martes, 22 de julio de 2008

La Muerte del Coipo JUAN ESCOBAR ( II Parte)

El Buitre, por su lado estaba desolado al comprobar que el difunto no ten챠a nada, nada. Ni familia, ni dinero, ni quien pague el funeral y lo peor era que nadie hac챠a caso a sus preguntas. Reclamando contra las injusticias de la vida, que ese d챠a hab챠a trabajado fuerte y por nada pues ya ni la muerte es negocio seguro, que no se puede hacer confianza en nadie y mucho menos a esos rotos que se mueren sin tener los medios para morirse  como se debe. Dijo que deb챠a de haber una ley que protegiera los buitres y que en casos como este, habr챠a que resucitarlo, para que paguen su comisi처n. Furioso, impotente ante un destino tan injusto, se agarr처 la cabeza y se puso a llorar a moco tendido. Llor처 largo rato y no hab챠a manera de consolarlo, hasta que le dijimos que no se preocupara por su trabajo, pues nosotros le promet챠amos solemnemente que tambi챕n nos morir챠amos alg첬n d챠a y que apenas lo hici챕ramos, lo llamar챠amos para avisarle y as챠 el podr챠a ganarse unos buenos pesos. Pregunt처 algo confuso... 쩔Y si despu챕s no se mueren nunca?.Le aseguramos que todos 챕ramos unos caballeros y que respetar챠amos nuestra palabra. Agradecido nos sonri처 con una sonrisa pendeja y se alej처. Desplegando sus alas, emprendi처 el vuelo con tan mala suerte que choc처 con un poste del alumbrado, sac찼ndose la cresta en el suelo.

Todos estos  eventos pusieron al pueblo ante un problema que hab챠a que resolver  de manera urgente. 쩔C처mo dar sepultura al Coipo y quien iba a pagar? Como nadie ten챠a  o no quer챠a poner el dinero, alguien propuso hacer una rifa y que  Do챰a Lucha pod챠a hacer una torta para sortearla, pero la Do챰a estaba enferma y parec챠a que lo m찼s seguro era que ella, pronto tambi챕n parar챠a las chalas. No habiendo m찼s opciones por la rifa se decidi처 hacer una colecta para comprar la madera, los clavos y la pintura y pedirle al maestro Fe챰a que hiciera un ata첬d. Hasta ah챠 todo iba bien, cuando alguien pregunto de qu챕 color seria la pintura del  caj처n. Aqu챠 qued처 la grande porque cada uno ten챠a su idea. Los comunistas, una vez que se junt처 el dinero, fueron los primeros en proponer un color rojo, que era un deber revolucionario, rojo, rojo vivo, que era la consigna del partido dec챠an, que el camarada hab챠a sido v챠ctima de un  capitalismo salvaje, ignominioso y que el secretario del partido hab챠a tomado nota. Los lolos y lolas por no decir los marihuaneros, que ya andaban en la onda y m찼s pichiqueteados que de costumbre, dec챠an que hab챠a que aprovechar la ocasi처n para mandar un mensaje de amor  y propon챠an pintar el caj처n de color rosado y con flores de color, agregando que un poquito de marihuana no le har챠a nada mal al difunto. Los ecologistas  propusieron no pintar nada y  usar solo clavos de palo, porque as챠 el abono ser챠a de mejor calidad, aunque dec챠an que quiz찼s un poquito de pintura verde, verde mierda de vaca, no estar챠a mal para que armonizara con el paisaje durante el trayecto al cementerio. Sus compa챰eros de infortunio propon챠an el color morado, color de vino tinto, color concho de vino, por dentro y por fuera, para que no echara nada de menos. Unas viejas que nadie sab챠a de d처nde hab챠an salido, quer챠an pintarlo de blanco, pues seg첬n ellas, despu챕s que el Coipo repar처 el campanario de la Iglesia, con  ritmo de merengue, se hab챠a ganado el cielo, que  era un 찼ngel, un angelito. Hasta el turco Ali  que en realidad no era turco, sino palestino, se pronunci처 diciendo que le gustar챠a un caj처n con los colores de la bandera de la  Palestina, aunque en verdad, como nadie le entend챠a cuando hablaba es posible que hablara de los colores del club de futbol Palestino, o de cualquier otra cosa, pero no insisti처 porque hab챠an dos hombrecitos con un sombrerito chiquito, chiquito, con barbas y con rulitos que le colgaban por las orejas,  que lo estaban mirando feo. Las sugestiones iban y ven챠an y era imposible ponerse de acuerdo hasta que alguien propuso de dejar al maestro Fe챰a decidir. Este tomando un aire serio dijo que a su se챰ora le gustaba  mucho   la primavera y que ese ser챠a el color. Esa misma  tarde un lindo caj처n de color primavera tard챠a  estaba listo para ir a buscar  al difunto. Pero  no era completamente color primavera tard챠a, pues falt처 pintura y como no hab챠a dinero para comprar m찼s, el maestro Fe챰a, termin처 su trabajo con un poco de pintura color Calipso que le hab챠a quedado despu챕s  de pintar algunos muebles en la casa de remoliendas. Seg첬n dijo, con esos colores el  muerto tendr챠a un ambiente m찼s alegre lo que le evitar챠a de hacer una depresi처n.

 Quedaba otro peque챰o problema por resolver y era donde velar el muerto. El due챰o del clandestino donde  el Coipo dejaba todo lo  que ganaba, con gran bondad  ofreci처 su residencia, que ten챠a un gran sal처n y donde el muerto se sentir챠a a gusto y como en su casa.

Las causas de la muerte nunca fueron conocidas, despu챕s del interrogatorio de su  compa챰era por la parte del Sargento, lo 첬nico que pudo saber fue que en la noche hacia un frio de la gran puta, como se dice por ah챠, y que la 첬nica manera de contrarrestarlo era pegarse un traguito m찼s, luego otro y otro y hasta ah챠 no m찼s se acordaba. En la morgue dijeron que ni pensar en una autopsia pues de solo mirarlo, pod챠a haber muerto de una cosa o de otra, y  que no hab챠a nada recuperable para la ciencia. Pero la verdad es  que el legista  estaba m찼s entusiasmado con una asistente que con su trabajo .As챠, las versiones m찼s locas comenzaron a correr. Las viejas ociosas que se pasaban escuchando radionovelas sacaron la teor챠a del crimen pasional.  El Cura, arremang찼ndose las polleras gritaba que era castigo divino, que por donde pecas ser찼s castigado, frase que le gustaba repetir cuando no ten챠a nada que decir , aprovechando as챠  la ocasi처n para expresar toda su intolerancia, su frustraci처n y su odio jud챕o-cristiano hacia  la vida, el cuerpo y el mundo.  El sistema imperante,  el imperio, dijeron otros que no quiero nombrar, acusando las injusticias sociales y prometiendo que un d챠a el pueblo ser찼 vengado, que el pueblo tiene la memoria larga. Yo personalmente pienso que se muri처 porque ten챠a ganas de morirse y porque es la 첬nica cosa que pod챠a hacer, que era gratis, sin pedirle permiso ni consejos a nadie y adem찼s como era la primera vez que se mor챠a, a lo mejor le gust처 m찼s estar muerto,  y se qued처 en el  m찼s all찼. No s챕 exactamente  si es en  el m찼s ac찼 del m찼s all찼 o en  el m찼s all찼 del m찼s all찼.

Nadie invit처 a nadie y nadie dijo nada, pero a los alrededores de la nueve de la noche  la  gente comenz처 a llegar  con modestos ramos de flores algunos, con grandes coronas los otros y segu챠an y segu챠an llegando de todas partes. Venian de los campos, bajaban de los cerros, llegaban de la cuidad, uno de sus amigos que hab챠a partido del sur hac챠an ya quince d챠as, llego corriendo y cont처 que supo que el Coipo iba a morir cuando su juanete le comenz처 a doler m찼s que los otros d챠as, As챠, poco a poco, se fue formando un fila de espera que se alargaba y alargaba, hasta dar dos vueltas completas al pueblo. Fue dif챠cil detener el esp챠ritu empresarial de algunos que viendo la cantidad de gente, quer챠an cobrar la entrada. El neoliberalismo y su falta de respeto por el hombre comenzaba a mostrarse con toda su ferocidad. Una vieja de mierda, que nadie supo de donde sali처 dec챠a que hab챠a que seleccionar la gente y solo permitir la entrada de gente  bien y de nivel, pero como nadie le hizo caso dio media vuelta y se mando cambiar, no sin antes decir ,que con estos rotos del carajo,  no se puede estar ni en la muerte. El gran sal처n donde se efectuaba el velorio pronto quedo chico y hubo que pensar r찼pidamente en una soluci처n. Algunos propusieron de sacar el muerto del caj처n y sentarlo en una esquina para que ocupe menos lugar y eso se habr챠a hecho, si don Mat챠as, no se acuerda que el Chico hab챠a prestado solo su vest처n  para el velorio, guardando para  si  mismo los pantalones, que eran los 첬nicos que tenia. As챠 el muerto estaba literalmente en pelotas del ombligo para abajo o si prefieren con las pelotas al aire y con el frio que hacia el Chico quer챠a recuperar lo antes posible su vest처n. No quedo otra soluci처n que sacar el caj처n con el  muerto al patio, donde se hab챠an encendido lindas fogatas y donde la gente se entreten챠a con diferentes juegos para pasar el fr챠o. Uno de ellos era ver quien saltaba sobre las llamas m찼s altas y fue el Mono Gonz찼lez, apodo que tenia por lo peludo, quien gan처, aunque el precio que pag처 fue bastante alto. En efecto, el Mono cuando pasaba arriba de las llamas, pas처 tan cerca, que el fuego le tom처 por los pelos de una pierna y subi처, subi처 hasta que baj처 por la otra. Fue una bella ocasi처n donde mostr처 sus cualidades e hizo honor a su  apodo, saltando por sobre los 찼rboles hasta que le metieron un jarro de agua por la cintura del  pantal처n hacia abajo.

  El se챰or Alcalde, cuando se dio cuenta de lo animado que estaba el velorio y  la cantidad de gente que estaba reunida no pudo dejar pasar la ocasi처n, lleg처 con toda su comitiva de lameculos, bolseros de siempre y entre ellos el Sargento. As챠 de esta manera, con una cara de raja solo comparable con las que vimos despu챕s de la ca챠da de la dictadura, dando la mano a medio mundo y queriendo hacer un discurso, pregunt처 el nombre del difunto, pero afortunadamente  todo el mundo lo conoc챠a solo por el apodo lo que  nos salvo por el momento de las majader챠as del elegido municipal.  El Cura estaba en el confesorio rezando una oraci처n con una beata, pero cuando supo que el alcalde estaba en el velorio se subi처 los pantalones, se baj처 la sotana y tambi챕n se hizo presente. A esas horas el caf챕 con aguardiente hizo su aparici처n y llego justo en el buen momento  cuando el frio se hac챠a insoportable. Todo el mundo se precipitaba  por tomar una buena taza de este l챠quido  caliente  y reconfortante. Un poco m찼s tarde ya no  era caf챕 con aguardiente sino aguardiente con caf챕. Ya reconfortados  con la bebida, la gente estaba mucho m찼s alegre y habladora. Los chistes y bromas volaban a diestra y siniestra sin contar con las historias de duendes, 찼nimas,  de degollados, de aparecidos,  de desaparecidos que despu챕s aparecieron por todo el mundo, contando lo valiente que fueron antes de arrancar y de  diablos que pon챠an los pelos de punta. Diablos chicos, diablos grandes. diablos flacos, diablos gordos. Diablos para todos los gustos. Hasta hubo una versi처n del Trauco que dej처 su isla de Chilo챕, para venir a  pre챰ar un par de ni챰as que estaban de partirlas con la u챰a. Cosa curiosa, los bebes, cuando nacieron se parec챠an entra챰ablemente a un cura que lleg처 por las misiones  y que por razones desconocidas tuvo que dejar el pueblo en forma precipitada. Tambi챕n apareci처 la m첬sica y los m찼s atrevidos comenzaron a bailar unos buenos pies de cueca con tamboreo y huifas, desde luego en honor y con todo respeto al difundo quien amaba profundamente este baile. As챠 el Guat처n Loyola hizo su aparici처n y dio la pauta para que la cosa siga con unas buenas cumbias colombianas, corridos mexicanos y algunos valses para los m찼s viejitos. El ambiente se parec챠a a todo, menos a un velorio y poco m찼s tarde ya nadie se acord처 m찼s del muerto. Solo se necesitaron algunos minutos y el baile era generalizado. Como a las dos de la madrugada se sirvi처 una cazuela de gallina, bien caliente y con harta enjundia que fue recibida con aplausos  y vivas  a las cocineras. A estas alturas el caf챕 con aguardiente ya hab챠a disipado el frio y un tinto un poco bigoteado, pero aceptable,  apareci처 en las mesas. Cosa sorprendente entre m찼s cazuelas se serv챠an, m찼s cazuelas hab챠an, mientras m찼s tinto se serv챠a, mas tinto hab챠a. Alguien se dio cuenta de la situaci처n y la compar처 con la historia del pan y los pescados. El cura que estaba con la oreja parada, agarr처 papa y dijo que efectivamente se trataba de un milagro y se arrodill처 a rezar y luego dijo que iba a la iglesia por agua bendita para bendecir el lugar. Mejor hubiese seguido comiendo y bebiendo porque con la cantidad de caf챕 con aguardiente y con la cantidad de bigoteado tenia dificultad para mantenerse de pie y cuando sali처 por la puerta de atr찼s, cay처 al canal que pasaba por all챠. Lo sacamos mojado hasta la medula de huesos y lo llevamos hasta su casa donde la beata segu챠a rezando y esperando. La beata lo llev처 a la cama  donde se qued처 dormido inmediatamente, dejando a su acompa챰ante entre rezos y suspiros.

Temprano en la ma챰ana, el gringo, que ten챠a un gallinero, que escuchaba operas y que ten챠a una hija rubia mas puta que una ara챰a, se present처 al puesto de polic챠a para presentar una denuncia por la desaparici처n de cuarenta y nueve gallinas y un gallo. Dijo que lo importante eran las gallinas ya que este 첬ltimo tiempo el gallo se hab챠a puesto maric처n y estaba pensando en tirarle el cogote El sargento que regresaba en esos momentos del velorio, para tomar un merecido reposo despu챕s de la agitada noche se acerc처 y al escuchar la denuncia comprendi처 inmediatamente el milagro de la noche anterior. En forma severa enfrento al denunciador, dici챕ndole acaso no sabe que despu챕s de un tiempo aparece el diablo y se lleva las gallinas que no son bien cuidadas por sus due챰os y que en este caso es justamente la negligencia del propietario, que entreg처 las pobres aves en manos  de Sat찼n. Que eso merec챠a ser denunciado ante la opini처n p첬blica y que har챠a un informe a la sociedad protectora de animales. Cuando el gringo sali처 del puesto de polic챠a, sali처 rojo de ira, hablando en una lengua incomprensible pero una cosa es seguro, que todo el 찼rbol geneal처gico del sargento sali처 al aire, especialmente la l챠nea femenina, sobre todo su madre y su abuela.

La misa estaba fijada a las diez de la ma챰ana, pero hubo dos inconvenientes mayores que obligaron a atrasarla. El primero y no el menor fue que con el despelote que qued처 en la noche anterior, nadie sab챠a donde hab챠an metido el caj처n con el muerto. Buscaban por todas partes y no aparec챠a hasta que Don Lalo fue al cuarto de las herramientas que estaba ubicado en el fondo del sitio, justo despu챕s del canal y ah챠 estaba el caj처n, con el muerto en posici처n vertical y no falto mucho para darse cuenta que el Chico hab챠a ya  recuperado su vest처n, raz처n por la cual la tapa del ata첬d fue claveteada lo m찼s pronto posible. Ojos que no ven, coraz처n que no siente. La otra raz처n fue que el cura agarr처 un resfr챠o del gran carajo y no era capaz de cantar ni  los pollitos dicen,…., menos de cantar misa. Se mandaron mensajes a las parroquias de los alrededores para conseguir un  cura reemplazante, pero el difunto no era personaje de importancia como para que estas se챰or챠as  se diesen la molestia de desplazarse. Dec챠an  que hab챠a que dejar que la voluntad de Dios se manifieste, sob찼ndose las barrigas, aplast찼ndose los cojones en sus butacas. Como  a las dos de tarde y considerando que no se encontr처 reemplazante, el cura del pueblo, se levant처 y entre estornudos y maldiciones ofici처 una misa  a toda velocidad para luego volver a acostarse al lado de su costillita que lo esperaba con la cama calientita.

 El  ata첬d con el difunto fue colocado en un cami처n de carrocer챠a plana para que todo el pueblo pudiera rendirle un 첬ltimo homenaje de despedida, comenzando de esta manera,  el cortejo a dirigirse solemnemente hacia el cementerio. Pero a las dos de tarde ca챠a una llovizna que penetraba los huesos, adem찼s hacia sed, muchos compon챠an el cuerpo de la noche anterior, as챠 que alguien propuso de pararse un momentito  en el  restaurant  de don Willy, para tomarse un traguito, antes de seguir. Pero no fue un traguito, fueron varios traguitos y  a las cuatro de la tarde, cuando los efectos del alcohol ya se hac챠an sentir, la alarma son처 diciendo que el cementerio cerraba a las cinco. En una situaci처n de p찼nico todo el mundo corri처 a los veh챠culos que los trasportaba, aprovechando algunos para hacer perro muerto, partiendo sin pagar. Camiones, camionetas, tractores y carretelas se pusieron r찼pidamente en marcha, con toda la seriedad que el momento exig챠a. Pero en todas partes hay gente nerviosa y el Cogote de Piola que manejaba un cami처n lleno de gente encontr처 que el cortejo iba demasiado lento y que no alcanzar챠amos a llegar al cementerio antes que cierren y en forma completamente irrespetuosa de puso a adelantar los veh챠culos de cortejo, llegando a la insolencia de pasar adelante del cami처n donde iba el muerto. Eso fue el detonador de lo que sigui처, pues el conductor que trasportaba al muerto no se  dej처 hacer y acelerando de nuevo retom처 la cabeza del cortejo empezando una carrera de camiones y camionetas para ver quien llagaba primero. Los tractores y las carretelas quedaron lejos detr찼s. Como sabemos el cami처n donde iba el muerto era un cami처n de plataforma plana y en un viraje, el caj처n  sali처 volando, cayendo en la cuneta. El chofer ni se dio cuenta y sigui처 la carrera llegando victorioso  primero al cementerio, pero sin el muerto, creando tal confusi처n y siendo acusado de haberse robado al muerto. Algunos lo llamaban vampiro, chupa cabra y  quer챠an lincharlo. Afortunadamente el caj처n fue hecho por el maestro Fe챰a y resisti처 el impacto de la ca챠da y con satisfacci처n comprobamos que si bien hubo problemas con la pintura, no lo hubo con los clavos que nuestro maestro hab챠a clavados con generosidad y para que durara cien a챰os. Un poco m찼s tarde, uno de los veh챠culos que ven챠a m찼s atr찼s vio el ata첬d en la cuneta, lo recogieron haci챕ndole un lugar en el remolque de un tractor, llegando justo a las puertas del cementerio, antes del cierre, bajo los aplausos y los vivas de los que hab챠an llegado antes.

Una vez en el cementerio comprobamos que morirse no es f찼cil, sobre todo si se es pobre, y peor aun si se es pobr챠simo. Solo en ese momento nos dimos cuenta que no ten챠amos donde enterrar  al muerto porque la sepultura hab챠a que pagarla antes y de todas maneras no hab챠a dinero para hacerlo. Hablamos con el encargado y dijo que la  soluci처n para los que no tienen dinero es la fosa com첬n. Tomando un aire de doctor en filosof챠a, agreg처 que fosa com첬n o no, los gusanos se los comen a todos por igual, agregando que era mejor as챠, pues 챕l hab챠a visto la  sepultura de gente adinerada, de avaros y explotadores, latifundistas e industriales, de grandes cafiches y cabronas, todos con mucho, mucho dinero, y que antes de que los dolientes se marcharan ya hab챠an llegado los profanadores, llev찼ndose las flores, abriendo las tumbas y dejando a los  muertos en cueros. Llamamos al cura encargado del cementerio, argumentamos que para Dios todo los seres humanos son iguales y el nos respondi처 que 챕l conoc챠a la canci처n y  que adem찼s hab챠a visto la pel챠cula, y agreg처 que efectivamente, todos son iguales pero algunos son m찼s iguales que otros. Fue una lecci처n de una  manifestaci처n  de amor al pr처ximo  a su estado l챠mite.

No nos qued처 otra alternativa  y fue as챠 como el Coipo qued처 en la fosa com첬n, donde La Madre Tierra lo recibi처 con amor, con ternura, como si hubiera estado esperando desde hace tiempo, desde siempre, el regreso del hijo prodigo  al seno materno, a juntarse de nuevo con el cosmos, con la eternidad, a convertirse en polvo c처smico, polvo de estrellas, polvo milenario. Polvo de d처nde venimos y a donde regresaremos alg첬n d챠a para reintegrarnos al gran esp챠ritu universal.

 Ya,  los asistentes se dirig챠an al Quita Pena, bar que se encuentra cerquita del cementerio y pude comprobar la pena enorme que aflig챠a los nobles y sensibles corazones presentes. Ya antes de llegar comenzaron a bajarse corriendo de los veh챠culos en marcha todav챠a, para comenzar lo antes posible a olvidar, detr찼s de un vaso de tinto.

 

 

Juan Escobar

Quebec 2008-07-21

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