domingo, 14 de agosto de 2005

Vladimir Vissotsky

Queridos Lumumberos !
                                       Gracias Marcos por la biografìa escueta de Vladimir Vissotsky. Recordè con toda el alma mi estada en la Uniòn Soviètica. A mis amigos y amigas, a la compra bajo de cuerda de las bandas magnèticas con sus canciones, de los conciertos realizados en sòtanos con guitarra y harto trago, en las conversas de pasillos con mis profesores, comentando sus ùltimas canciones y/o algun comentario del hombre. Parece mentira, pero Vladimir Vissotsky pasò a ser una seria amenaza para la nomenclatura soviètica. Que alguen dijera cantando lo que todo el mundo sabìa, preocupò a los oficiales y sabuesos del règimen. Los organos de seguridad inventaron historias, se echaban a correr cuentos y chascarros sobre sus actividades belicosas contra el socialismo, poco menos que lo acusaron de espionaje en favor de Francia, a propòsito de su ùltima relaciòn sentimentral,etc. Cuantas veces se lo llevaron preso, rompieron su guitarra, lo llenaron de patadas y cachuchazos, le trataron de falsificar su firma, aceptando los cargos de poco menos que traiciòn a la patria. Pero fuè justamente eso lo que hizo de Vissotsky un hèroe de las masas. Con un lenguage sencillo, no cantaba contra el socialismo, sino contra la dictadura del pensamiento, contra la burocracia adminsitrativa y contra la dictadura del partido comunista en su patria. Por primera vez la nomenclatura no se atrevìa a mandar a un campo de concentraciòn a un artista. Los mètodos para siilenciarlo, a pesar de ser sofisticados y bien estudiados, no dieron los resultados con Vlñadimir Visstsky. Primero por la enorme valentìa del hombre y segundo, porque se sentìa acompañado por la masa de sus iguales, de los trabajadores, de las dueñas de casa, de los campesinos. En una oportunidad, Vissotsky contò la historia de dos jovenes de la KGB que lo visitaron en un sòtano durante un concierto. Tenìan orden de gravar los comentarios entre canciòn y cancion en un aparato que les fuè entregado y sujeto a sus cuerpos. Con un lapicero, uno de los agentes golpeba el micròfono en los comentarios del artista, para que no fuera posible entenderlos en la central de la Lubianka. Resultò que examinando la cinta, los expertos no se dieron cuenta que los golpeteos en el micròfono eran señales "morse", en donde cualquier aprendìz del organismo habrìa entendido su significado :"abajo la dictadura". Hoy Vissotsky pasarìa desapercibido o, por lo menos no tendrìa la la resonancia de los años sesenta y setenta. "Los representantes del pueblo y la clase obrera", no escucharon debidamente el rumor de las masas. Tampoco el zumbido de la rueda de la historia que los aplastò como a zancudos. Vissotsky muriò muy joven, como muchos sovièticos. Las malas condiciones de vida, una alimentaciòn desiquilibrada y el precio ridìculo de un litro de wodka lo hicieron posible. Un abrazo a todos, con la fraternidad de siempre.
Ren챔
Alemania, 14.08.2005.-

1 comentario:

  1. Spasibo, Rene por tus comentarios ilustrativos de la vida de Vissotsky. Tu y muchos otros amigos tuvieron la suerte de escuchar las canciones de Vissotsky en la epoca, cuando eran noticia sorda y clandestina. Yo abandone la URSS sin saber quien era este hombre. Solo a fines de los a챰os setenta, en medio de la mas despiadada represion pinochetista, el Director del Instituto Frances de Cultura de Valparaiso, a quien clandestinamente le haciamos clases de ruso, nos regalo un par de discos, uno de Boulat Akudzhaba y el otro de Vladimir Vissotsky. Escucharlo fue una inolvidable revelacion, quedamos secos de impresion, parecia que nos llegaban al alma canciones que le servian a Rusia y a Chile. En esos dias aciagos comprendimos como un cantor puede transformarse en soldado sin bayonetas, solo con versos y guitarra y ser mas demoledor que la Katiushkas. Quizas la bohemia, el mal cuidado y la Moskovskaya mataron a Vissotsky tan joven. Pero este Juligan de la musica popular, enterrado con honores de pueblo reprimido y pronto a estallar, paso a la historia de los pueblos que cantan para liberarse, que cantan sordamente, tras los sotanos y con versos simples que dicen lo que la gente siente, lo que la gente llora. A fines de los sesenta pude ver a Marina Vlady, actriz francesa de origen ruso que fue a Moscu a hacer la pelicula "La Gaviota", basada en la obra de teatro de mi favorito Anton Chejov. Me enamore de esta Gaviota francesa y lejos estaria de pensar que ella se casaria con un hombre llamado Vladimir Vissotsky, amante de la sinceridad, el tabaco, la guitarra y la verdad; un descarado "patinador" del verso popular y que gracias a su matrimonio podria viajar al occidente, ver la decadencia del capitalismo y llorar amargamente junto a Marina, cuando vio en Alemania que los derrotados vivian mejor que los vencedores. Vladimir Vissotsky, asi como antes Serguei Esenin, el poeta de los malditos, que tambien viajo a Nueva York gracias a su matrimonio con la bailarina Isadora Duncan, pudieron mostrar al mundo que Rusia encadenada no perdia el espiritu y dijeron sus versos y cantaron sus canciones ante publicos atonitos que no imaginaban que serian los versos y las canciones las armas mas demoledoras de un pueblo en busca de su destino, hasta ahora. Solo por eso, por las pellejerias Vissotskianas que relata Rene Ronda, es totalmente valido que nuestra pagina rinda homenaje a este cantor de todos los pueblos reprimidos. M.Medalla

    ResponderBorrar

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.