domingo, 14 de octubre de 2007

“Che” Quijote

“Che” Quijote

Por Ra첬l Sohr
La Naci처n, viernes 12 de octubre de 2007

La popularidad del Che Guevara, a 40 a챰os de su muerte, es un fen처meno notable. Donde uno vaya, en los cinco continentes, ver찼 su rostro impreso en alguna prenda de vestir o en una chapa. Ninguna otra imagen contempor찼nea se encuentra m찼s difundida que la suya, desde las avenidas de Nueva York a las callejuelas de Soweto, desde los bulevares de Hanoi o las calles de Londres. 쩔Qu챕 tiene la cara del "Che" que ha sobrevivido al olvido y a첬n seduce a millones? 쩔Por qu챕 tantos exhiben el rostro de un hombre que encarna a una 챕poca de fervores revolucionarios extinguidos?
En el arte, sobreviven aquellas obras que representan valores universales capaces de perdurar en el tiempo. Guevara es el ícono que simboliza el idealismo, que representa al luchador dispuesto a todo sacrificio por un sueño de justicia social. Ése es también el secreto de "El Quijote" de Miguel de Cervantes. Su personaje ha resistido el paso de los siglos y mucho más que eso, porque ha roto las rígidas barreras culturales. El Quijote ha penetrado en la cultura planetaria como el símbolo de un idealismo a toda prueba, sin asideros en la realidad. Es el epítome de lo que los compatriotas de Guevara llaman un loco lindo, aquel que entrega la vida por sus creencias sin esperar nada a cambio. Una quijotada es parte del vocabulario internacional como sinónimo de un proyecto idealista con el más incierto de los destinos. El Quijote es un referente establecido en la cultura mundial. El genio de Cervantes fue detectar un anhelo secreto que anida en todas las almas: el coraje de darlo todo por un sueño. La abrumadora mayoría de las personas sabe que, por muy buenas razones, jamás lo hará. Y por lo mismo vibran con quienes en la ficción, o en la realidad, han tenido la fuerza para lanzarse detrás de sus sueños.
En el caso del "Che" poco importa que muriese aislado, en un remoto paraje boliviano, sin lograr la meta de implantar el foco de insurgencia continental. Tampoco es relevante que en su condici처n de ministro de Econom챠a e Industria de Cuba propuso la abolici처n del dinero (volver a un sistema de trueques, como era previsible, no result처 viable). Poco queda de su d챕cada perdida en el continente africano. Luego de la hist처rica victoria contra el dictador Fulgencio Batista, a fines de 1958, su vida estuvo marcada por reveses pol챠ticos hasta su muerte, en 1967. Pese a ello, su figura no ces처 de crecer. Su ejecuci처n a manos del Ej챕rcito boliviano, en flagrante violaci처n de las normas humanitarias, ech처 a volar el imaginario colectivo.
Ning첬n Estado ni aparato de propaganda alguno podr챠a haber dise챰ado una campa챰a tan exitosa. En el caso de El Quijote la figura de un caballero medieval, cabalgando en b첬squeda de molinos de viento, que es hoy la met찼fora de un enemigo ficticio, toca una fibra 챠ntima de cada cual. En el del "Che", su rostro, con la mirada perdida en la distancia y su boina calada con una estrella roja, simboliza la lucha en contra de los males de la humanidad.
Poco importa si sus propuestas eran incapaces de curarlos. Lo que cuenta es que millones de personas de todo los rincones del mundo lo convirtieron en el 챠cono de la esperanza. Muchos ignoran que era un joven argentino que luch처 codo a codo con Fidel Castro, que era un marxista y un revolucionario que predic처 y practic처 la lucha armada. Nada de eso importa. La figura del "Che" a첬n cabalga en la memoria de quienes han querido hacer de 챕l la figura que simboliza los anhelos de justicia. A Guevara, como a El Quijote, de tanto en tanto, todav챠a le ladran los perros.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.