lunes, 4 de diciembre de 2006

Montescos y Capuletos

Queridos Lumumberos !
                                           Creo que Marcos lo dijo todo, recogiendo por lo menos, mi pensamiento sobre el particular. Apenas quisiera manifestar mi preocupación por la rabia contenida de la sociedad civil. Se tendrá que mamar el jueguito ridículo del ritual de la institución en relación al desceso de un comandante en jefe, como lo anticipara el milico jefe actual.  El ritual será en nombre y con la plata de todos los chilenos, como es de esperar. Se hablará del honor militar, de los años de ejemplar cumplimiento del deber, de las huellas que deja en la institución y de la cacha de la espada. El jefe del ejército habla de una obligación que está establecida y corroborada por leyes y costumbres de la republica de Chile. No se dirá, sin embargo, ni una sílaba que este bellaco apropelló la constitución y la leyes de Chile, violó los derechos mas elementales humanos y se choreó dineros fiscales. Si bien aún vive, su muerte parece cercana. Será un poco cerrar parte de un capitulo de nuestras vidas, de encontrarnos disperdigados por el mundo y de haber perdido parte de nuestra cultura y de nuestras costumbres. Al igual que Marcos arrastro rencores que, lamentablemente, no puedo evitar. Pero he asumido mi destino de emigrante. He tratado de inculcar a mis hijos que forman parte de una pequeña nación al fin del  mundo, pero veo con los ojos de la realidad que es un desafío casi imposible de cumplir. Nunca ha faltado en mi casa ni el pabellón nacional ni los cacharros que recuerden y hablen de mi prosedencia. Las canciones de viejos discos son las mismas del Chile de ayer y me emocionan como entonces. Guardo las cartas de amor juveniles, las flores resecas en mis libros de adolecentes y arrastro con dignidad las pequeñas alegrías de los 17 años que viví en la patria. Sueño con volver a vivir en mi patria. Me gustaría llegar sin rencores. Sin recuerdos que empañen mis últimos años. Sé que no será posible. Lo he comprobado en mis cortos viajes a la patria. En todos los rincones de Chile están los amigos y compañeros que abandonaron el planeta por la violencia represiva. Ahora le toca el turno al ex dictador. Mañana a nosotros. Sin protocolos, sin marchas de crestones vestidos de gala, sin discusiones de como hacerlo. Llegamos en medio de la alegría de la familia. Nos vamos con la pena de los mismos. Me gustó la postura de la familia de este siniestro personaje. Segun dijeron, quieren despedirlo sin bulla y en forma privada. Ojalá así sea. Un fuerte abrazo, con la fraternidad de costumbre.
Ren챕
Alemania, 04.12.2006.-

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