lunes, 19 de enero de 2009

Mañana asume Obama. Todavía no es presidente, compadre.

Queridos Lumumberos !

                                         De que se trata de un fenómeno que la historia recordará eternamente o por mucho tiempo, no hay duda. Mañana asume Barack Obama la presidencia de Estados Unidos de América y el mundo tiene sus esperanzas en Obama, como si se tratara de un Mesías. Y no es para menos, luego de haber tenido Estados Unidos el peor presidente de todos los tiempos. Creo, modestamente, que el mejor galeón de la campaña de Obama fue Geroge Bush mismo. Esta vez, contrariamente a las costumbres de USA, el pueblo norteamericano dejó de echarle la culpa a las circunstancias del deterioro civil y económico del país por las dificultades externas. El desprestigio internacional se escuchó incluso en los países de los aliados incondicionales con mucha fuerza. Las conjeturas actuales se dividen en dos parcelas, según mi punto de vista. Por un lado están los escépticos que hace tiempo dejaron de creer en el viejito pascuero. Se piensa que si bien Obama transmite en un lenguaje entendible para todo espectador las dificultades existentes, no menos cierto que la miseria heredada no es factible de limpiar de un paraguazo y para siempre. Esto puede en el corto plazo acarrear una decepción generalizada en sus adeptos y en el país entero. Por el otro lado se encuentran los que “ya conocen” el desenlace de su gestión.  Una serie de “expertos” muestran en un sinnúmero de artículos, las proyecciones del fracaso. No habrá diálogo con América latina, continuará la agresión en algunas geografías del planeta y se consolidará la doctrina del gran garrote para con los pueblos en desarrollo. En su frase (Obama), en que critica someramente a Hugo Chávez, acusándolo de haber causado algunas confusiones en el continente americano, fue razón suficiente para que lo acusaran de “negro de mierda”, disfrazado de estadista y de traicionar a sus electores. Lo acusan de no haberse pronunciado con mayor énfasis la puesta de término al bloqueo contra Cuba, de apenas haber autorizado, hasta el momento solo en palabras,  los viajes de los ex ciudadanos de Cuba en el exterior a la isla y las remesas sin frontera de dinero norteamericano a los familiares en Cuba. Como si se tratara de la única causal del desorden que reina en la isla de la libertad. Como si Estados Unidos de América fuera el único responsable del desbarajuste Caribeño. Indudablemente que los gobiernos anteriores hicieron todo lo posible por desestabilizar el régimen de los hermanos Castro. Pero quien piense que Barack Obama hará todo lo posible pora afirmar la autocracia de la isla, debe tratarse de gente que peca de bolitranca, de inocente y de guevones fuera de foco. No ha cambiado la sustancia de Estados Unidos de América, apenas cambiará el presidente el día de mañana, con todo el potencial del primer país del mundo y con toda la avalancha de dificultades que generó el sistema capitalista globalizado mismo. Se trata de conseguir, en este caso, una moderación que termine con la marginación de los países en desarrollo, que se implemente una política distinta a las subvenciones en el agro y que entregue posibilidades iguales y decorosas en el comercio internacional. Estados Unidos no está por resolverle los problemas a los estados particularmente. Ese papel doméstico,  queda, como el pasado, en los países mismos. En terminar con la corrupción, el autoritarismo, el desfalco de las riquezas básicas, el arregle de bigotes de la superestructura con el capital nacional y foráneo y el poco apego de resolver los problemas nacionales en general. Barack Obama no ha sido elegido para solucionar los problemas vitales de Cuba ni de Venezuela. Solo puede influir en ellos de una u otra manera, pero el fiasco revolucionario deben resolverlo los pueblos “libres” en mención. Para eso tienen una democracia “real”, como aparece hoy, sin ponerse colorado, en uno de los artículos del diario “Rebelión”.  Mañana asume Barack Obama, para los que todavía tienen el enchufe desconectado. No se trata del Ché Guevara ni de Ho Chi Min. Se trata de un presidente más del país del norte, en donde, la mayoría de las esperanzas se refieren a estabilizar el despelote que dejara George Bush en el país y en el mundo. Si tenemos algo de paciencia, veremos lo que sucede. Una condena a priori con corresponde. Un fuerte abrazo a todos, con la fraternidad de costumbre.

René

Alemania, 19.01.2009.-                                                                    

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