martes, 13 de enero de 2009

Probablemente no hay Dios.

Queridos Lumumberos !

                                          En este mundo tan convulsionado, hay muchas cosas que decir, discutir  o simplemente que callar. Los ateos y agnósticos guardaron silencio por muchas centurias, aunque la historia demuestra hoy que fue entendible el porqué cerraran el tarro. Las hordas de fanáticos religiosos, las cruzadas, la inquisición, el miedo de perder el trabajo, entre algunas razones, fue motivo suficiente para esconderse en el anonimato. Hoy vivimos en un mundo diferente, más no menos fanatizado ni mucho menos fiable que las generaciones que aprendieron de los absurdos.  Los ritos de los pueblos indígenas para congratularse con los espíritus buenos y espantar a los malos,  los entiende todo el mundo, aunque eso no detenga ni a misionarios católicos ni a los que se aprovechan de la ignorancia de los pueblos para sacarle partido. En Londres apareció un fenómeno nuevo y que a causado bastante polémica. Se ha repetido con menos éxito en Australia, pero con bastante entusiasmo en Barcelona y en Génova. Estas dos últimas metrópolis con un pasado católico de mucha trascendencia. En algunos buses urbanos de estas ciudades, se lee en carteles gigantescos: “Probablemente no hay Dios. Deja de preocuparte y disfruta de la vida”.  Se trata aquí de un número cada vez más creciente de ciudadanos cansados de comulgar con ruedas de carreta, al decir de nuestro querido Eusebio Painemal, desde hace tanto tiempo ausente en nuestra página. Es un frente a las prédicas en templos e iglesias cada vez más ajeados de la realidad. Es innegable que es la libertad de cada uno de nosotros de estar de acuerdo o no en lo que se cuenta, pero que se utiliza, al mismo tiempo, para cercenar voluntades y mangonear políticamente a los jóvenes y viejos del globo. Ni hablar del fanatismos religioso de los países del oriente, que ha llegado a ser un peligro universal. Más aún si se trata aquí de sociedades con capacidad de juguetear con armamento nuclear. Como es el caso de Pakistán y de Israel, en menor medida, naturalmente. Si bien este último es un país democrático, no menos cierto que su democracia escuda las salvajadas que tienen lugar de cuando en vez contra sus vecinos. En Francia ayer se reunieron unos cuantos cientos de adeptos a Israel, con banderas y capitaneados por Rabinos que pedían a boca abierta “muerte a los árabes”. Todo el mundo habla de los cohetes Quassan de los Palestinos, más se callan la realidad en que están obligados a vivir. Prácticamente secuestrados por los sionistas, sin derechos ni suministros. Con la chiva que entre los suministros existen armas y equipamiento para fustigar la democracia Israelita. La democracia en territorios ocupados, con sus habitantes humillados hasta la médula de los huesos y con vecinos, también árabes, que les llevan las de abajo al sionismo Israelí y al sionismo de USA y de la Federación Rusa. Mientras el mundo occidental le pone trabas al fanatismo religioso, en Rusia se dispara. Lo cierto que de moros a cristianos son observadores de la masacre en el cercano oriente. Algunos piden mesura a Israel, pero con el temor que las organizaciones judías los acusen de “antisemitas”. Es el caso de Alemania, donde las culpas del pasado reciente los obliga a cerrar el tarro. Pero la protesta sube y sube. Lo más probable que Dios no exista, queridos amigos. De lo contrario, quien cresta entiende este mundo carajo. Un fuerte abrazo, con la fraternidad de siempre.

René

Alemania, 13.01.2009.- 

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