viernes, 5 de mayo de 2006

Un poema para los nostálgicos.

Queridos Lumumberos !
                                             Entre viejas fotografías, papeles amarillentos y otras vainas, encontré un viejo poema sin estructura técnica visible, pero escrito en un momento muy importante de mi vida. Como el pato se atreve a ser nostálgico, Eusebio a publicar sus hermosos poemas, me permito abusar de vuestra paciencia para salir un poco de las nacionalizaciones, los contratos chuecos, las choreadas sin base y la cacha de la espada. Si no llegan al final dá lo mismo. Si lo encuentran algo pornográfico, pido disculpas. No fué mi intensión.
Ren챕
 
No me acostumbro.....,
 
No me acostumbro a mi soledad
lejos del bosque y la laguna,
sin tu risa expandida en la ca챰ada,
clara y fresca como el agua en la vertiente,
sin tus dulces reproches,
mir찼ndome desde abajo,
serena, peque챰a y desnuda.
 
Con tu cuello de cisne y tus pechos erguidos,
con tu aorta al ritmo de tu marcha,
con tu mirada detenida en mi semblante
preguntando donde est찼n mis pensamientos,
con tu sonrroja de sorpresa por el arranque incontrolable
de tu cuerpo,
con temblores y arrimos,
con dolores congruentes,
admisibles y explicables.
 
Con palabras a medias de s첬plicas tiernas,
con abrazos y ruegos,
con fuerza inimaginada,
con lamentos de ternura indescriptible,
con rumores arrastrados en tu pecho adivinando
la proximidad de la descarga,
acompasada,
indetenible,
anunciada,
coronada con chorros de gloria,
pulsantes y ardientes,
sin control,
en el momento maximizado y solemne,
con tu boca expres찼ndome tus ansias,
admitiendome en tus entra챰as.
 
Aferrado a tu cintura registro tu vibrar m찼gico y oculto,
te revivo cada tarde,
cada noche,
en cada instante,
con tus ojos en tr챕mulo
recibiendo mis premuras,
sin permitir gotas extraviadas,
aceptando la evidencia m찼s profunda
en tu fisiolog챠a de temblores,
de c첬spide estruendosa,
dulce y declin찼nte,
con susurros de fuego en mi oido,
pronostic찼ndolo,
advirti챕ndolo,
atestiguado con fuerza por tus caderas
sin sociego,
desde la tierra al cielo y viciversa,
arremeti챕ndo con fuerza el mismo punto,
en un absimo de alegr챠as compartidas.
 
Con la llegada de la paz, tras la borrasca,
esperamos el silencio con paciencia,
oxigen찼ndonos,
comparti챕ndonos.
Empapados me observas desde abajo,
d처cil y atenta,
me cuentas al oido de tu viaje,
as챠, acept찼ndome en tu mundo,
grav찼ndolo intensamente en tu memoria,
observ찼ndo las siluetas para saber de donde vino
esta locura,
sin violencia,
con voluntad soberana,
sin cansancio,
sin remordimientos absurdos,
con tranquilidad y cordura,
espectantes al desate imaginado,
armados de justicia y dignidad,
con responsabilidad y con amor,
con desici처n inclaudicable.
 
En esos pensamientos tu arrivo,
la rebeli처n delirante de tu carne
por las palabras expresadas en tu o챠do.
Por favor no digas nada !,
no hay decepciones !,
al contrario !,
es solo que no me acostumbro
a tus ausencias,
a esperar tus regresos cada tarde,
a saberte en las distancias disfrutando
de otros lares y de otra gente.
 
Y yo aqu챠 turbado, so챰ando con la
fragilidad de tu estructura de ni챰a,
con tu modo irresistible,
pensando intensamente en tus
manchas y sudores,
con ternura,
con admiraci처n,
con respeto,
con entrega absoluta,
con mi amor de siempre,
esper찼ndote,
....., no me acostumbro....,
 
Ren챕 Ronda.
 
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