miércoles, 4 de junio de 2008

Ley patriótica ? Pico e" caayo !

Queridos Lumumberos !

                                         No siempre tomamos muy en serio las lecciones del pasado, cuando se trata de copiar experiencias, hábitos, costumbres, criterios, frases y…., legislaciones. Aquí se trata de un decreto bastante peligroso en mi opinión. Un decreto que divide, un decreto que atenta contra las buenas costumbres y que obliga a tomar posturas de competencias ajenas. Si, correcto. Me refiero a la ley patriótica de Hugo Chávez. Los asuntos de seguridad del estado, son pergaminos que deben ser estudiados y llevados a cabo por el personal de esas instituciones. Para lo que fueron preparados, sin involucrar al perro pueblo trabajador en actividades de espionaje y contraespionaje. Pero eso es lo menos grave. Aquí me refiero al sueño del pibe que sueña con igualarse con James Bond, con el inspector Columbo o con Eugenio Lupin, entreverados entre maleantes para proteger al ciudadano común y a sus familias del mal. Lo grave del decreto supremo es el intento de convertir al ciudadano común en un soplón de los órganos de represión del estado. Como si la experiencia de convertir en “sapos” a países enteros, hubiese tenido lugar hace 15 siglos atrás. Que mala memoria tienen algunos caudillos latinoamericanos. Si fue recién la desaparición del socialismo real, en donde los soplones estaban obligados a denunciar a miembros de su propia familia, por comentarios vertidos o apreciaciones sobre el pasar y el vivir en el socialismo. El caso más emblemático de atropello a los derechos elementales y de la privacidad ciudadana, se dio en la fenecida Republica Democrática Alemana. Con la creación del ministerio de “Staassicherheit” (Ministerio de la seguridad del estado), fueron reclutados millones de personas. Muchos de ellos, reclutados a la fuerza. Otros obligados a informar, sin saber que eran soplones “informales”. En los archivos de la ex RDA, se encontraron cientos de miles de cartapacios de informantes, que cumplían funciones de rastreo de la vida de vecinos, familiares, visitas, amigos, paracaidistas y boquiabiertos. Los “documentos” se encuentran a disposición de cualquier lector, siempre y cuando no se trate de “observados” de la Alemania Federal, que ahora ocupan cargos en la administración pública o que sean personalidades de la vida cultural o civil. Los soplones debían dar cuenta de sus actividades a los “oficiales encargados de vigilarlos”, cada vez que este oficial lo estimara conveniente. Sospechoso era todo aquel que no tenía nada que informar, razón por la cual los “sapos” a veces inventaban chascarros y contubernios sobre los observados, para sacarse de encima a los famosos oficiales, sin imaginarse las consecuencias o que llegaría el día de arregle de cuentas. Algunas estadísticas revelan que cada tercer ciudadano adulto de la RDA , era miembro de la STASI, como se denomina al ex ministerio de seguridad del estado (Staatssicherheit) en corto. Allí quedó estampada una particularidad del pueblo Alemán : precisión y minuciosidad en el cumplimiento de sus “obligaciones”. Ya había sido demostrado antes, durante el exterminio de las minorías étnicas en la segunda guerra mundial. Pero claro, aprendieron mucho de su hermano mayor : la Unión Soviética. Todos nosotros sabemos, a grosso modo, la metodología utilizada por José Stalin para resguardarse de los enemigos del pueblo y de la clase obrera. Una matanza que no conoce la historia de la humanidad en toda su existencia. 17 millones de personas fueron sacrificadas en los primeros decenios de existencia de la URSS por ser “enemigos de la revolución”. Martirizados y humillados en campos de trabajos forzados, sin la chance de convertirse el día de mañana en hombres libres. Esa masa humana fue protagonista de muchos “logros” en la construcción del socialismo soviético. Las grandes fábricas, la infraestructura, los grandes canales de regadío, las vías férreas, etc., fue la suma del trabajo de estos esclavos del siglo XX. Sin remuneración alguna, sin una alimentación que renovara su fuerza de trabajo, sin contacto con sus familias, desprovistos de dignidad y de derechos. Muchos de ellos llegaron a las mazmorras producto del soplonaje. Sí, el mismo soplonaje que hoy se convierte en ley en la Venezuela de Hugo Chávez.  La memoria es frágil, mis queridos Lumumberos. Sobre todo nuestros próceres ayudaron a expandir la certidumbre que en el socialismo de la URSS y del resto de los países satélites, el hombre había encontrado dignidad, trabajo y libertades que el capitalismo desconocía. Se trata de una ley pérfida. Un atropello a la dignidad humana, reclutar so pena de aterrizar en la capacha, a gente que debería aborrecer la traición. Napoleón hacía fusilar a los soplones, luego de haber vomitado la información. “La traición es aborrecible hasta para el adversario”, solía decir. Es un decreto perverso. Estoy seguro que los que le llevan las de abajo a Chávez, intentarán disfrazar la cobertura en una ley patriótica, en defensa de la revolución Bolivariana. No tengo particularmente nada en contra si la mayoría del pueblo Venezolano está por las reformas que traigan bienestar al pueblo Venezolano. Pero para ello no es necesario poner camisas de fuerzas a los hombres y mujeres libres de ese país hermano. Habrá gente que aplauda la medida, pero me imagino que muchos de ellos serán los mismos que acallaron las salvajadas de la STASI, de los comités de defensa de la revolución Cubana (CDR) y de otras organizaciones siniestras de dictaduras y autocracias.  Me dio rabia mierda ! . Porque hay guevones que no aprenden nunca. Un fuerte abrazo a nuestros lectores y activos, con la fraternidad de siempre.

Ren챕

Alemania, 04.06.2008.-

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