sábado, 14 de junio de 2008

Parar el gueveo en Colombia.

Queridos Lumumberos !

                                          Ya son muchos los que exigen el término de la guerrilla Colombiana por estar fuera de contexto, pero no son menos los que reclaman de la comandancia de la FARC continuar con la lucha armada. Sobre todo algunos órganos oficiales de partidos comunistas, alaban los “logros” de los “flamantes” comandantes, sobre todo del recién desaparecido Manuel Marulanda. Leyendo “El Siglo” anterior al publicado en los últimos días, se aplaude a Marulanda y se habla de la necesidad de la guerrilla, en circunstancias que no hace mucho eran simplemente “cabezas de pistola”. Esta última posición parece haber sido posible porque en Moscú no hay con quien consultar, como en el pasado. Recordemos cuando Ernesto Ché Guevara abandonó la isla de la libertad en busca de nuevos desafíos libertarios, aterrizando en Bolivia para estudiar y reclutar a su ejercito guerrillero. Una vez conocidas sus actividades, los partidos comunistas de América latina pusieron el grito en el cielo. Desde Moscú les llegó la orden y el “consejo”, que ahora la Unión Soviética solo tiene ayuda para los movimientos que pregonan un desarrollo “no capitalista”, en lo político y el lo económico. Lugar para los aventureros que tienen las manos en Moscú, pero la cabeza en Pekín, dejó de existir. No necesito contarles el detalle de la argumentación, puesto que era pan de cada día en diarios, revistas y panfletos, provenientes del oriente democrático europeo. Una vez la Unión Soviética dejó de existir, muchos miembros del buró político del comité central del partido comunista de la URSS, se prestaron para escupir los secretos de las tácticas y las estrategias con respecto a los países del tercer mundo, entre ellos los países de América Latina. Una situación muy señalada fue el caso chileno de Salvador Allende. El ex embajador de la URSS en Chile y destacado político del partido soviético (el nombre se me olvidó, porque se trata de un conchesuma), dijo que Salvador Allende no era ni “chicha ni limonada”, “un aventurero”, “uno que no sabe lo que quiere”, uno que no lo apoya ni su esposa”, en donde la administración soviética ya había comunicado a Estados Unidos de América que Chile no formaba parte de su área de influencia. En otras palabras, “si intervienen uds. en esa área geográfica, es cosa de uds. No nos da ni frío ni calor. Recuerdo haberle escrito a mi querido amigo Julián Alcayaga cuando se realizaron estas entrevistas en la TV Rusa y Alemana. Como estaba con la mierda ardiendo, no tuve más interlocutor que este amigo, aparte de reconocerle a Julián la certeza de las dudas que había expresado ya en la Unión Soviética sobre el rol de esta última en los movimientos de liberación nacionales en el mundo. Las apariencias se guardaron, sin embargo, con celo. El programa “Escucha Chile” se transmitió por muchos años desde Moscú para el mundo. Tenía un parecido a solidaridad internacional que daba miedo. Pero prestarle ayuda consular a sus propios ciudadanos, no habían ni intenciones ni deseos. Cuando llegamos después del golpe fascista al consulado Soviético en Santiago a solicitar en regreso de mi esposa Tatiana y de mi hija a la Unión Soviética, la respuesta fue categórica : no tenemos instrucciones en ese sentido, aparte de las de vender el menaje, las máquinas de escribir y el cachureo que no vale la pena transportar de vuelta a la URSS. Desde la reja le dijo el cónsul a Tatiana en la despedida: “eso le pasa por casarse con extranjero !”.  El cónsul fue más tarde expulsado de relaciones exteriores, porque mi suegro era general del ejercito rojo y premier viceministro del interior de la republica Moldava. No, no soy un resentido. Pienso que la verdadera imagen de los administradores de la URSS y de su partido único, se mostró en esas pequeñas cosas. La incertidumbre era en aquel entonces tal, que me pareció legítimo apelar en la embajada el derecho de mi esposa, como ciudadana soviética, su regreso al terruño en caso de un peligro como fue la asonada fascista en Chile. Total, pensé, hasta “el imperio”, como lo llaman los “revolucionarios del siglo XXI” con razón, defiende a sus ciudadanos dondequiera que se encuentren. A veces utilizándolos como disculpa para bombardear países extranjeros. El objetivo de este mensaje era más bien acoplarme a lo dicho por Hugo Chávez y Rafael Correa : dejen de gueviar en la selva Colombiana. Dejen de martirizar ciudadanos secuestrándolos, humillándolos y vejándolos . Son también Colombianos y merecen el respeto de sus derechos como los que reclamamos para los luchadores que nos son afines. Pienso honestamente que en estos 60 años de lucha guerrillera, bien podrían haber implementado una fuerza política capaz de agrupar a la mayoría de los ciudadanos que dicen representar. A balazos hoy en día no se libera nada. Existen los instrumentos democráticos suficientes para quebrarle la mano a los corruptos que nos gobiernan. Necesitamos solamente canalizar el descontento utilizando las vanguardias políticas existentes. O a lo mejor estas vanguardias políticas no existen más que en papel, arreglándose los bigotes con la fuerza hegemónica imperante ???. Una cosa si podría aconsejarles a los editores de la prensa “revolucionaria”. Que dejen de orientarse por Moscú o por cualquiera otra capital donde existen regímenes “democráticos”. La mejor orientación la entregan los pueblos. Basta con escucharlos y conocer sus apremios y angustias. Un fuerte abrazo a todos, con la fraternidad de siempre.

Ren챕

Alemania, 14.06.2008.-

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