haber una investigaci처n. El Comandante en Jefe est찼 muy conciente que hay responsabilidades, que deben ser indagadas y precisadas", indic처.

Ravinet reconoci처 en ese instante lo que muchos familiares acusaron: los soldados no estaban preparados para enfrentar una tormenta. "S처lo una de las compa챰챠as que realizaba ejercicios en la monta챰a, la unidad andina, contaba con el equipamiento goretex, el resto s처lo ten챠a equipo b찼sico de alta monta챰a. Se les provey처 el equipo propio para condiciones de alta monta챰a y no de temporal de nieve" sentenci처.

Horas despu챕s, y a su regreso de supervisar las faenas de rescate bajo la inclemente nieve cordillerana, Cheyre puso las cartas sobre la mesa.

El comandante en jefe fue enfático al reconocer que hay responsabilidad de mando en el fallecimiento de los soldados, por haber iniciado la marcha que desencadenó el extravío en condiciones climáticas inestables. Por ello, destituyó al coronel Roberto Mercado Olguín, comandante del regimiento de Los Ángeles; al vicecomandante del regimiento, teniente coronel Pineda; y al mayor Patricio Cereceda, jefe del batallón que se encuentra en el refugio de Los Barros junto a 112 efectivos, y que aún no son trasladados a la ciudad.

Al dar cuenta de estas sanciones, Cheyre dijo que "su moral va a permitirles enfrentar la m찼s dr찼stica de las decisiones que pueden afectar a un militar, sobre todo cuando no me cabe duda que no ha existido en ellos negligencia ni abandono, pero s챠 falta de criterio y falta de capacidad profesional para evitar lo que se deber챠a haber evitado", dijo el general.

Si bien enfatiz처 que hace 30 a챰os no ocurr챠a un evento clim찼tico de esta naturaleza en la zona del entrenamiento, Cheyre no dej처 lugar a dudas: "Eso no aminora la responsabilidad, as챠 haya ocurrido en 30, 50 처 100 a챰os (...) Lo que no deber챠a haberse hecho nunca es hacer esa marcha con una posibilidad de un clima que sabemos que cambia abruptamente", subray처.

El general informó además que se ha abierto una causa judicial ante la Fiscalía Militar de Los Ángeles, rol 31.005, caratulada como muerte de personal militar, en la cual el Ejército se hará parte. Adicionalmente, se abrirá una investigación sumaria, donde los oficiales involucrados pueden ser acusados de "incumplimientos de deberes militares, la más grave acusación que se puede hacer en la institución", remarcó.

Anticip처 adem찼s que el Comando de Apoyo Administrativo del Ej챕rcito prestar찼 asesor챠a a trav챕s de sus abogados a familiares de las v챠ctimas "para dar facilidades en todos los tr찼mites judiciales que ellos estimen pertinentes, independiente de que sean dirigidos contra personas o la instituci처n". Esto se suma a la decisi처n del Presidente Ricardo Lagos de enviar a Los Angeles al subsecretario de Guerra, Gabriel Gaspar, para contactarse con las familias de las v챠ctimas.

Hoy, las patrullas de rescate saldr찼n otra vez a la cordillera en busca del personal desaparecido. Pero las expectativas son nulas. Como dijo Lagos, "me gustar챠a decir que lo 첬ltimo que se pierde es la esperanza (...) Quisiera creerlo pero con el coraz처n, pero con la raz처n creo que tal vez el general Cheyre habl처 con la raz처n".

 

   

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