lunes, 29 de agosto de 2005

Continuando la nostalgia



En el viaje que hicimos
desde Santiago a Moscu en agosto de 1964 hay algunos recuerdos que deseo
compartir.

En el aeropuerto de Los
Cerrillos hacia mucho frio y la noche anterior habia llegado mucha gente a
despedirse a la casa donde vivia, asi es que llegue al avion medio cufifo y
casi solo a dormir. Solo recuerdo que como buen sureño iba vestido con
un poncho de lana.

En Lima salimos a caminar
fuera del aeropuerto. Eran tiempos cuando no habian
secuestros.

En Quito no nos dejaron
salir del aeropuerto porque estaban con golpe de estado (para variar) y
desde la ventana del avion divisabamos unas hermosas montañas
azules.

Del aeropuerto de Bogota me
acuerdo su olor a cafe e incluso nos regalaban un paquete de cafe para
recuerdo.

De Caracas coincido con
Pato en las peripecias por el calor. Alli al otro dia de nuestra llegada en
una luminosa ma챰ana sali con Milanca a pasear por los alrededores del hotel y
a pocas cuadras en una barranca nos topamos con la otra Caracas, la de la
miseria, la de las plantas de platanos. Segun recuerdo eramos bastante audaces
para aventurarnos por cualquier parte. O tal vez eramos
inconscientes.

Del aeropuerto de Pointe a
Pitre, me acuerdo del paisaje tropical y de soldados franceses con pompones en
el gorro.

De Lisboa me acuerdo las
tarjetas con motivos religiosos y sombrios.

De Paris casi no me
acuerdo, porque al parecer por el reloj biologico me tocaba dormir, asi es que
lo pase en una eterna modorra. Solo recuerdo las exclamaciones de mis
compa챰eros que decir !el Louvre! y asi sucesivamente.

Tambien me acuerdo de la
pera que nos sirvieron en Aeroflot y de la distinta belleza de la mujer
rusa.

De ese inolvidable viaje,
me acuerdo de Pamela Mewes, Elsa (cuyo apellido he olvidado, pero era una
morena diminuta), un tal Jelic, Arevalo que era de Carahue, Sommariva a quien
conoci en el Instituto Chileno Sovietico, y asi
sucesivamente.

 

La nostalgia me hace
revivir la memoria, que a nuestra edad es bueno
ejercitarla.

 

Un saludo nostalgico
de

 

Eusebio
Painemal



No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.